Tropezón camino del aeropuerto

Bergantiños, a cinco minutos del final, empató un partido en el que Lucas había hecho el 2-1. Messi y Rakitic habían adelantado al Bara. El Atlético puede alcanzar al Barça este domingo y el Madrid ponerse a dos puntos.


Barcelona, As
El Barcelona jugó una hora y luego empezó a facturar las maletas destino Japón. Se desconectó de la Liga antes de tiempo y el Deportivo, que es un equipo estupendo en lo físico y en lo táctico, le empató a dos un duelo que los blaugrana habían tenido en la mano. Por tanto, se va el Barça a Japón a disputar el lujo de llevar la escarapela de campeón del mundo sin hacer los deberes y con esa sensación cada vez más evidente de que el entrenador rival supo leer mejor el partido que Luis Enrique.


En el duelo de Valencia hace una semana, los cambios de Voro revolucionaron un partido que tenia controlado el equipo barcelonista. Ayer, con 2-0 en el marcador, Luis Enrique movió el banquillo pero no el sistema. Fue ingresar Mathieu por Alba en el terreno de juego y el Deportivo de Víctor le comió la tostada a los locales. Puede que Luis Enrique no tenga los elementos que desearía para dar relevos desde la banda, pero tampoco anda descalzo. Que al Barcelona se le escape en casa un partido que dominaba por 2-0 a falta de un cuarto de hora es para preocuparse.

En clave barcelonista, el partido duró lo que duró Messi sobre el campo. Era el argentino el único futbolista que era capaz de improvisar y realizar acciones imprevisibles ante el perfecto dibujo del conjunto gallego. Con Busquets presionado por los rivales, Suárez en día malo y Sandro inutilizado por su propia incapacidad, la única opción ofensiva del Barcelona pasaba por el argentino, que era quien habilitaba a Iniesta y Jordi Alba.

Desde el principio del encuentro, el Deportivo dejó claro que venía al Camp Nou a morder. Bravo ya tuvo que solventar a los 14 minutos un mano a mano ante Jonathan antes de que Messi pusiera orden en la casa con un tiro libre de manual. Lo había ensayado minutos antes desde más lejos, pero Lux atrapó el balón. Cuando poco después le adelantaron la falta tres metros, la suerte estaba echada para el portero argentino.

Con 1-0 se fue el Barcelona al descanso y en el inicio de la segunda parte el Deportivo dejó muy claro que no había venido a Barcelona a tomar el té, cosa que no podría decirse de Mascherano, infame en la segunda mitad del partido, ya fuera en la construcción o en sus dudas para cortar los ataques visitantes. Gracias a dos imprecisiones suyas, el Deportivo se acercó al empate, fantasma que alejó Rakitic con un disparo de lejos en el minuto 61. Ahí, fue cuando Luis Enrique dio el partido por concluido retirando al croata del campo y a continuación a Jordi Alba. A Messi se le había acabado la gasolina y el cambio de Munir por Sandro fue como cambiar una bombilla fundida por otra más fundida todavía.

Y mientras el Barça sacaba las tarjetas de embarque a Yokohama liderados por su entrenador, que dio el partido por liquidado antes de tiempo, Víctor Sánchez del Amo metió toda la carne en el asador y aprovechando a Mathieu, una invitación a los rivales, remontó el partido y estuvo en disposición de ganarlo.

Hoy, el Barça se irá a Japón para ver si es el mejor del mundo, pero su mente, empezando por la del entrenador, que lleva dos bañitos seguidos por parte de Voro y Víctor, hace tiempo que esta ahí. Cuando aterricen en oriente sabrán en cuanto le ha recortado la ventaja sus perseguidores

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