Turquía convoca al embajador ruso tras una “provocacion” en el Bósforo
Nuevo episodio de tensión entre ambos países después de que un soldado ruso a bordo de un buque militar mostrase un lanzamisiles
Andrés Mourenza
Estambul, El País
El Ministerio de Exteriores de Turquía convocó este lunes al embajador ruso en Ankara, Andrey Karlov, para protestar por un nuevo episodio de tensión entre ambos países. El incidente sucedió el domingo, cuando el buque de desembarco ruso Caesar Kurnikov cruzaba el estambulí estrecho del Bósforo en dirección al Mediterráneo y en su cubierta se vio a un soldado ruso empuñando un lanzamisiles tierra-aire.
“Mostrar un misil, u otro tipo de armas antiaéreas, en un barco ruso es pura provocación. Espero que se trate de un caso aislado, porque no es la forma adecuada de proceder”, denunció el jefe de la diplomacia turca, Mevlut Çavusoglu, recordando a Moscú la Convención de Montreux, que regula el paso de buques a través de los estrechos del Bósforo y los Dardanelos. Dicho protocolo, firmado en 1936 y que dio a Turquía el control de los estrechos que comunican el Mediterráneo y el Mar Negro, establece la libertad de circulación de los buques comerciales y militares en tiempos de paz, pero permite a Ankara establecer ciertas condiciones en caso de sentirse amenazada. “Estamos implementando Montreux tanto en el paso de buques como en el caso de los barcos que deben ser detenidos. Así que Rusia debería dejar a un lado las acciones de provocación”, advirtió Çavusoglu.
Desde el reciente derribo de un caza ruso que, en opinión del Gobierno de Ankara, había violado el espacio aéreo turco, las relaciones entre ambos países se han deteriorado. Moscú ha aprobado numerosas sanciones a diversos sectores económicos, por ejemplo, la limitación a la importación de productos agropecuarios, la prohibición del fichaje de futbolistas turcos, la suspensión de la construcción del gasoducto Turkish Stream, la expulsión de trabajadores y empresarios turcos en Rusia o la recomendación de que se suspendan los viajes turísticos a Turquía. Ankara, por su parte, ha reforzado los controles sobre los buques rusos que recalan en puertos turcos y este fin de semana retuvo a cuatro mercantes por “carecer de los documentos apropiados”. Tras unas horas, a tres de ellos se les dejó continuar su periplo, pero al cuarto se le ha negado el permiso de partida. Los medios locales afirman que se trata de una medida en “represalia” por acciones parecidas tomadas por las autoridades rusas contra barcos turcos en el puerto de Novorossiysk.
La tensión turco-rusa llega en un momento en que varios países han reforzado su presencia naval en el Mediterráneo Oriental en relación con la guerra en Siria. Prácticamente cada día, el Bósforo presencia el paso de buques militares rusos —el último cruzó en dirección al Mar Negro en la mañana de este lunes— y de otros Estados. Al mismo tiempo, tres fragatas que participan en maniobras de la OTAN —la española Bas de Lezo y otras dos de Portugal y Canadá— anclaban este fin de semana en la Punta del Serrallo, en la desembocadura del estrecho que separa Asia y Europa. Como parte de sus ataques aéreos contra el Estado Islámico en Irak y Siria, Estados Unidos ha desplazado su portaaviones Roosvelt, así como tres destructores, y Francia a su portaviones Charles de Gaulle, dos destructores, una fragata y un barco de inteligencia. Además, Italia ha enviado dos buques militares, y Reino Unido, Bélgica, Grecia y Holanda, uno cada uno.
Andrés Mourenza
Estambul, El País
El Ministerio de Exteriores de Turquía convocó este lunes al embajador ruso en Ankara, Andrey Karlov, para protestar por un nuevo episodio de tensión entre ambos países. El incidente sucedió el domingo, cuando el buque de desembarco ruso Caesar Kurnikov cruzaba el estambulí estrecho del Bósforo en dirección al Mediterráneo y en su cubierta se vio a un soldado ruso empuñando un lanzamisiles tierra-aire.
“Mostrar un misil, u otro tipo de armas antiaéreas, en un barco ruso es pura provocación. Espero que se trate de un caso aislado, porque no es la forma adecuada de proceder”, denunció el jefe de la diplomacia turca, Mevlut Çavusoglu, recordando a Moscú la Convención de Montreux, que regula el paso de buques a través de los estrechos del Bósforo y los Dardanelos. Dicho protocolo, firmado en 1936 y que dio a Turquía el control de los estrechos que comunican el Mediterráneo y el Mar Negro, establece la libertad de circulación de los buques comerciales y militares en tiempos de paz, pero permite a Ankara establecer ciertas condiciones en caso de sentirse amenazada. “Estamos implementando Montreux tanto en el paso de buques como en el caso de los barcos que deben ser detenidos. Así que Rusia debería dejar a un lado las acciones de provocación”, advirtió Çavusoglu.
Desde el reciente derribo de un caza ruso que, en opinión del Gobierno de Ankara, había violado el espacio aéreo turco, las relaciones entre ambos países se han deteriorado. Moscú ha aprobado numerosas sanciones a diversos sectores económicos, por ejemplo, la limitación a la importación de productos agropecuarios, la prohibición del fichaje de futbolistas turcos, la suspensión de la construcción del gasoducto Turkish Stream, la expulsión de trabajadores y empresarios turcos en Rusia o la recomendación de que se suspendan los viajes turísticos a Turquía. Ankara, por su parte, ha reforzado los controles sobre los buques rusos que recalan en puertos turcos y este fin de semana retuvo a cuatro mercantes por “carecer de los documentos apropiados”. Tras unas horas, a tres de ellos se les dejó continuar su periplo, pero al cuarto se le ha negado el permiso de partida. Los medios locales afirman que se trata de una medida en “represalia” por acciones parecidas tomadas por las autoridades rusas contra barcos turcos en el puerto de Novorossiysk.
La tensión turco-rusa llega en un momento en que varios países han reforzado su presencia naval en el Mediterráneo Oriental en relación con la guerra en Siria. Prácticamente cada día, el Bósforo presencia el paso de buques militares rusos —el último cruzó en dirección al Mar Negro en la mañana de este lunes— y de otros Estados. Al mismo tiempo, tres fragatas que participan en maniobras de la OTAN —la española Bas de Lezo y otras dos de Portugal y Canadá— anclaban este fin de semana en la Punta del Serrallo, en la desembocadura del estrecho que separa Asia y Europa. Como parte de sus ataques aéreos contra el Estado Islámico en Irak y Siria, Estados Unidos ha desplazado su portaaviones Roosvelt, así como tres destructores, y Francia a su portaviones Charles de Gaulle, dos destructores, una fragata y un barco de inteligencia. Además, Italia ha enviado dos buques militares, y Reino Unido, Bélgica, Grecia y Holanda, uno cada uno.