La volatilidad de las primas de riesgo crece en Latinoamérica
El riesgo se ha disparado en Brasil, Ecuador y Venezuela aunque baja en Argentina
Alejandro Rebossio
Buenos Aires, El País
La desconfianza de los mercados financieros hacía algunos países de Latinoamérica ha aumentado. Este año se ha acentuado el abaratamiento de las materias primas, Estados Unidos ha puesto punto final a casi un decenio de tipos de interés tan bajos que rozaban el 0%, la economía china se ha ralentizado y han aflorado crisis económicas en países como Brasil y Venezuela, lo que ha provocado un aumento de la volatilidad en el coste al que los países latinoamericanos se tienen que financiar. El riesgo país, el termómetro que mide la desconfianza de los mercados financieros, muestra cambios significativos durante los últimos meses.
La prima de riesgo de Brasil, con su fuerte recesión y la amenaza de juicio político a la presidenta Dilma Rousseff, acaba el año con una tasa superior a la de Argentina, pese a los problemas financieros que arrastra el país austral desde 2014 por su conflicto con los fondos buitres de EE UU. Pero el final de 12 años de gobiernos kirchneristas parece pesar más que las dificultades financieras. El diferencial brasileño ha subido cerca de un 99% en lo que va del año, hasta 542 puntos básicos, mientras que el argentino se sitúa en los 465, tras bajar un 33%.
Venezuela y Ecuador, dependientes del petróleo, presentan primas de riesgo de 2.883 y 1.270 puntos básicos. La ecuatoriana se elevó un 43% en un año cargado de tensiones políticas. La superación de la barrera de los 1.000 puntos indica riesgo de impago. En un intento por despejar fantasmas, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, anunció hace dos semanas que “por primera vez en la historia” su país terminaba de pagar todo el capital de un título público emitido en el extranjero. Su deuda pública neta con relación al PIB es del 26%, la de Venezuela llega al 30%, pero les cuesta asumirla.
La medición del riesgo
La prima de riesgo en los países europeos se mide como el diferencial entre el bono a 10 años de un Estado con el alemán, el de referencia al ser el más seguro de cobrar.
En los países latinoamericanos se mide a través del índice Embi. Se trata de la diferencia entre los tipos de interés que pagan los bonos denominados en dólares, emitidos por países en desarrollo, y los bonos del Tesoro de Estados Unidos, considerados libres de riesgo.
El riesgo país también se puede medir a través de los credit default swaps (CDS), seguros de impagos de bonos públicos
Dentro de las economías de la Alianza del Pacífico llama la atención la subida de la prima de riesgo de Colombia, otro país petrolero, que se sitúa en los 320 puntos, un 63% por encima del comienzo de 2015. “El estancamiento económico inesperado en Colombia parece haber tenido un efecto significativo sobre el riesgo. La caída del peso le ha afectado”, reflexiona Oscar Ugarteche, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Su deuda neta es del 35,9% del PIB, apenas por debajo del 36,5% de México.
La prima de riesgo del país azteca también crece un 26%, hasta los 231 puntos básicos. La misma tendencia siguen los mercados en Perú, donde el diferencial al que se financia su deuda pública frente a la de EE UU ha crecido un 35% en los últimos meses hasta situarse en los 246 puntos. Chile vive lejos de los problemas de impagos que acechan a otros países. Tiene una deuda pública neta muy reducida, tan solo del 1,6% del PIB y su prima de riesgo está entre las más bajas de la región (254 puntos). “México, Perú y Chile siguen las reglas del capital financiero y no se van a salir del libreto”, opina Ugarteche.
“La percepción del probable riesgo de un impago es un juicio de un analista de lo que le parece que podría pasar”, aclara el académico. En ese sentido, “toda América Latina ha sufrido el embate de la apreciación del dólar”, observa este economista peruano. La moneda norteamericana se apreció un 53% frente al peso argentino, un 48% ante el real brasileño y un 38% frente al peso colombiano, entre las mayores alzas de la región. “Se depreciaron más las monedas de los exportadores de materias primas”, comenta Eduardo Levy Yeyati, profesor visitante de Harvard. “En cambio, los bonos de EE UU se hacen más atractivos por la mayor tasa (tipo) y por el mayor crecimiento”, añade.
Pese a las limitaciones financieras de Argentina, por su contencioso con los fondos buitres, su prima de riesgo evoluciona a la baja. Más problemas acumula Brasil, según la percepción de los mercados. “Si siguiese así en 10 años tendría problemas, pero tiene muchos recursos no usados, financieros, líneas de contingencia de EE UU y el FMI”, dice, tranquilizador, Levy.
