España: Rajoy buscará el apoyo de Ciudadanos y PSOE para formar Gobierno
El líder del PP afirma que negociará con los partidos que comparten sus valores tras el 20-D
Javier Casqueiro
Madrid, El País
El presidente en funciones, Mariano Rajoy, va a demandar en persona en los próximos días, fundamentalmente a los líderes del PSOE, Pedro Sánchez, y Ciudadanos, Albert Rivera, un apoyo con “sentido de Estado” para formar un Gobierno estable del PP que reafirme el rumbo institucional, europeo y económico de España. Ese es el plan de Rajoy. No tiene las citas cerradas, pero los contactos se producirán antes del 13 de enero para pactar, además, un presidente del Congreso que gestione la nueva y fragmentada situación política tras el 20-D. Rajoy no quiere hablar por ahora de coaliciones.
Rajoy reunió la tarde de este lunes al centenar de dirigentes que forman el comité ejecutivo del PP para compartir durante dos horas reflexiones sobre los resultados electorales del 20-D, que al principio se digirieron sin optimismo, como un éxito moderado, y que con las horas se convierten en un reto muy complicado. El líder del PP insiste en agarrarse a los datos para asegurar que su partido ha ganado y es la primera fuerza con 7.300.000 votos (28,72%) y 6,7 puntos y 1.700.000 papeletas por encima del segundo, el PSOE (22,01%). El dirigente popular remarca mucho que mantiene 123 escaños frente a los 90 socialistas, pero no menciona que ha perdido 63 actas en cuatro años ni que entonces el PP cosechó 10.321.000 votos. Esa cifra la sumaría ahora si se contasen a su lado los escrutinios de Ciudadanos.
El presidente del PP no hizo autocrítica en su discurso interno ni ante la prensa y se limitó a justificar la espectacular bajada en la “herencia recibida” del Gobierno socialista y los recortes que tuvo que aplicar para salvar a España. Poco más.
Ante el incierto escenario que se abre ahora para gestionar el futuro del país, Rajoy comenzó por reafirmar que debe ser el PP el que intente formar Gobierno, y buscar la estabilidad política, y se aprestó a “actuar en consecuencia”. Pero luego no precisó ninguno de sus planes concretos. Es más, señaló que aún no había tenido tiempo ni oportunidad de pensar cómo quiere “preparar” los contactos que iniciará con algunos líderes políticos en los próximos días.
“Nadie es imprescindible”
El líder del PP en Extremadura, José Antonio Monago, aseguró que el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, no es imprescindible “como nadie lo es en la vida”, y quien crea lo contrario “se equivoca”. Así respondió a su llegada a la reunión del comité ejecutivo del PP, al ser expresamente preguntado sobre si Rajoy es imprescindible para que el PP pueda formalizar pactos de gobierno. Monago fue uno de los barones autonómicos que salieron mayoritariamente en apoyo y respaldo de Rajoy, como los presidentes del partido en La Rioja, Murcia, Aragón, Cataluña y Andalucía.
Rajoy quiere un Gobierno estable encabezado por el PP como primer partido y ganador, como se han hecho las cosas en España desde las primeras elecciones democráticas en 1977. Todo lo que ha ocurrido en el país con las fuerzas emergentes, ya ahora en el nuevo Parlamento, no varían su guion.
El presidente, desde la noche del lunes en funciones, hace sus propias lecturas de los datos obtenidos el 20-D. La primera resultó tremendamente optimista. Rajoy considera especialmente relevante en estos momentos que la mayoría de los partidos, coaliciones y fuerzas que han logrado representación en las nuevas Cortes respalden su concepción de la defensa de la Constitución, la unidad de España, la soberanía nacional, la igualdad de los españoles y el papel en Europa y frente a la lucha antiterrorista. Eso lo considera un gran avance al margen de la fragmentación constatable en el nuevo Parlamento.
El jefe del Ejecutivo asume que le toca la “responsabilidad y el mandato” de explorar cómo se puede llegar a un Gobierno estable “para ofrecer certidumbre dentro y fuera de España”. Y fijó los ejes de discurso en mantener tres rumbos que él ha marcado en la legislatura que terminó: aplicar las reformas institucionales con consenso, perseverar en las políticas económicas y mantener la posición en Europa y con nuestros socios y aliados.
Las líneas rojas
Rajoy es consciente de que el 20-D han cambiado muchas cosas en España y en la política nacional, pero quiere perpetuar esos puntos básicos, que son sus líneas rojas, con las que abordará las conversaciones discretas de los próximos días. El presidente del PP se niega a decir en público que sus preferencias son abrir esas charlas con el PSOE y Ciudadanos, aunque no tiene otras opciones realmente viables, pero no quiere meter más presión añadida a ese proceso de diálogo.
“Los españoles han expresado su voluntad y ahora nos toca a los políticos garantizar que se cumpla con responsabilidad y sentido de Estado”, afirmó. La división nunca vista antes entre cuatro partidos con más de 40 escaños “no puede ser un elemento de parálisis y de bloqueo o inacción”.
El proceso de negociación para formar Gobierno no tiene ni fecha de partida ni de llegada pero Rajoy demandó “generosidad y amplitud de miras con la vista puesta en el interés de España” y avanzó que él destinará sus mejores esfuerzos con ese fin. Tampoco quiso marcarse prioridades entre unos partidos, PSOE, u otros, Ciudadanos. Eso sí, reclamó mesura, prudencia y cuidado con lo que se dice estos días “para no arrepentirse”.
