Lula y González piden a Maduro que dialogue con la oposición
Alicia González / María Sosa Troya
Madrid, El País
El Gobierno de Nicolás Maduro tiene la oportunidad de consolidar la democracia en Venezuela y, tras la derrota electoral en las legislativas del pasado 6 de diciembre, debería ser consecuente y abrir un diálogo con la oposición y los sectores productivos. Es el llamamiento conjunto de los expresidentes de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva y del Gobierno español Felipe González, en el foro El desafío de los emergentes, organizado por el diario EL PAÍS en Madrid. El deterioro social y económico de Venezuela, dicen, hace más urgente esa negociación.
“Lo que pasó en Venezuela fue muy importante. Maduro debe aprender que la democracia no es la perpetuación en el poder”, apuntó este viernes Lula durante el diálogo que mantuvo con González, moderado por el presidente de EL PAÍS y el Grupo Prisa, Juan Luis Cebrián. El mandatario venezolano “debería ser consecuente con el triunfo de la oposición. La Asamblea se merece abrir un diálogo, una negociación y un pacto, como pasó cuando Lula llegó al poder” en Brasil, apuntó González.
El expresidente español, sin embargo, se mostró pesimista a este respecto. “Tras el 6 de diciembre, igual es más dramática la necesidad de negociación”. Especialmente porque “el deterioro social y económico del país es insoportable”, señaló. El régimen venezolano impidió a González el pasado mes de junio visitar al dirigente opositor Leopoldo López en la prisión militar de Ramo Verde, a quien pretendía asesorar en su defensa.
Felipe González ha alertado de que los países atraviesan una “crisis de democracia representativa”, no solo en Latinoamérica sino también en Europa, que se refleja en la aparición de “propuestas liquidacionistas” de los populismos de izquierdas o de extrema derecha, como representa Marine Le Pen en Francia. “Eso lleva a que el resultado final sea el que vemos en Venezuela”, advirtió.
Muy distinto es el análisis que ambos realizan sobre el cambio político en Argentina. “No tengo ninguna preocupación sobre Mauricio Macri. Entiende perfectamente su papel en Argentina y en América Latina. Cuando uno asume como presidente, uno deja de hacer lo que cree y hace lo que puede y cree necesario para su país”, aseguró Lula. “En Argentina se producen unas elecciones, gana Macri y hay una profunda división pero se puede corregir”, afirmó González.
Crisis coyuntural
Los dos dirigentes insistieron en que la crisis que actualmente atraviesa Brasil tiene carácter coyuntural, aunque reconocieron que la crisis política, derivada de los casos de corrupción bajo investigación, agrava la situación económica y dificulta la salida de la crisis. “Cuando hay tensión política, eso absorbe mucho tiempo discutiendo cuestiones secundarias. Por eso el ajuste está tardando más en ser aprobado. Quedan seis meses de agonía, de sufrimiento, pero Brasil tiene un potencial de recuperación impresionante”, subrayó el exdirigente brasileño.
“Desde hace cuatro años, la imagen económica de Brasil es peor de la que es realmente”, aseguró Lula, pero no tiene, como sucedió en 2003 cuando llegó al poder, un problema de credibilidad.
El exmandatario defendió a la presidenta Dilma Rousseff —“es una persona con mucho carácter, muy decente, es un lujo para Brasil contar con ella”— y aseguró que el proceso de destitución “no irá a ninguna parte, es un atentado moral” impulsado por motivos políticos. En todo caso, el antiguo líder del Partido de los Trabajadores recordó que “pocos países del mundo tienen las instituciones que tiene Brasil para combatir la corrupción”, una garantía de la independencia judicial.
Llamamiento a la inversión española
Es el momento de apostar por Brasil. Al menos, es lo que aseguraron este viernes los dos expresidentes en el foro organizado por EL PAÍS. “Si ustedes invierten en Brasil deben saber que ganarán dinero. Estamos locos por crecer. Es el momento”, apuntaba el político brasileño. “Los empresarios españoles deben ayudar e invertir en Brasil, un país con perspectivas a medio plazo más consistentes que las que hay en la vieja Europa”, aseguró Felipe González.
Brasil es el primer destino de las inversiones españolas en el exterior, solo por detrás de Reino Unido. A finales de 2014 acumulaba un saldo de 70.000 millones de euros y se realizaron operaciones por importe de unos 4.000 millones solo el año pasado.