Putin advierte a Turquía que espere mayores sanciones por derribo de avión
Moscú, Reuters
El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo el jueves que el derribo de un avión militar ruso por parte de Turquía era un crimen de guerra y que el Kremlin castigará a Ankara con sanciones adicionales, señalando que las consecuencias por el incidente serán serias y duraderas.
Minutos después de que Putin terminó de hablar en su discurso anual a la nación, su ministro de Energía, Alexander Novak, afirmó que Rusia estaba paralizando sus conversaciones con Ankara sobre un gasoducto, una medida simbólica para enfatizar la indignación del Kremlin.
"No estamos planeando hacer ruido de sables (con Turquía)", dijo Putin tras pedir un momento de silencio por los dos militares rusos muertos inmediatamente después del incidente y por las víctimas rusas del terrorismo.
"Pero si alguien cree que habiendo cometido este crimen de guerra horroroso, el asesinato de nuestra gente, va a resultar perjudicado con algunas medidas relativas a sus tomates o algunos límites a la construcción y otros sectores, está profundamente equivocado".
Turquía tendrá motivos para lamentar sus acciones "más de una vez", sostuvo, prometiendo que las acciones de represalia de Rusia no serán histéricas ni peligrosas. El tono de Putin no da lugar a la esperanza de una reconciliación anticipada y ahondará la división entre ambos países.
"Parece que Alá decidió castigar a la camarilla gobernante de Turquía despojándolos de sabiduría y juicio", declaró, y en una clara referencia a Ankara, llamó a los países a evitar "el doble estándar, contactos con cualquier organización terrorista y cualquier intento de usarlos para sus propios fines".
Rusia ya había prohibido algunas importaciones de alimentos, incluyendo frutas y verduras seleccionadas, como parte de un paquete de sanciones más amplio y ha acusado al presidente turco, Tayyip Erdogan, y su familia de beneficiarse con el contrabando de petróleo desde territorios controlados por el grupo insurgente Estado Islámico en Siria e Irak.
Turquía ha rechazado enérgicamente las acusaciones rusas de que tenga algún vínculo con militantes de Estado Islámico.
El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo el jueves que el derribo de un avión militar ruso por parte de Turquía era un crimen de guerra y que el Kremlin castigará a Ankara con sanciones adicionales, señalando que las consecuencias por el incidente serán serias y duraderas.
Minutos después de que Putin terminó de hablar en su discurso anual a la nación, su ministro de Energía, Alexander Novak, afirmó que Rusia estaba paralizando sus conversaciones con Ankara sobre un gasoducto, una medida simbólica para enfatizar la indignación del Kremlin.
"No estamos planeando hacer ruido de sables (con Turquía)", dijo Putin tras pedir un momento de silencio por los dos militares rusos muertos inmediatamente después del incidente y por las víctimas rusas del terrorismo.
"Pero si alguien cree que habiendo cometido este crimen de guerra horroroso, el asesinato de nuestra gente, va a resultar perjudicado con algunas medidas relativas a sus tomates o algunos límites a la construcción y otros sectores, está profundamente equivocado".
Turquía tendrá motivos para lamentar sus acciones "más de una vez", sostuvo, prometiendo que las acciones de represalia de Rusia no serán histéricas ni peligrosas. El tono de Putin no da lugar a la esperanza de una reconciliación anticipada y ahondará la división entre ambos países.
"Parece que Alá decidió castigar a la camarilla gobernante de Turquía despojándolos de sabiduría y juicio", declaró, y en una clara referencia a Ankara, llamó a los países a evitar "el doble estándar, contactos con cualquier organización terrorista y cualquier intento de usarlos para sus propios fines".
Rusia ya había prohibido algunas importaciones de alimentos, incluyendo frutas y verduras seleccionadas, como parte de un paquete de sanciones más amplio y ha acusado al presidente turco, Tayyip Erdogan, y su familia de beneficiarse con el contrabando de petróleo desde territorios controlados por el grupo insurgente Estado Islámico en Siria e Irak.
Turquía ha rechazado enérgicamente las acusaciones rusas de que tenga algún vínculo con militantes de Estado Islámico.