Javier Casqueiro
Madrid, El País
El presidente en funciones, Mariano Rajoy, va a demandar en persona en los próximos días, fundamentalmente a los líderes del PSOE, Pedro Sánchez, y Ciudadanos, Albert Rivera, un apoyo con “sentido de Estado” para formar un Gobierno estable del PP que reafirme el rumbo institucional, europeo y económico de España. Ese es el plan de Rajoy. No tiene las citas cerradas, pero los contactos se producirán antes del 13 de enero para pactar, además, un presidente del Congreso que gestione la nueva y fragmentada situación política tras el 20-D. Rajoy no quiere hablar por ahora de coaliciones.
Rajoy reunió la tarde de este lunes al centenar de dirigentes que forman el comité ejecutivo del PP para compartir durante dos horas reflexiones sobre los resultados electorales del 20-D, que al principio se digirieron sin optimismo, como un éxito moderado, y que con las horas se convierten en un reto muy complicado. El líder del PP insiste en agarrarse a los datos para asegurar que su partido ha ganado y es la primera fuerza con 7.300.000 votos (28,72%) y 6,7 puntos y 1.700.000 papeletas por encima del segundo, el PSOE (22,01%). El dirigente popular remarca mucho que mantiene 123 escaños frente a los 90 socialistas, pero no menciona que ha perdido 63 actas en cuatro años ni que entonces el PP cosechó 10.321.000 votos. Esa cifra la sumaría ahora si se contasen a su lado los escrutinios de Ciudadanos.
El presidente del PP no hizo autocrítica en su discurso interno ni ante la prensa y se limitó a justificar la espectacular bajada en la “herencia recibida” del Gobierno socialista y los recortes que tuvo que aplicar para salvar a España. Poco más.
Ante el incierto escenario que se abre ahora para gestionar el futuro del país, Rajoy comenzó por reafirmar que debe ser el PP el que intente formar Gobierno, y buscar la estabilidad política, y se aprestó a “actuar en consecuencia”. Pero luego no precisó ninguno de sus planes concretos. Es más, señaló que aún no había tenido tiempo ni oportunidad de pensar cómo quiere “preparar” los contactos que iniciará con algunos líderes políticos en los próximos días.
“Nadie es imprescindible”
El líder del PP en Extremadura, José Antonio Monago, aseguró que el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, no es imprescindible “como nadie lo es en la vida”, y quien crea lo contrario “se equivoca”. Así respondió a su llegada a la reunión del comité ejecutivo del PP, al ser expresamente preguntado sobre si Rajoy es imprescindible para que el PP pueda formalizar pactos de gobierno. Monago fue uno de los barones autonómicos que salieron mayoritariamente en apoyo y respaldo de Rajoy, como los presidentes del partido en La Rioja, Murcia, Aragón, Cataluña y Andalucía.
Rajoy quiere un Gobierno estable encabezado por el PP como primer partido y ganador, como se han hecho las cosas en España desde las primeras elecciones democráticas en 1977. Todo lo que ha ocurrido en el país con las fuerzas emergentes, ya ahora en el nuevo Parlamento, no varían su guion.
El presidente, desde la noche del lunes en funciones, hace sus propias lecturas de los datos obtenidos el 20-D. La primera resultó tremendamente optimista. Rajoy considera especialmente relevante en estos momentos que la mayoría de los partidos, coaliciones y fuerzas que han logrado representación en las nuevas Cortes respalden su concepción de la defensa de la Constitución, la unidad de España, la soberanía nacional, la igualdad de los españoles y el papel en Europa y frente a la lucha antiterrorista. Eso lo considera un gran avance al margen de la fragmentación constatable en el nuevo Parlamento.
El jefe del Ejecutivo asume que le toca la “responsabilidad y el mandato” de explorar cómo se puede llegar a un Gobierno estable “para ofrecer certidumbre dentro y fuera de España”. Y fijó los ejes de discurso en mantener tres rumbos que él ha marcado en la legislatura que terminó: aplicar las reformas institucionales con consenso, perseverar en las políticas económicas y mantener la posición en Europa y con nuestros socios y aliados.
Las líneas rojas
Rajoy es consciente de que el 20-D han cambiado muchas cosas en España y en la política nacional, pero quiere perpetuar esos puntos básicos, que son sus líneas rojas, con las que abordará las conversaciones discretas de los próximos días. El presidente del PP se niega a decir en público que sus preferencias son abrir esas charlas con el PSOE y Ciudadanos, aunque no tiene otras opciones realmente viables, pero no quiere meter más presión añadida a ese proceso de diálogo.
“Los españoles han expresado su voluntad y ahora nos toca a los políticos garantizar que se cumpla con responsabilidad y sentido de Estado”, afirmó. La división nunca vista antes entre cuatro partidos con más de 40 escaños “no puede ser un elemento de parálisis y de bloqueo o inacción”.
El proceso de negociación para formar Gobierno no tiene ni fecha de partida ni de llegada pero Rajoy demandó “generosidad y amplitud de miras con la vista puesta en el interés de España” y avanzó que él destinará sus mejores esfuerzos con ese fin. Tampoco quiso marcarse prioridades entre unos partidos, PSOE, u otros, Ciudadanos. Eso sí, reclamó mesura, prudencia y cuidado con lo que se dice estos días “para no arrepentirse”.