Maduro reúne al chavismo para reafirmar su liderazgo

El presidente inició un congreso extraordinario con 980 delegados del PSUV para intentar buscar explicaciones sobre la derrota

Alfredo Meza
Caracas, El País
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, inició este jueves un congreso extraordinario con 980 delegados de la base de la formación del Gobierno, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), para intentar buscar explicaciones a la contundente derrota sufrida el domingo en las elecciones parlamentarias.


La cita parece tener, en realidad, un propósito menos declarado y mucho más evidente: que todo el chavismo cierre filas en torno al jefe del Estado para intentar continuar con el modelo bolivariano en medio de la crisis política.La cita con los delegados del PSUV es la continuación de una serie de reuniones que empezaron 24 horas después de la derrota con el Gabinete y los gobernadores de las provincias que controla el Gobierno central, y continuaron el miércoles con una espontánea concentración frente al palacio presidencial de Miraflores, en Caracas. “O triunfa la contrarrevolución y se impone un modelo neoliberal tutelado por los Estados Unidos, fascista, lleno de odio, que acabe con todos los logros de la revolución. O nosotros hacemos una contraofensiva popular en el espíritu del 13 de abril [cuando Hugo Chávez regresó en 2002 en apenas 72 horas después de ser depuesto por un golpe de Estado] y del 4 de febrero de 1992 [la intentona golpista encabezada por el líder bolivariano]”, avisó.

Ha sido el de Maduro un discurso en efervescencia después de reconocer con amplitud democrática los resultados que le dieron a la oposición dos tercios de los diputados de la Asamblea Nacional. El chavismo ha vuelto a demostrar su perfil más sectario. Sus voceros han demostrado que no les interesa compartir el poder con sus adversarios. Desde el lunes, han venido advirtiendo de que se opondrán a cualquier iniciativa de la nueva bancada mayoritaria que signifique una reforma. La mayoría de las formaciones agrupadas en la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) son partidarias de modificaciones estructurales al modelo económico que empiezan a chocar con la cosmovisión revolucionaria.

Se trata de una forma de mostrarse como un bloque unitario en medio de la peor crisis en 17 años, pero también es un intento de reforzar el debilitado liderazgo de Maduro. El número dos del chavismo y presidente del Parlamento, Diosdado Cabello, ha sido de los primeros en respaldar al presidente en esta dura hora endureciendo el tono de su discurso. El propósito de sellar cualquier fisura que los resultados hayan podido dejar se evidencia en la reacción colegiada que han provocado las primeras ideas de la oposición en el Parlamento.

Maduro ha anunciado que vetará cualquier iniciativa que busque liberar a los dirigentes opositoresque permanecen presos por los disturbios ocurridos entre febrero y junio de 2014. Este miércoles, la Asamblea Nacional, todavía dominada por el chavismo, ha nombrado defensora del Pueblo a Susana Barreiro, la juez que condenó al líder opositor Leopoldo López.
Televisión parlamentaria

El Ejecutivo también ha reaccionado al anuncio opositor de cambiar la línea informativa del canal de televisión de la Asamblea Nacional. El martes en la noche Cabello, que presidirá el Parlamento hasta el 5 de enero, entregó a los trabajadores el control de la empresa para evitar los despidos anunciados en la víspera por el decano de los asambleístas opositores, el socialdemócrata Henry Ramos Allup. Durante la pasada legislatura el chavismo se encargó de invisibilizar todo pensamiento disidente del discurso oficial en esa señal, que se financia con recursos públicos.

El oficialismo también se dispone a nombrar antes del fin del actual período a 12 nuevos magistrados del Tribunal Supremo con el propósito de asegurarse el control del aparato judicial. En ese envión no caben las críticas de sus antiguos aliados. El miércoles el exministro y mentor de Hugo Chávez, Jorge Giordani, convocó una rueda de prensa para asegurar que después de los resultados del domingo era pertinente declarar “una emergencia revolucionaria”. La conferencia terminó de forma abrupta cuando irrumpió un grupo violento considerado afín a Maduro. “Rata traidora”, le gritaban.

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