El nuevo presidente viaja a Brasil y Chile antes de tomar posesión
El mandatario electo de Argentina, Mauricio Macri, sigue acumulando apoyos internacionales
Carlos E. Cué
Buenos Aires, El País
Mauricio Macri quiere dejar muy claro incluso antes de llegar a la Casa Rosada, la sede del Gobierno argentino, que Brasil es su prioridad absoluta en política exterior. Los dos gigantes de Sudamérica tienen enormes lazos económicos y Macri quiere resolver una relación que en los últimos años ha sido compleja y evitar que las diferencias políticas —él viene de la derecha y Dilma Rousseff de la izquierda— compliquen una apuesta estratégica. Macri ha decidido viajar a Brasil incluso antes de tomar posesión, de forma simbólica. Costó cerrar la fecha porque la propia Rousseff también tenía viajes pendientes, y ahora mismo está en París, en la Cumbre del Clima. Pero finalmente será el viernes, casi una semana antes de su toma de posesión. Macri visitará a primera hora de la mañana Brasilia, donde se verá con Rousseff, y después irá a São Paulo, la capital económica. Al final de un día intenso viajará a Chile para reunirse con Michelle Bachelet, la presidenta chilena. Ambas son mandatarias de izquierda, como buena parte del continente. Macri quiere así desde el primer momento mostrar que pretende marcar un giro en la política latinoamericana. De hecho su victoria ya está rompiendo algunos equilibrios.
Lo que no conseguirá Macri de momento es el apoyo de Rousseff para su estrategia con Venezuela. El argentino, que quiere dar un giro de 180 grados a la política exterior de su país y acercarse a EE UU y a la UE, ha prometido que en la cumbre de Mercosur el próximo 21 de diciembre pedirá la aplicación de la cláusula democrática para Venezuela por el encarcelamiento de opositores como Leopoldo López. Rousseff no lo va a seguir hasta ahí, entre otras cosas porque eso supondría para ella aún más problemas internos en el Partido de los Trabajadores.
“La cláusula no puede ser usada sobre la base de hipótesis. Para aplicarla a Venezuela tiene que haber hechos calificados”, aseguró la presidenta. Del lado de Macri se suaviza su postura para evitar un choque con Brasil durante la visita. “Hay que ver el resultado de las elecciones del 6 de diciembre y cómo se reacciona”, aseguró Susana Malcorra, que será ministra de Exteriores de Macri.
El presidente sigue acumulando apoyos internacionales y una declaración de no agresión de varios países latinoamericanos en manos de la izquierda. De momento ya están confirmados para su toma de posesión los presidentes de Perú, Colombia, Ecuador, Paraguay, México, Bolivia y muy probablemente Brasil. Aún se negocia de qué nivel será la representación de EE UU, un país muy satisfecho con la victoria de Macri. Por parte de España acudirá el rey Juan Carlos y habrá representantes de alto nivel de varios países europeos, aunque no presidentes.
Carlos E. Cué
Buenos Aires, El País
Mauricio Macri quiere dejar muy claro incluso antes de llegar a la Casa Rosada, la sede del Gobierno argentino, que Brasil es su prioridad absoluta en política exterior. Los dos gigantes de Sudamérica tienen enormes lazos económicos y Macri quiere resolver una relación que en los últimos años ha sido compleja y evitar que las diferencias políticas —él viene de la derecha y Dilma Rousseff de la izquierda— compliquen una apuesta estratégica. Macri ha decidido viajar a Brasil incluso antes de tomar posesión, de forma simbólica. Costó cerrar la fecha porque la propia Rousseff también tenía viajes pendientes, y ahora mismo está en París, en la Cumbre del Clima. Pero finalmente será el viernes, casi una semana antes de su toma de posesión. Macri visitará a primera hora de la mañana Brasilia, donde se verá con Rousseff, y después irá a São Paulo, la capital económica. Al final de un día intenso viajará a Chile para reunirse con Michelle Bachelet, la presidenta chilena. Ambas son mandatarias de izquierda, como buena parte del continente. Macri quiere así desde el primer momento mostrar que pretende marcar un giro en la política latinoamericana. De hecho su victoria ya está rompiendo algunos equilibrios.
Lo que no conseguirá Macri de momento es el apoyo de Rousseff para su estrategia con Venezuela. El argentino, que quiere dar un giro de 180 grados a la política exterior de su país y acercarse a EE UU y a la UE, ha prometido que en la cumbre de Mercosur el próximo 21 de diciembre pedirá la aplicación de la cláusula democrática para Venezuela por el encarcelamiento de opositores como Leopoldo López. Rousseff no lo va a seguir hasta ahí, entre otras cosas porque eso supondría para ella aún más problemas internos en el Partido de los Trabajadores.
“La cláusula no puede ser usada sobre la base de hipótesis. Para aplicarla a Venezuela tiene que haber hechos calificados”, aseguró la presidenta. Del lado de Macri se suaviza su postura para evitar un choque con Brasil durante la visita. “Hay que ver el resultado de las elecciones del 6 de diciembre y cómo se reacciona”, aseguró Susana Malcorra, que será ministra de Exteriores de Macri.
El presidente sigue acumulando apoyos internacionales y una declaración de no agresión de varios países latinoamericanos en manos de la izquierda. De momento ya están confirmados para su toma de posesión los presidentes de Perú, Colombia, Ecuador, Paraguay, México, Bolivia y muy probablemente Brasil. Aún se negocia de qué nivel será la representación de EE UU, un país muy satisfecho con la victoria de Macri. Por parte de España acudirá el rey Juan Carlos y habrá representantes de alto nivel de varios países europeos, aunque no presidentes.