El Ejército iraquí proclama su victoria sobre el ISIS en su bastión de Ramadi

La capital de la provincia de Al Anbar llevaba desde mayo en poder de los yihadistas

Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
La bandera de Irak ondeaba el domingo por la noche sobre la sede de la gobernación de Ramadi, 90 kilómetros aguas arriba de Bagdad siguiendo el curso del Éufrates, que había sido conquistada por las milicias del Estado Islámico (ISIS) hace siete meses. Las tropas iraquíes huyeron entonces en desbandada. Ahora han tardado semanas en desalojar barrio por barrio a los combatientes yihadistas, que opusieron fiera resistencia en el centro de la capital de la provincia suní de Al Anbar.


El intenso apoyo de los bombardeos aéreos de la coalición internacional encabezada por Estados Unidos ha permitido que el Ejército de Irak declare su primera gran victoria contra las fuerzas del califato, que se apoderaron del tercio noroccidental del país hace 18 meses. “La toma de control del complejo de edificios gubernamentales de Ramadi significa que los hemos derrotado [a los combatientes yihadistas]”, aseguró en un comunicado el portavoz de las Fuerzas Armadas iraquíes Sabah al Numani. “Nuestro próximo paso será limpiar los focos de resistencia en la ciudad”, declaró a Reuters.

La televisión estatal iraquí mostró imágenes de carros de combate y vehículos militares avanzando en Ramadi, mientras fuerzas sobre el terreno despejaban los escombros. Fuentes militares aseguraron a France Presse que al menos 50 yihadistas habían muerto en las operaciones durante el fin de semana, así como cinco soldados iraquíes.

Estados Unidos y sus aliados han adiestrado desde hace meses a las tropas de Bagdad para mejorar su capacidad de combate. El pasado mes de abril ya lograron recuperar la ciudad de Tikrit, en el valle de Tigris al norte de la capital nacional, pero tuvieron que ser reforzadas por las milicias chiíes del centro y el sur del país encuadradas por oficiales iraníes para poder expulsar de sus posiciones al ISIS.

Avance con cautela

Ahora el Ejército ha intervenido por primera vez en solitario en Ramadi, donde ha avanzado con cautela desde comienzos de noviembre ante la presencia de francotiradores y bombas ocultas, tras haber estrechado el asedio a la aglomeración urbana. El domingo 20, los mandos militares de Bagdad lanzaron el asalto final, que aparentemente concluyó este domingo con el izado de la bandera tricolor con las tres estrellas federales (por las comunidades chií, suní y kurda) en el edificio que simboliza el poder en la ciudad. Durante 2015, el Estado Islámico ha perdido un 14% de los territorios que había conquistado el año anterior

“La victoria de Ramadi es una buena noticia para los habitantes de Mosul”, aseguró el portavoz Al Numani, al señalar como próximo objetivo de las tropas iraquíes la capital del norte del país, en cuyo entorno viven unos dos millones de personas, y que supone una de las principales fuentes de ingresos del califato.

Las imágenes de televisión mostraban un paisaje de destrucción en Ramadi, cuya zona de influencia llegó a contar con 200.000 habitantes, con distritos enteros arrasados tras casi dos meses de enfrentamientos. Cerca de un millón de residentes en la provincia de Al Anbar se han visto desplazados por la guerra desde hace dos años.

El Gobierno de Bagdad aseguró que la mayor parte de los habitantes de la capital provincial habían podido ser evacuados antes de la ofensiva contra el centro de Ramadi. Testimonios de vecinos recibidos por la BBC señalaban sin embargo que decenas de civiles se hallan atrapados y sin comida entre dos fuegos.

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