El Leicester resiste ante el City y acaba colíder la primera vuelta
Londres, As
El Manchester City empató a cero en su visita al Leicester en un partido donde el resultado sugirió una historia muy diferente a la que relató el partido. Hay miradas que valen más que cualquier beso y ceros a ceros que son mejores que un partido con resultado de balonmano.
El encuentro entre el segundo y el tercero clasificado de la Premier League fue como una película del oeste, con tiros para todos los lados y donde sólo un milagro evitó que después de 90 minutos no hubiera ni muertos ni goles. Lo merecieron tanto locales como, especialmente, los visitantes pero no lo logró ninguno bien por la falta de puntería en los metros finales o las buenas artes de Schmeichel y Hart bajo los palos.
Valga otra estadística como ejemplo: el City, que dominó la posesión y lanzó 13 córner sobre la portería de la revelación del campeonato, sumó 21 disparos (cinco entre palos) mientras el Leicester, bien armado atrás y siempre peligroso con su habitual juego de contragolpe, acabó la contienda con hasta 11 tiros (cuatro de ellos a puerta).
De esta forma, se entiende mejor que el partido fue un buen regalo de navidades, con ritmo propio del buen fútbol inglés entre dos equipos aspirantes al torneo. Porque si bien el Leicester no fue tan fiero como en otras ocasiones, demostró que no sólo sabe atacar al contragolpe, sino también sufrir y amurallarse atrás para plantar cara a cualquiera.
El City fue el mejor en la primera media hora de partido y pudo abrir la lata en un par de ocasiones de Sterling y en otra de De Bruyne. El Leicester respondió después con un buen disparo de Vardy y varias jugadas de Mahrez en tres cuartos de campo para llegar al descanso con igualdad tanto en juego como en resultado.
Pellegrini y Ranieri movieron los banquillos tras el descanso en buscar de dar la estocada. Pero ni Bony mejoró a un Agüero fuera forma ni Ulloa, que acabó junto a Vardy, logró crear más peligro a Hart del que había hecho el goleador del equipo. Kanté, Albrigton y Fuchs lo intentaron desde lejos mientras Otamendi se sumó a la fiesta por el otro lado con un buen cabezazo a la salida de un córner. Ninguno fue, no obstante, suficientemente certero para superar a los porteros y todos tuvieron que conformarse con un 0-0 tan atractivo como justiciero.
El Manchester City empató a cero en su visita al Leicester en un partido donde el resultado sugirió una historia muy diferente a la que relató el partido. Hay miradas que valen más que cualquier beso y ceros a ceros que son mejores que un partido con resultado de balonmano.
El encuentro entre el segundo y el tercero clasificado de la Premier League fue como una película del oeste, con tiros para todos los lados y donde sólo un milagro evitó que después de 90 minutos no hubiera ni muertos ni goles. Lo merecieron tanto locales como, especialmente, los visitantes pero no lo logró ninguno bien por la falta de puntería en los metros finales o las buenas artes de Schmeichel y Hart bajo los palos.
Valga otra estadística como ejemplo: el City, que dominó la posesión y lanzó 13 córner sobre la portería de la revelación del campeonato, sumó 21 disparos (cinco entre palos) mientras el Leicester, bien armado atrás y siempre peligroso con su habitual juego de contragolpe, acabó la contienda con hasta 11 tiros (cuatro de ellos a puerta).
De esta forma, se entiende mejor que el partido fue un buen regalo de navidades, con ritmo propio del buen fútbol inglés entre dos equipos aspirantes al torneo. Porque si bien el Leicester no fue tan fiero como en otras ocasiones, demostró que no sólo sabe atacar al contragolpe, sino también sufrir y amurallarse atrás para plantar cara a cualquiera.
El City fue el mejor en la primera media hora de partido y pudo abrir la lata en un par de ocasiones de Sterling y en otra de De Bruyne. El Leicester respondió después con un buen disparo de Vardy y varias jugadas de Mahrez en tres cuartos de campo para llegar al descanso con igualdad tanto en juego como en resultado.
Pellegrini y Ranieri movieron los banquillos tras el descanso en buscar de dar la estocada. Pero ni Bony mejoró a un Agüero fuera forma ni Ulloa, que acabó junto a Vardy, logró crear más peligro a Hart del que había hecho el goleador del equipo. Kanté, Albrigton y Fuchs lo intentaron desde lejos mientras Otamendi se sumó a la fiesta por el otro lado con un buen cabezazo a la salida de un córner. Ninguno fue, no obstante, suficientemente certero para superar a los porteros y todos tuvieron que conformarse con un 0-0 tan atractivo como justiciero.