Italia baja los impuestos pese a las advertencias de Bruselas
El recorte favorece a familias, jóvenes, empresas, cooperación y seguridad
María Salas Oraá
Roma, El País
El Senado italiano dio este martes el visto bueno a los Presupuestos Generales del primer ministro, Matteo Renzi, los más expansivos desde 2001 y con un gran recorte de impuestos que desafía las recomendaciones de Bruselas. La Comisión Europea advirtió el mes pasado de que las cuentas de Italia amenazan la estabilidad de la eurozona y pidió control presupuestario. La deuda pública de Italia es del 133% de su PIB, la segunda más alta de la zona euro después de Grecia. Destinarán 30.000 millones de euros a promover el consumo y combatir la desigualdad y la pobreza, tal y como expresó Renzi el pasado mes de marzo, cuando presentó las cuentas de 2016. El déficit público italiano se situará en el 2,4% a pesar de que las directrices de la Comisión lo querían en el 1,8% como máximo. “Desde 2012 está descendiendo, este año baja al 2,4%. Europa lo querría todavía más bajo, pero es el menor déficit de los últimos diez años”, defendió Renzi.
Bajarán los impuestos a la primera vivienda, retomando así una de las políticas estrella del ex primer ministro Silvio Berlusconi, con un coste de alrededor de 3.500 millones de euros. Pero también se reducirán los impuestos que gravan los beneficios de las empresas, los impuestos a la agricultura y a la maquinaria de construcción. El IVA se mantendrá con el tipo máximo al 22%, aunque con la intención de poder reducirlo en el futuro. Disminuye también el gravamen a la televisión pública, el canon RAI, que se reduce de 113 euros anuales a 100 euros. Estos nuevos presupuestos permitirán que las empresas puedan deducirse el 140% de los gastos de renovación de instrumentos de trabajo y autorizarán a los ayuntamientos a gastar “en escuelas, aceras y carreteras”, y no ahorrar las partidas que sobren de obras ya concluidas. También habrá incentivos para las familias numerosas, para los nuevos contratos y para los contratos indefinidos.
Otra de las medidas es premiar con un bono de 80 euros mensuales a los policías y militares, que, defendió Renzi, afrontan unos esfuerzos extra después de los atentados de París del 13 de noviembre. También habrá 2.000 millones extra para seguridad. Además, los nuevos Presupuestos incluyen gastos especiales en cultura: 1.000 millones más para este Ministerio, además de otras medidas como un bono de 500 euros para gastar en teatros, museos, áreas arqueológicas, exposiciones y libros para jóvenes que cumplan 18 años. Además, habrá 500 nuevos trabajadores contratados en el sector cultural.
Otros 400 millones se invertirán en cooperación internacional y 600 irán destinados a combatir la pobreza en Italia. Los presupuestos menos austeros se deben a que, según Renzi, el país está saliendo de la crisis económica y ya deja ver signos de recuperación. De hecho, prevé que Italia crecerá casi el doble el año que viene: del 0,8% del PIB en 2015 al 1,5% en 2016.
Sí continuarán medidas restrictivas y recorte de gasto público por alrededor de 5.000 millones de euros, sobre todo en la Administración y en la congelación de la contratación de funcionarios.
María Salas Oraá
Roma, El País
El Senado italiano dio este martes el visto bueno a los Presupuestos Generales del primer ministro, Matteo Renzi, los más expansivos desde 2001 y con un gran recorte de impuestos que desafía las recomendaciones de Bruselas. La Comisión Europea advirtió el mes pasado de que las cuentas de Italia amenazan la estabilidad de la eurozona y pidió control presupuestario. La deuda pública de Italia es del 133% de su PIB, la segunda más alta de la zona euro después de Grecia. Destinarán 30.000 millones de euros a promover el consumo y combatir la desigualdad y la pobreza, tal y como expresó Renzi el pasado mes de marzo, cuando presentó las cuentas de 2016. El déficit público italiano se situará en el 2,4% a pesar de que las directrices de la Comisión lo querían en el 1,8% como máximo. “Desde 2012 está descendiendo, este año baja al 2,4%. Europa lo querría todavía más bajo, pero es el menor déficit de los últimos diez años”, defendió Renzi.
Bajarán los impuestos a la primera vivienda, retomando así una de las políticas estrella del ex primer ministro Silvio Berlusconi, con un coste de alrededor de 3.500 millones de euros. Pero también se reducirán los impuestos que gravan los beneficios de las empresas, los impuestos a la agricultura y a la maquinaria de construcción. El IVA se mantendrá con el tipo máximo al 22%, aunque con la intención de poder reducirlo en el futuro. Disminuye también el gravamen a la televisión pública, el canon RAI, que se reduce de 113 euros anuales a 100 euros. Estos nuevos presupuestos permitirán que las empresas puedan deducirse el 140% de los gastos de renovación de instrumentos de trabajo y autorizarán a los ayuntamientos a gastar “en escuelas, aceras y carreteras”, y no ahorrar las partidas que sobren de obras ya concluidas. También habrá incentivos para las familias numerosas, para los nuevos contratos y para los contratos indefinidos.
Otra de las medidas es premiar con un bono de 80 euros mensuales a los policías y militares, que, defendió Renzi, afrontan unos esfuerzos extra después de los atentados de París del 13 de noviembre. También habrá 2.000 millones extra para seguridad. Además, los nuevos Presupuestos incluyen gastos especiales en cultura: 1.000 millones más para este Ministerio, además de otras medidas como un bono de 500 euros para gastar en teatros, museos, áreas arqueológicas, exposiciones y libros para jóvenes que cumplan 18 años. Además, habrá 500 nuevos trabajadores contratados en el sector cultural.
Otros 400 millones se invertirán en cooperación internacional y 600 irán destinados a combatir la pobreza en Italia. Los presupuestos menos austeros se deben a que, según Renzi, el país está saliendo de la crisis económica y ya deja ver signos de recuperación. De hecho, prevé que Italia crecerá casi el doble el año que viene: del 0,8% del PIB en 2015 al 1,5% en 2016.
Sí continuarán medidas restrictivas y recorte de gasto público por alrededor de 5.000 millones de euros, sobre todo en la Administración y en la congelación de la contratación de funcionarios.