El Papa pide una solución al drama humanitario de los migrantes cubanos
Durante la misa del Jubileo, Francisco llamó a los países de Centroamérica a renovar sus esfuerzos por resolver la situación de quienes quedaron varados en su camino a EE UU
María Salas Oraá
Roma, El País
El Vaticano ha celebrado este domingo el Jubileo de la Familia, una misa dedicada a las familias cristianas. Además de tratar temas como el perdón, el amor en las familias o la educación de los hijos, Jorge Bergoglio se ha referido al conflicto que sufren los miles de migrantes cubanos varados en distintos países de Centroamérica, sobre todo en Costa Rica. Todos ellos quieren llegar a Estados Unidos antes de que se terminen las ventajas migratorias que disfrutan ahora y que, temen, podrían terminar pronto a medida que avanza el deshielo de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba.
Después de que Nicaragua cerrara su frontera e impidiera a los migrantes continuar su camino al norte, y Guatemala y Belice se opusieran a acogerlos, miles de migrantes cubanos viven en albergues atendidos por instituciones públicas y privadas en Costa Rica, con la única intención de llegar a suelo estadounidense.
El primer Papa latinoamericano de la historia ha pedido que los países involucrados en el problema se esfuercen por dar fin a lo que ha denominado como un drama humanitario. "Invito a los países de la región a renovar, con generosidad, todos los esfuerzos necesarios para encontrar una oportuna solución a este drama humanitario", ha dicho durante la misa del domingo en la Plaza de San Pedro.
Un drama humanitario en el que, ha destacado, "muchos de ellos son víctimas del tráfico de seres humanos". Por eso, el Papa tuvo unas palabras hacia "los numerosos migrantes cubanos que se encuentran en dificultad en Centroamérica".
El Papa ha sido uno de los principales agentes para lograr un acercamiento entre Washington y La Habana. Según han reconocido tanto el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, como el cubano, Raúl Castro, el Papa ha sido clave para el acercamiento entre ambos países. Puso la diplomacia vaticana al servicio de Estados Unidos y Cuba para conseguir algo que parecía imposible. Bergoglio trabaja para que la cultura del encuentro defina su pontificado.
María Salas Oraá
Roma, El País
El Vaticano ha celebrado este domingo el Jubileo de la Familia, una misa dedicada a las familias cristianas. Además de tratar temas como el perdón, el amor en las familias o la educación de los hijos, Jorge Bergoglio se ha referido al conflicto que sufren los miles de migrantes cubanos varados en distintos países de Centroamérica, sobre todo en Costa Rica. Todos ellos quieren llegar a Estados Unidos antes de que se terminen las ventajas migratorias que disfrutan ahora y que, temen, podrían terminar pronto a medida que avanza el deshielo de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba.
Después de que Nicaragua cerrara su frontera e impidiera a los migrantes continuar su camino al norte, y Guatemala y Belice se opusieran a acogerlos, miles de migrantes cubanos viven en albergues atendidos por instituciones públicas y privadas en Costa Rica, con la única intención de llegar a suelo estadounidense.
El primer Papa latinoamericano de la historia ha pedido que los países involucrados en el problema se esfuercen por dar fin a lo que ha denominado como un drama humanitario. "Invito a los países de la región a renovar, con generosidad, todos los esfuerzos necesarios para encontrar una oportuna solución a este drama humanitario", ha dicho durante la misa del domingo en la Plaza de San Pedro.
Un drama humanitario en el que, ha destacado, "muchos de ellos son víctimas del tráfico de seres humanos". Por eso, el Papa tuvo unas palabras hacia "los numerosos migrantes cubanos que se encuentran en dificultad en Centroamérica".
El Papa ha sido uno de los principales agentes para lograr un acercamiento entre Washington y La Habana. Según han reconocido tanto el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, como el cubano, Raúl Castro, el Papa ha sido clave para el acercamiento entre ambos países. Puso la diplomacia vaticana al servicio de Estados Unidos y Cuba para conseguir algo que parecía imposible. Bergoglio trabaja para que la cultura del encuentro defina su pontificado.