La comunidad internacional urge un Gobierno de unidad para Libia
John Kerry advierte en Roma de que el vacío de poder es cada día más peligroso por el avance del ISIS
Pablo Ordaz / Francisco Peregil
Roma / Rabat, El País
Ahora o nunca. Ese es el mensaje que la comunidad internacional quiso trasladar ayer desde Roma a los dos Gobiernos enfrentados de Libia, el de Tobruk y el de Trípoli. O se firma ahora el acuerdo para un Gobierno de Unidad Nacional en el que la ONU viene trabajando desde hace un año, o el caos que padece el país desde 2011 se volverá aún más sangriento.
La cumbre de Roma, presidida por el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, urgió a las partes a terminar de una vez con el “vacío de poder” que está siendo aprovechado por los extremistas. “No podemos permitir”, advirtió Kerry, “que la actual situación de Libia prosiga. Es peligroso para los libios y también ahora para todos, dada la presencia del Estado Islámico”. En la cumbre participaron 17 países, entre ellos los cinco que forman parte del Consejo de Seguridad de la ONU, y representantes de los dos parlamentos enfrentados en Libia.
De los 6,2 millones de habitantes, 2,4 se encuentran en “situación desesperada de ayuda humanitaria”, según la ONU. De ellos, casi medio millón están desplazados a otras zonas del país. Todo eso, sin contar los miles de refugiados subsaharianos que esperan en las costas un barco que los lleve a Europa.
La comunidad internacional se muestra unida como pocas veces lo ha estado ante un conflicto. Hay parlamentarios de las dos partes enfrentadas en Libia que apoyan el acuerdo de la ONU. El alemán Martín Kobler, que heredó hace un mes el testigo de Bernardino León como enviado especial de la ONU para Libia, consiguió un acuerdo la semana pasada entre las delegaciones de Trípoli y Tobruk. Ese acuerdo debería ratificarse el próximo miércoles 16 de diciembre. Pero Kobler se enfrenta ahora al mismo problema que ya sufrió León durante un año: los principales representantes de ambos Parlamentos, tanto el de Trípoli como el de Tobruk, no respaldan el acuerdo. Kerry llamó ayer a olvidar los “individualismos”.
Pero esos “individualismos” pesan muy fuerte en la Libia actual. La analista Claudia Gazzini, experta en Libia del centro de análisis International Crisis Group, señala que el principal obstáculo que enfrenta Kobler ahora mismo es la falta de confianza en el proceso iniciado por la ONU hace un año. Esa confianza, según Gazzini, se vio perjudicada por el “prematuro” anuncio de un Gobierno de unidad nacional hecho en octubre por Bernardino León, así como por las acusaciones de imparcialidad presentadas contra él desde el Parlamento de Trípoli después que le fuera pirateada su cuenta de correo electrónico.
Este centro de análisis emitió el sábado un comunicado en el que llama a la prudencia, para no repetir con Libia los errores del pasado: “Varios países reunidos en Roma intervieron militarmente en Libia en 2011 sin tener un plan para la posguerra. No se debería repetir ahora en campo diplomático aquel error”. Gazzini es consciente de la presión que existe para formar un Gobierno de Unidad, pero cree que ese Gobierno ha de tener el máximo respaldo posible. El ministro italiano de Exteriores, Paolo Gentiloni, insistió en no repetir los errores del pasado y advirtió, eso sí, de que “la hipótesis de una intervención militar es prematura”.
Pablo Ordaz / Francisco Peregil
Roma / Rabat, El País
Ahora o nunca. Ese es el mensaje que la comunidad internacional quiso trasladar ayer desde Roma a los dos Gobiernos enfrentados de Libia, el de Tobruk y el de Trípoli. O se firma ahora el acuerdo para un Gobierno de Unidad Nacional en el que la ONU viene trabajando desde hace un año, o el caos que padece el país desde 2011 se volverá aún más sangriento.
La cumbre de Roma, presidida por el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, urgió a las partes a terminar de una vez con el “vacío de poder” que está siendo aprovechado por los extremistas. “No podemos permitir”, advirtió Kerry, “que la actual situación de Libia prosiga. Es peligroso para los libios y también ahora para todos, dada la presencia del Estado Islámico”. En la cumbre participaron 17 países, entre ellos los cinco que forman parte del Consejo de Seguridad de la ONU, y representantes de los dos parlamentos enfrentados en Libia.
De los 6,2 millones de habitantes, 2,4 se encuentran en “situación desesperada de ayuda humanitaria”, según la ONU. De ellos, casi medio millón están desplazados a otras zonas del país. Todo eso, sin contar los miles de refugiados subsaharianos que esperan en las costas un barco que los lleve a Europa.
La comunidad internacional se muestra unida como pocas veces lo ha estado ante un conflicto. Hay parlamentarios de las dos partes enfrentadas en Libia que apoyan el acuerdo de la ONU. El alemán Martín Kobler, que heredó hace un mes el testigo de Bernardino León como enviado especial de la ONU para Libia, consiguió un acuerdo la semana pasada entre las delegaciones de Trípoli y Tobruk. Ese acuerdo debería ratificarse el próximo miércoles 16 de diciembre. Pero Kobler se enfrenta ahora al mismo problema que ya sufrió León durante un año: los principales representantes de ambos Parlamentos, tanto el de Trípoli como el de Tobruk, no respaldan el acuerdo. Kerry llamó ayer a olvidar los “individualismos”.
Pero esos “individualismos” pesan muy fuerte en la Libia actual. La analista Claudia Gazzini, experta en Libia del centro de análisis International Crisis Group, señala que el principal obstáculo que enfrenta Kobler ahora mismo es la falta de confianza en el proceso iniciado por la ONU hace un año. Esa confianza, según Gazzini, se vio perjudicada por el “prematuro” anuncio de un Gobierno de unidad nacional hecho en octubre por Bernardino León, así como por las acusaciones de imparcialidad presentadas contra él desde el Parlamento de Trípoli después que le fuera pirateada su cuenta de correo electrónico.
Este centro de análisis emitió el sábado un comunicado en el que llama a la prudencia, para no repetir con Libia los errores del pasado: “Varios países reunidos en Roma intervieron militarmente en Libia en 2011 sin tener un plan para la posguerra. No se debería repetir ahora en campo diplomático aquel error”. Gazzini es consciente de la presión que existe para formar un Gobierno de Unidad, pero cree que ese Gobierno ha de tener el máximo respaldo posible. El ministro italiano de Exteriores, Paolo Gentiloni, insistió en no repetir los errores del pasado y advirtió, eso sí, de que “la hipótesis de una intervención militar es prematura”.