La ONU llama a los contendientes sirios a negociar la paz en enero

El enviado de Naciones Unidas espera reunir a representantes del Gobierno de Damasco con el "más amplio espectro posible de la oposición"

Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
Tras casi cinco años de guerra civil, el mediador de Naciones Unidas para el conflicto sirio, Staffan de Mistura, anunció ayer que convocará a las partes en conflicto el 25 de enero a fin de que negocien un acuerdo de paz en Ginebra. La ONU espera reunir entonces a los representantes del Gobierno de Damasco con “el más amplio espectro posible de la oposición siria”, según un comunicado de De Mistura, que ha puesto en marcha la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU del pasado día 18 en la que se aprobó por unanimidad un plan negociado por las grandes potencias en Viena en noviembre.



El enviado de la ONU aseguró que espera contar “con la plena cooperación de todas las partes implicadas”. De Mistura también expresó su preocupación ante el riesgo de que “los acontecimientos sobre el terreno hagan descarrilar el proceso”, en una clara alusión a la muerte del destacado líder rebelde Zharan Alush en un bombardeo del Ejército sirio en las afueras de Damasco.

La iniciativa adoptada en Viena por Rusia y Estados Unidos busca una salida política al conflicto y contó el mes pasado con el apoyo de Arabia Saudí y Turquía, que sostienen a la oposición suní junto con Washington, y de Irán, principal aliado junto con Moscú del régimen de Bachar el Asad, además de tres decenas de países occidentales e islámicos.

Las negociaciones tenían que haber empezado a comienzos de enero según la hoja de ruta de Viena, que prevé un alto el fuego, la constitución de un Gobierno de unidad nacional y la celebración de elecciones libres en Siria en un plazo de dos años.

Los diplomáticos de Riad han intentado mientras tanto coordinar a la oposición para que no se presente fragmentada en las reuniones de Ginebra. En una conferencia celebrada este mes en la capital saudí se acordó crear un comité para seleccionar a los miembros del equipo negociador del frente suní contra el Asad.

El Gobierno sirio, que representa a la minoría alauí (una rama del islam chií), ha confirmado su disposición a participar en las conversaciones de la ciudad suiza, según anticipó en Pekín el ministro de Exteriores sirio, Walid al Mualen, informa Reuters.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, tendrá que presentar en el plazo de mes una propuesta para la creación de una misión de observadores de verificación de un eventual alto el fuego en Siria.

Un primer paso hacia la tregua en el país árabe se vio frustrado ayer, cuando estaba prevista la evacuación de combatientes islamistas cercados por el Ejército sirio.

El Estado Islámico (ISIS), que se ha hecho fuerte en el norte de Siria en medio del largo conflicto civil, está excluido del diálogo previsto en Ginebra, junto con otras fuerzas radicales pendientes aún de detallar.

Una operación conjunta de fuerzas rebeldes kurdas sirias y de la oposición árabe suní arrebató ayer a las milicias del califato la estratégica presa de Tishrin, en el río Éufrates, a apenas 22 kilometros aguas arriba de Raqqa, la capital del ISIS en el norte de Siria. La operación, que contó durante la madrugada anterior con el apoyo de los bombardeos aéreos de Estados Unidos, priva a los yihadistas del control de una de sus principales rutas de suministro y aísla sus bastiones en el norte de Alepo.

La muerte de un líder rebelde retrasa la salida de yihadistas de barrios de Damasco

Un pacto alcanzado con mediación de la ONU para evacuar a 2.000 milicianos, incluidos miembros del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), asediados por el Ejército regular sirio en barrios periféricos de Damasco se ha retrasado a causa de la muerte violenta de un jefe rebelde, según informó ayer el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. El plan era trasladar ayer por la mañana a los insurgentes y sus familias en autobuses desde la zona de Yarmuk, en la capital siria, hasta Raqa, la capital de facto del ISIS en el norte de Siria, y a Alepo.

Pero la muerte, la víspera en un bombardeo atribuido a la aviación siria, de Zahran Alush, jefe de una facción insurgente denominada Ejército del Islam, paralizó la evacuación ante la falta de territorio seguro por el que transitar, según informó el canal Al Manar, de la milicia-partido Hezbolá, que lucha junto a las tropas del presidente Bachar el Asad.

Alush —cuyo grupo ya ha elegido nuevo líder— lideraba una milicia que participa en el proceso de paz auspiciado por la ONU en Viena y que pretende arrancar en enero. Aunque el jefe rebelde no acudió al encuentro de la capital austriaca, su grupo es el más poderoso y más ultra de los que estuvo en la reunión, según explica el especialista Aron Lund en el blog Syria Comment. “Si el Ejército del Islam tiene dificultades para poner orden en su seno tras la muerte de Alush o se ve inmerso en las disputas entre las facciones que pretenden aumentar su poder en la economía de guerra o resulta debilitado, podría tener un efecto negativo en la capacidad negociadora de la oposición [a El Asad] en Ginebra”, según Lund.

El acuerdo para evacuar a los milicianos era el primero de este tipo alcanzado entre el Gobierno de El Asad y el grupo extremista ISIS. La suspensión supone un duro golpe para los esfuerzos de Naciones Unidas de lograr la salida de los atrapados en esa zona de la ciudad a la que las tropas regulares han impedido durante años la llegada de ayuda humanitaria porque está bajo el control del ISIS y diversos grupos rebeldes. Algunos civiles han llegado incluso a morir de hambre.

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