Allen salva un punto en el 90' y el Arsenal empata en Anfield

Liverpool, As
Joe Allen se disfrazó de salvador del Liverpool para rescatar un punto en Anfield en los últimos minutos y negar al Arsenal una victoria y una distancia máxima con respecto a sus rivales en lo más alto de la clasificación que esta vez no merecieron los de Wenger. El partido arrancó como sólo en la Premier es posible. A cada jugada elaborada y con puntería del Liverpool le siguió a continuación un zarpazo del Arsenal que nivelaba inmediatamente la balanza de goles, así como también la de errores. Fueron 25 minutos de pura liga inglesa, llenos de pasión y de fallos defensivos groseros.


El descontrol sirvió para que se vieran aspectos que parecían imposibles, al menos. Por ejemplo la irrupción de Firmino por fin como jugador importante del Liverpool. Klopp ha pensado en él como delantero centro, algo que ya hizo sin éxito Dunga en la Copa América, y su doblete ante el Arsenal refleja que su movilidad y su talento para recibir entre líneas le vienen por lo general mejor al tipo de ataque que pretende Klopp que la presencia estática y posicional de un nueve fijo como Benteke, por ejemplo. El brasileño puso por delante dos veces a su equipo, la segunda con un tanto magistral desde fuera del área, aunque el Arsenal empató al instante en ambas ante las facilidades que dio la defensa de purpurina del Liverpool, compuesta por Sakho, Kolo Touré y sus disfraces de Papá Noel.

Ramsey primero y Giroud después aprovecharon los obsequios de una zaga temblorosa como pocas tuvo antes el Liverpool en su historia. Seguramente Touré sea la representación perfecta de lo que significa la Premier a nivel de rendimiento defensivo, un torneo en el que importa más el nombre que el nivel para hacer carrera como zaguero en varios de sus grandes clubes. Ahí sigue el marfileño, a su ritmo. Bien es cierto que esta vez le tocó lidiar con un hueso duro como Giroud, que continúa su meteórica temporada fuera de casa en lo que va de curso. En Anfield volvió a mojar, aunque falló un gol cantado a puerta vacía que era el 2-3 y que hubiera revuelto todavía más un primer tiempo de locos, muy al estilo Premier, muy del gusto de quienes se sientan a ver un partido asumiendo tal plaga de errores de los defensas.

A cambio este carrusel permite disfrutar de futbolistas como Joel Campbell, el costarricense que en las últimas semanas se ha hecho con un hueco en el once titular de Wenger. Ha ganando en pausa el extremo gunner y eso le permite pensar más y pensar mejor cuando tiene la pelota. Ya dejó un par de destellos interesantes antes del descanso y repitió después. Casi a continuación de una ocasión manifiesta que Alberto Moreno mandó a las nubes, el extremo tico se asoció con Bellerín, otro todoterreno de la banda, y el balón acabó filtrado en el área, donde Giroud lo hizo suyo ante la ineficacia una vez más de Kolo Touré. El reverso fantástico del francés dibujó un tercer tanto a favor del Arsenal que parecía disparar a su equipo en el partido y en la tabla, aunque para ello aún debía sobrevivir en la tormenta en la que se transformó el final del encuentro.

Tormenta física y también artificial por el empuje del Liverpool. Así fue el tramo decisivo. Klopp encendió la mecha con sus cambios. Primero introdujo a Benteke para buscar un juego más directo, luego a Joe Allen para poner balones y después al central Caulker, que debutaba con el Liverpool, como última esperanza en el área para encontrar alguna pelota a lo Alexanco. El método funcionó. Benteke durmió un balón aéreo casi en la última jugada y Joe Allen apareció con sus aires nuevos de Pirlo para poner un empate más que justo. Ni con los regalos de los defensas del Liverpool mereció ganar un Arsenal con más pegada que juego, al contrario de lo que suele ser habitual. Ni así.

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