Alejandro Rebossio
Buenos Aires, El País
La desconfianza de los mercados financieros hacía algunos países de Latinoamérica ha aumentado. Este año se ha acentuado el abaratamiento de las materias primas, Estados Unidos ha puesto punto final a casi un decenio de tipos de interés tan bajos que rozaban el 0%, la economía china se ha ralentizado y han aflorado crisis económicas en países como Brasil y Venezuela, lo que ha provocado un aumento de la volatilidad en el coste al que los países latinoamericanos se tienen que financiar. El riesgo país, el termómetro que mide la desconfianza de los mercados financieros, muestra cambios significativos durante los últimos meses.
La prima de riesgo de Brasil, con su fuerte recesión y la amenaza de juicio político a la presidenta Dilma Rousseff, acaba el año con una tasa superior a la de Argentina, pese a los problemas financieros que arrastra el país austral desde 2014 por su conflicto con los fondos buitres de EE UU. Pero el final de 12 años de gobiernos kirchneristas parece pesar más que las dificultades financieras. El diferencial brasileño ha subido cerca de un 99% en lo que va del año, hasta 542 puntos básicos, mientras que el argentino se sitúa en los 465, tras bajar un 33%.
Venezuela y Ecuador, dependientes del petróleo, presentan primas de riesgo de 2.883 y 1.270 puntos básicos. La ecuatoriana se elevó un 43% en un año cargado de tensiones políticas. La superación de la barrera de los 1.000 puntos indica riesgo de impago. En un intento por despejar fantasmas, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, anunció hace dos semanas que “por primera vez en la historia” su país terminaba de pagar todo el capital de un título público emitido en el extranjero. Su deuda pública neta con relación al PIB es del 26%, la de Venezuela llega al 30%, pero les cuesta asumirla.
La medición del riesgo
La prima de riesgo en los países europeos se mide como el diferencial entre el bono a 10 años de un Estado con el alemán, el de referencia al ser el más seguro de cobrar.
En los países latinoamericanos se mide a través del índice Embi. Se trata de la diferencia entre los tipos de interés que pagan los bonos denominados en dólares, emitidos por países en desarrollo, y los bonos del Tesoro de Estados Unidos, considerados libres de riesgo.
El riesgo país también se puede medir a través de los credit default swaps (CDS), seguros de impagos de bonos públicos
Dentro de las economías de la Alianza del Pacífico llama la atención la subida de la prima de riesgo de Colombia, otro país petrolero, que se sitúa en los 320 puntos, un 63% por encima del comienzo de 2015. “El estancamiento económico inesperado en Colombia parece haber tenido un efecto significativo sobre el riesgo. La caída del peso le ha afectado”, reflexiona Oscar Ugarteche, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Su deuda neta es del 35,9% del PIB, apenas por debajo del 36,5% de México.
La prima de riesgo del país azteca también crece un 26%, hasta los 231 puntos básicos. La misma tendencia siguen los mercados en Perú, donde el diferencial al que se financia su deuda pública frente a la de EE UU ha crecido un 35% en los últimos meses hasta situarse en los 246 puntos. Chile vive lejos de los problemas de impagos que acechan a otros países. Tiene una deuda pública neta muy reducida, tan solo del 1,6% del PIB y su prima de riesgo está entre las más bajas de la región (254 puntos). “México, Perú y Chile siguen las reglas del capital financiero y no se van a salir del libreto”, opina Ugarteche.
“La percepción del probable riesgo de un impago es un juicio de un analista de lo que le parece que podría pasar”, aclara el académico. En ese sentido, “toda América Latina ha sufrido el embate de la apreciación del dólar”, observa este economista peruano. La moneda norteamericana se apreció un 53% frente al peso argentino, un 48% ante el real brasileño y un 38% frente al peso colombiano, entre las mayores alzas de la región. “Se depreciaron más las monedas de los exportadores de materias primas”, comenta Eduardo Levy Yeyati, profesor visitante de Harvard. “En cambio, los bonos de EE UU se hacen más atractivos por la mayor tasa (tipo) y por el mayor crecimiento”, añade.
Pese a las limitaciones financieras de Argentina, por su contencioso con los fondos buitres, su prima de riesgo evoluciona a la baja. Más problemas acumula Brasil, según la percepción de los mercados. “Si siguiese así en 10 años tendría problemas, pero tiene muchos recursos no usados, financieros, líneas de contingencia de EE UU y el FMI”, dice, tranquilizador, Levy.