Mourinho deja fuera a Casillas
Londres, As
El Chelsea se clasificó para los octavos de final de la Champions League tras ganar 2-0 a un Oporto que nunca creyó en dar la sorpresa. Un indomable Diego Costa gobernó el partido a sus anchas mientras que el duelo entre Mourinho e Iker Casillas tuvo más morbo en los prolegómenos que en el césped. El técnico, si se quiere, salió ganador porque metió a su equipo en la siguiente ronda de la competición cómo líder de grupo pero lo cierto es que Casillas poco pudo hacer pare remediarlo. Marcano le dejó vendido a los 12 minutos en el primer gol del partido y Willian le acribilló al inicio de la segunda mitad con un disparo al palo corto para sentenciar el partido y mandar al Oporto a la Europa League.
El equipo portugués necesitaba la victoria para pasar de ronda pero salió al campo como si le valiera el empate. Lopetegui dejó a su delantero Aboubakar en el banco y la apuesta de Brahimi como falso nueve salió rana. Dominó la posesión pero apenas creo peligro sobre la meta de un Courtois infranqueable.
La teoría contraria vale para el Chelsea. Mourinho sacó del ostracismo a Costa tras dos partidos jugando sin nueve y el de España se convirtió en protagonista indiscutible del partido. Para lo bueno y para lo malo. Peleó cada balón con los centrales, se enzarzó en alguna trifulca innecesaria y aunque no marcó provocó el fallo de Marcano para que el central español del Oporto se marcara en propia puerta el 1-0 en el minuto 12 después de un doble fallo. Casillas corrigió el error del central en el despeje tras detener el mano a mano al delantero pero en el rechazó Marcano empujó el balón hacia la red.
El Oporto quedó noqueado tras el gol y el Chelsea lo intentó aprovechar para matar el partido a la contra. Oscar tuvo la más clara tras una pared con Willian mientras Costa se ganó una merecida amarilla al dejar la zancadilla a Casillas en una pelota sin nada en juego. Brahimi, sólo ante el peligro, intentó el imposible con un disparo sin peligro desde fuera del área y Costa le hizo la réplica con otro tiro desviando antes de enfilar hacia los vestuarios.
El Chelsea salió a dejar finiquitado el encuentro en la segunda mitad y Willian tuvo el 2-0 nada más comenzar. Casillas salvó su disparo para mantener con vida a su equipo pero apenas cinco minutos después ya no pudo hacer nada en otra jugada calcada. El brasileño, luz del Chelsea en este inicio gris de temporada, emergió como un puñal por el extremo diestro para, casi sin oposición, clavársela a Casillas por el palo corto.
Lopetegui sacó entonces a Aboubakar por Imbula y a Tello por Herrera en busca del milagro. Ya era tarde. Desde entonces fue más agresivo pero no lo suficiente para derribar la muralla de un Chelsea al que le bastó estar bien agazapado en defensa para proteger la renta. Mourinho coge aire gracias a su competición favorita pero la próxima visita al Leicester City, líder de la Premier League, se antoja menos plácida.
El Chelsea se clasificó para los octavos de final de la Champions League tras ganar 2-0 a un Oporto que nunca creyó en dar la sorpresa. Un indomable Diego Costa gobernó el partido a sus anchas mientras que el duelo entre Mourinho e Iker Casillas tuvo más morbo en los prolegómenos que en el césped. El técnico, si se quiere, salió ganador porque metió a su equipo en la siguiente ronda de la competición cómo líder de grupo pero lo cierto es que Casillas poco pudo hacer pare remediarlo. Marcano le dejó vendido a los 12 minutos en el primer gol del partido y Willian le acribilló al inicio de la segunda mitad con un disparo al palo corto para sentenciar el partido y mandar al Oporto a la Europa League.
El equipo portugués necesitaba la victoria para pasar de ronda pero salió al campo como si le valiera el empate. Lopetegui dejó a su delantero Aboubakar en el banco y la apuesta de Brahimi como falso nueve salió rana. Dominó la posesión pero apenas creo peligro sobre la meta de un Courtois infranqueable.
La teoría contraria vale para el Chelsea. Mourinho sacó del ostracismo a Costa tras dos partidos jugando sin nueve y el de España se convirtió en protagonista indiscutible del partido. Para lo bueno y para lo malo. Peleó cada balón con los centrales, se enzarzó en alguna trifulca innecesaria y aunque no marcó provocó el fallo de Marcano para que el central español del Oporto se marcara en propia puerta el 1-0 en el minuto 12 después de un doble fallo. Casillas corrigió el error del central en el despeje tras detener el mano a mano al delantero pero en el rechazó Marcano empujó el balón hacia la red.
El Oporto quedó noqueado tras el gol y el Chelsea lo intentó aprovechar para matar el partido a la contra. Oscar tuvo la más clara tras una pared con Willian mientras Costa se ganó una merecida amarilla al dejar la zancadilla a Casillas en una pelota sin nada en juego. Brahimi, sólo ante el peligro, intentó el imposible con un disparo sin peligro desde fuera del área y Costa le hizo la réplica con otro tiro desviando antes de enfilar hacia los vestuarios.
El Chelsea salió a dejar finiquitado el encuentro en la segunda mitad y Willian tuvo el 2-0 nada más comenzar. Casillas salvó su disparo para mantener con vida a su equipo pero apenas cinco minutos después ya no pudo hacer nada en otra jugada calcada. El brasileño, luz del Chelsea en este inicio gris de temporada, emergió como un puñal por el extremo diestro para, casi sin oposición, clavársela a Casillas por el palo corto.
Lopetegui sacó entonces a Aboubakar por Imbula y a Tello por Herrera en busca del milagro. Ya era tarde. Desde entonces fue más agresivo pero no lo suficiente para derribar la muralla de un Chelsea al que le bastó estar bien agazapado en defensa para proteger la renta. Mourinho coge aire gracias a su competición favorita pero la próxima visita al Leicester City, líder de la Premier League, se antoja menos plácida.