Van Gaal sigue en el aire, a pesar de la mejoría del United
Manchester, As
El Manchester United y el Chelsea firmaron un engañoso empate sin goles en un partido donde a falta de goles Louis Van Gaal podrá presumir de fútbol para mantener su puesto. Su equipo, no obstante, golpeó hasta dos veces la madera en una gran arranque de encuentro y sólo fue perdiendo gasolina tras el descanso, castigado por el exigente período navideño y por el altísimo ritmo que impuso sin fortuna en el primer tiempo. El Chelsea, por su parte, se mantuvo firme en defensa y, aunque con mucho menos fútbol, probó a De Gea en dos claras ocasiones y gozó de la mejor oportunidad del encuentro en un mano a mano que incomprensiblemente Matic no acertó a materializar.
El encuentro fue, por momentos, como un regreso a aquellos tiempos en los que los dos gigantes de Inglaterra peleaban por el campeonato y no por ver cuántas horas le quedaban en el banquillo a sus entrenadores. El United salió a corazón abierto: valiente, incisivo por bandas, circulando el balón con tanta velocidad como criterio y convirtiendo su posesión en numerosas ocasiones. Hasta Rooney se pareció al delantero indomable e insaciable de hace un lustro mientras Martial puso, como ya es costumbre, la chispa y el talento para concluir los contragolpes que armaban Mata y Ander Herrera.
El Chelsea, debilitado por la baja de Diego Costa, fue en ese primer tiempo un saco de boxeo para su rival, balanceado de lado a lado sin capacidad de reacción, sosteniéndose de los golpes a duras penas por un sistema sin delantero centro (Remy y Falcao tampoco estaban) y doble pivote con Matic y Mikel (Cesc estaba enfermo) de más brega que juego.
La suerte, no obstante, se alió con la racanería de Hiddin durante la primera mitad para llegar al descanso con 0-0. Mata y Martial se toparon en sendas ocasiones con los palos en un gran primer cuarto de hora y Courtois se agigantó después para frenar un disparo de Rooney y dar a su equipo la vida que le privaba el juego. Del Chelsea, mientras tanto, apenas supimos por varias arrancadas de Hazard a la nada y un cabezazo de Terry al inicio del encuentro con la consecuente respuesta felina de un De Gea que como el marido fiel siempre está presente, en la salud y en la enfermedad.
El Chelsea se quitó parte de los complejos en el vestuario y obligó a De Gea a otra acción de santo en una doble ocasión de Hazard y Azpilicueta nada más empezar la segunda mitad. Courtois, acto seguido, hizo la réplica con otro paradón de escándalo en un remate a bocajarro de Ander Herrera.
El partido derivó desde entonces en un vete y ven en el que, aunque el Chelsea siguió mas pendiente de guardar el 0-0 que de lograr la victoria, cualquiera pudo llevarse el gato al agua. De hecho, el equipo blue tuvo entonces la gran ocasión del encuentro en un contragolpe mal defendido por los red devils. Pedro lo condujo genialmente por el extremo diestro pero Matic, sólo ante De Gea, la mandó a las nubes cuando parecía más sencillo meterla entre los palos. Rooney y Martial también pudieron romper el 0-0 pero la muralla Blue, con un imponente Zouma, fue demasiado.
El Manchester United y el Chelsea firmaron un engañoso empate sin goles en un partido donde a falta de goles Louis Van Gaal podrá presumir de fútbol para mantener su puesto. Su equipo, no obstante, golpeó hasta dos veces la madera en una gran arranque de encuentro y sólo fue perdiendo gasolina tras el descanso, castigado por el exigente período navideño y por el altísimo ritmo que impuso sin fortuna en el primer tiempo. El Chelsea, por su parte, se mantuvo firme en defensa y, aunque con mucho menos fútbol, probó a De Gea en dos claras ocasiones y gozó de la mejor oportunidad del encuentro en un mano a mano que incomprensiblemente Matic no acertó a materializar.
El encuentro fue, por momentos, como un regreso a aquellos tiempos en los que los dos gigantes de Inglaterra peleaban por el campeonato y no por ver cuántas horas le quedaban en el banquillo a sus entrenadores. El United salió a corazón abierto: valiente, incisivo por bandas, circulando el balón con tanta velocidad como criterio y convirtiendo su posesión en numerosas ocasiones. Hasta Rooney se pareció al delantero indomable e insaciable de hace un lustro mientras Martial puso, como ya es costumbre, la chispa y el talento para concluir los contragolpes que armaban Mata y Ander Herrera.
El Chelsea, debilitado por la baja de Diego Costa, fue en ese primer tiempo un saco de boxeo para su rival, balanceado de lado a lado sin capacidad de reacción, sosteniéndose de los golpes a duras penas por un sistema sin delantero centro (Remy y Falcao tampoco estaban) y doble pivote con Matic y Mikel (Cesc estaba enfermo) de más brega que juego.
La suerte, no obstante, se alió con la racanería de Hiddin durante la primera mitad para llegar al descanso con 0-0. Mata y Martial se toparon en sendas ocasiones con los palos en un gran primer cuarto de hora y Courtois se agigantó después para frenar un disparo de Rooney y dar a su equipo la vida que le privaba el juego. Del Chelsea, mientras tanto, apenas supimos por varias arrancadas de Hazard a la nada y un cabezazo de Terry al inicio del encuentro con la consecuente respuesta felina de un De Gea que como el marido fiel siempre está presente, en la salud y en la enfermedad.
El Chelsea se quitó parte de los complejos en el vestuario y obligó a De Gea a otra acción de santo en una doble ocasión de Hazard y Azpilicueta nada más empezar la segunda mitad. Courtois, acto seguido, hizo la réplica con otro paradón de escándalo en un remate a bocajarro de Ander Herrera.
El partido derivó desde entonces en un vete y ven en el que, aunque el Chelsea siguió mas pendiente de guardar el 0-0 que de lograr la victoria, cualquiera pudo llevarse el gato al agua. De hecho, el equipo blue tuvo entonces la gran ocasión del encuentro en un contragolpe mal defendido por los red devils. Pedro lo condujo genialmente por el extremo diestro pero Matic, sólo ante De Gea, la mandó a las nubes cuando parecía más sencillo meterla entre los palos. Rooney y Martial también pudieron romper el 0-0 pero la muralla Blue, con un imponente Zouma, fue demasiado.