Maduro maniobra para seguir como líder del chavismo
El presidente venezolano ha convocado a los delegados de su formación a una reunión “para la nueva etapa que viene”
Ewald Scharfenberg
Caracas, El País
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, como primera autoridad del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), ha convocado a los 980 delegados de la formación gubernamental a una reunión extraordinaria en Caracas mañana “y si es necesario, el viernes” con el fin de afinar estrategias “para la nueva etapa que viene” tras el abrumador triunfo opositor en las elecciones parlamentarias. Maduro busca controlar los daños a su liderazgo interno e insiste en que la derrota responde a los efectos de una guerra económica contra el chavismo.
Desde la madrugada del lunes, Maduro luce muy activo en la tarea de controlar los daños que a su liderazgo interno pueda haber infligido la derrota en las elecciones legislativas y proponer al sector oficialista una interpretación condescendiente para la debacle electoral. “Hay que ser autocríticos”, exhortó a sus compañeros el lunes en una reunión con gobernadores de provincias y diputados recién electos en el Palacio de Miraflores, “pero que no sea para autoflagelarse, sino para la acción”.
El mandatario viene insistiendo en su tesis de que el resultado electoral ha respondido, más que al triunfo de una propuesta superior o al desgaste del chavismo, a los efectos de la guerra económica que, aduce, la burguesía local y el imperialismo libran contra su Gobierno.
Otro jerarca del Gobierno que se ha abonado a la misma tesis es Jorge Rodríguez, alcalde del municipio Libertador (centro-oeste de Caracas) y jefe de la campaña oficialista, quien ofreció una rueda de prensa el pasado lunes. Además de los efectos de un supuesto chantaje económico sobre los resultados electorales, culpó del revés a las grandes corporaciones mediáticas, a las que acusó de practicar un doble rasero en la información sobre la revolución venezolana: “¿Qué hubiera pasado si el resultado hubiera sido a la inversa? ¿Qué hubiera dicho el diario EL PAÍS? ¿Qué hubiera dicho CNN? ¿Qué hubiera dicho The New York Times? ¿Qué hubiera dicho ABC de España?”.
Rodríguez, expresidente del Consejo Nacional Electoral y exvicepresidente de la República con Hugo Chávez, ha sufrido un duro castigo en los comicios. Si como jefe del Comando Bolívar-Chávez fue el responsable nacional de la estrategia oficialista en la contienda electoral, en su coto personal de la región capital sufrió un varapalo a manos de la oposición, que obtuvo ocho de nueve escaños posibles.
Precisamente uno de los candidatos derrotados en la circunscripción capitalina, Freddy Bernal —responsable en el Gobierno de los asuntos de seguridad ciudadana y control de los cuerpos policiales—, se hizo vocero el lunes en un programa de entrevistas de la televisión privada de la explicación oficial según la cual, dijo, “no ganó la oposición, sino el descontento”. “El chavismo no se ha acabado”, aseguró. En su intervención, sin embargo, introdujo un matiz favorable a la revisión de las políticas y estrategias del chavismo: “¡Cuidado, liderazgo del Partido Socialista Unido de Venezuela! Es hora de unirnos para dar un salto adelante y rectificar en lo que haga falta”.
“Contrarrevolución”
Tras la derrota, el chavismo, que no está acostumbrado a la convivencia con adversarios en mayoría, se ha mostrado escasamente conciliador. El propio presidente Maduro, que al votar el domingo había anunciado la disposición a reunirse con los diputados recién electos para identificar “puntos de encuentro”, ha puesto empeño desde el lunes en caracterizar a la nueva fracción parlamentaria de oposición como punta de lanza de una ofensiva “de la contrarrevolución”. En su intervención del lunes, Maduro alertó que, todavía sin haber tomado posesión de sus escaños, la nueva bancada de oposición pretende derogar leyes que el mandatario considera de “protección al pueblo”, como la llamada de “precios justos”.
Jorge Rodríguez también advirtió: “Nos mantendremos en la calle defendiéndolos a ustedes [los votantes chavistas] y defendiendo la revolución”. Aconsejó a la vez a los opositores que “administren bien su victoria, hay un pueblo en la calle”.
