Los conservadores salvan al Gobierno socialista portugués
Comunistas y bloquistas votan contra el rescate y la venta de Banif al Santander
Javier Martín, El País
El Gobierno socialista portugués ha salvado la cara gracias a la abstención del partido conservador PSD. La mayoría parlamentaria de izquierdas se rompió en la primera votación seria: 3.000 millones para salvar el banco Banif antes de vendérselo por 150 millones al Banco Santander. Los diputados comunistas, los bloquistas, los verdes y los ecologistas votaron contra la solución dada por el Gobierno socialista a la penúltima crisis bancaria del país.
"A la primera oportunidad, cada aliado del gobierno ha huido por un lado", escenificó la portavoz del partido derechista CDS, Cecilia Meireles. Efectivamente, así fue. La izquierda dejó solo en minoría los socialistas, pero lo mismo se podía decir de la coalición conservadora PSD-CDS, que dirigió el país durante cuatro años y hasta hace un mes. La coalición PSD-CDS también escenificó su ruptura en la sesión parlamentaria extraordinaria para debatir la crisis del Banif. El CDS del ex vice primer ministro Paulo Portas votó en contra y el socialdemócrata PSD, del ex primer ministro Passos Coelho, se abstuvo, lo que salvó la votación para los socialistas
El ministro de Finanzas, Mario Centeno, defendió el presupuesto rectificativo del Estado, por el cual se inyectan 3.000 millones de euros en el Banif antes de su venta. "Lo que se quería evitar era la liquidación del banco", dijo Centeno en la Asamblea de la República, que pasó la responsabilidad al anterior Ejecutivo. "Hemos tenido que hacer en tres semanas lo que el Gobierno de Passos Coelho no hizo en tres años".
Si el proyecto rectificativo no hubiera sido aprobado, habría quedado anulada la operación de venta de Banif y, con ello, el cierre del banco -que ya no tenía licencia ni financiación del Banco Central Europeo- y el despido de sus 1.600 empleados.
Ni por esas se ablandó el corazón de la bancada de la izquierda. El PC, con sus 17 diputados, votó en contra por considerar que es un sinsentido que el Estado se quede sin un banco y además ponga 3.000 millones de euros para facilitar la operación. Los 19 diputados del Bloco también votaron en contra porque el Gobierno socialista no admitió sus condiciones para la abstención, entre ellas la promulgación de una ley para reducir los poderes del Banco de Portugal y la fusión de Banif con Caixa Geral, también semipública.
"Este Gobierno, que llegó anunciando que iba a dar una patada en la espinilla a la Comisión Europea, se transformó en un Gobierno dócil y disciplinado en la primera decisión seria que había que tomar", criticó Meireles, la diputada del CDS. El voto contrario del CDS tuvo, sin embargo, sus excepciones con las abstenciones de los que pertenecen a la circunscripción de Madeira, sede del banco.
Pese a votar en contra, PC y Bloco se unieron al PS en sus críticas al anterior Ejecutivo por haber iniciado ocho procedimientos de venta del Banif y no haber concluido ninguno. Para todos ellos la solución correcta hubiera sido la fusión en 2012 entre Banif y la Caixa; ahora ya es tarde. El intento del actual Gobierno de impulsar esta solución fue abortado por la Comisión Europea, ya que una entidad financiera con ayudas públicas (caso de Caixa Geral) no puede comprar otra.
En total, el Estado portugués ha gastado en rescates bancarios más de 17.000 millones de euros desde 2008, entre BES (Novo Banco), Caixa, BP, Banif, BPP, BCP y BPI, siendo este el único que ha devuelto todo. Porcentualmente esa cantidad supone el 6,8% del PIB portugués, cuando el esfuerzo de la zona euro ha sido del 4,7%.
Javier Martín, El País
El Gobierno socialista portugués ha salvado la cara gracias a la abstención del partido conservador PSD. La mayoría parlamentaria de izquierdas se rompió en la primera votación seria: 3.000 millones para salvar el banco Banif antes de vendérselo por 150 millones al Banco Santander. Los diputados comunistas, los bloquistas, los verdes y los ecologistas votaron contra la solución dada por el Gobierno socialista a la penúltima crisis bancaria del país.
"A la primera oportunidad, cada aliado del gobierno ha huido por un lado", escenificó la portavoz del partido derechista CDS, Cecilia Meireles. Efectivamente, así fue. La izquierda dejó solo en minoría los socialistas, pero lo mismo se podía decir de la coalición conservadora PSD-CDS, que dirigió el país durante cuatro años y hasta hace un mes. La coalición PSD-CDS también escenificó su ruptura en la sesión parlamentaria extraordinaria para debatir la crisis del Banif. El CDS del ex vice primer ministro Paulo Portas votó en contra y el socialdemócrata PSD, del ex primer ministro Passos Coelho, se abstuvo, lo que salvó la votación para los socialistas
El ministro de Finanzas, Mario Centeno, defendió el presupuesto rectificativo del Estado, por el cual se inyectan 3.000 millones de euros en el Banif antes de su venta. "Lo que se quería evitar era la liquidación del banco", dijo Centeno en la Asamblea de la República, que pasó la responsabilidad al anterior Ejecutivo. "Hemos tenido que hacer en tres semanas lo que el Gobierno de Passos Coelho no hizo en tres años".
Si el proyecto rectificativo no hubiera sido aprobado, habría quedado anulada la operación de venta de Banif y, con ello, el cierre del banco -que ya no tenía licencia ni financiación del Banco Central Europeo- y el despido de sus 1.600 empleados.
Ni por esas se ablandó el corazón de la bancada de la izquierda. El PC, con sus 17 diputados, votó en contra por considerar que es un sinsentido que el Estado se quede sin un banco y además ponga 3.000 millones de euros para facilitar la operación. Los 19 diputados del Bloco también votaron en contra porque el Gobierno socialista no admitió sus condiciones para la abstención, entre ellas la promulgación de una ley para reducir los poderes del Banco de Portugal y la fusión de Banif con Caixa Geral, también semipública.
"Este Gobierno, que llegó anunciando que iba a dar una patada en la espinilla a la Comisión Europea, se transformó en un Gobierno dócil y disciplinado en la primera decisión seria que había que tomar", criticó Meireles, la diputada del CDS. El voto contrario del CDS tuvo, sin embargo, sus excepciones con las abstenciones de los que pertenecen a la circunscripción de Madeira, sede del banco.
Pese a votar en contra, PC y Bloco se unieron al PS en sus críticas al anterior Ejecutivo por haber iniciado ocho procedimientos de venta del Banif y no haber concluido ninguno. Para todos ellos la solución correcta hubiera sido la fusión en 2012 entre Banif y la Caixa; ahora ya es tarde. El intento del actual Gobierno de impulsar esta solución fue abortado por la Comisión Europea, ya que una entidad financiera con ayudas públicas (caso de Caixa Geral) no puede comprar otra.
En total, el Estado portugués ha gastado en rescates bancarios más de 17.000 millones de euros desde 2008, entre BES (Novo Banco), Caixa, BP, Banif, BPP, BCP y BPI, siendo este el único que ha devuelto todo. Porcentualmente esa cantidad supone el 6,8% del PIB portugués, cuando el esfuerzo de la zona euro ha sido del 4,7%.