Ewald Scharfenberg
Caracas, El País
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, como primera autoridad del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), ha convocado a los 980 delegados de la formación gubernamental a una reunión extraordinaria en Caracas mañana “y si es necesario, el viernes” con el fin de afinar estrategias “para la nueva etapa que viene” tras el abrumador triunfo opositor en las elecciones parlamentarias. Maduro busca controlar los daños a su liderazgo interno e insiste en que la derrota responde a los efectos de una guerra económica contra el chavismo.
Desde la madrugada del lunes, Maduro luce muy activo en la tarea de controlar los daños que a su liderazgo interno pueda haber infligido la derrota en las elecciones legislativas y proponer al sector oficialista una interpretación condescendiente para la debacle electoral. “Hay que ser autocríticos”, exhortó a sus compañeros el lunes en una reunión con gobernadores de provincias y diputados recién electos en el Palacio de Miraflores, “pero que no sea para autoflagelarse, sino para la acción”.
El mandatario viene insistiendo en su tesis de que el resultado electoral ha respondido, más que al triunfo de una propuesta superior o al desgaste del chavismo, a los efectos de la guerra económica que, aduce, la burguesía local y el imperialismo libran contra su Gobierno.
Otro jerarca del Gobierno que se ha abonado a la misma tesis es Jorge Rodríguez, alcalde del municipio Libertador (centro-oeste de Caracas) y jefe de la campaña oficialista, quien ofreció una rueda de prensa el pasado lunes. Además de los efectos de un supuesto chantaje económico sobre los resultados electorales, culpó del revés a las grandes corporaciones mediáticas, a las que acusó de practicar un doble rasero en la información sobre la revolución venezolana: “¿Qué hubiera pasado si el resultado hubiera sido a la inversa? ¿Qué hubiera dicho el diario EL PAÍS? ¿Qué hubiera dicho CNN? ¿Qué hubiera dicho The New York Times? ¿Qué hubiera dicho ABC de España?”.
Rodríguez, expresidente del Consejo Nacional Electoral y exvicepresidente de la República con Hugo Chávez, ha sufrido un duro castigo en los comicios. Si como jefe del Comando Bolívar-Chávez fue el responsable nacional de la estrategia oficialista en la contienda electoral, en su coto personal de la región capital sufrió un varapalo a manos de la oposición, que obtuvo ocho de nueve escaños posibles.
Precisamente uno de los candidatos derrotados en la circunscripción capitalina, Freddy Bernal —responsable en el Gobierno de los asuntos de seguridad ciudadana y control de los cuerpos policiales—, se hizo vocero el lunes en un programa de entrevistas de la televisión privada de la explicación oficial según la cual, dijo, “no ganó la oposición, sino el descontento”. “El chavismo no se ha acabado”, aseguró. En su intervención, sin embargo, introdujo un matiz favorable a la revisión de las políticas y estrategias del chavismo: “¡Cuidado, liderazgo del Partido Socialista Unido de Venezuela! Es hora de unirnos para dar un salto adelante y rectificar en lo que haga falta”.
“Contrarrevolución”
Tras la derrota, el chavismo, que no está acostumbrado a la convivencia con adversarios en mayoría, se ha mostrado escasamente conciliador. El propio presidente Maduro, que al votar el domingo había anunciado la disposición a reunirse con los diputados recién electos para identificar “puntos de encuentro”, ha puesto empeño desde el lunes en caracterizar a la nueva fracción parlamentaria de oposición como punta de lanza de una ofensiva “de la contrarrevolución”. En su intervención del lunes, Maduro alertó que, todavía sin haber tomado posesión de sus escaños, la nueva bancada de oposición pretende derogar leyes que el mandatario considera de “protección al pueblo”, como la llamada de “precios justos”.
Jorge Rodríguez también advirtió: “Nos mantendremos en la calle defendiéndolos a ustedes [los votantes chavistas] y defendiendo la revolución”. Aconsejó a la vez a los opositores que “administren bien su victoria, hay un pueblo en la calle”.