EE UU vigila la presencia de pequeños núcleos del ISIS en Afganistán
El surgimiento Estado Islámico aumenta la preocupación tras el refuerzo de los talibanes
Silvia Ayuso
Washington, El País
La aparición de bolsas de extremistas del Estado Islámico (ISIS) en algunas zonas de Afganistán está complicando una situación de seguridad ya de por sí deteriorada, en un año que ha visto cómo los talibanes también recuperaban fuerza en el país, reconoció esta semana Estados Unidos. El secretario de Defensa, Ash Carter, visitó Afganistán el viernes en el marco de una gira que también le ha llevado, entre otros, a Turquía e Irak.
“Vemos pequeños nidos del ISIS surgiendo en algunas zonas del mundo, también en Afganistán. Es una amenaza que seguimos muy de cerca y que estamos dispuestos a derrotar”, dijo Carter tras reunirse con el ministro interino de Defensa afgano, Masoom Stanekzai.
El Pentágono entregó esta semana al Congreso en Washington un informe sobre la situación en Afganistán en el que reconoce el deterioro de la seguridad, que fue la que llevó al presidente Barack Obama a revocar su plan de reducir drásticamente la presencia militar en el país.
De acuerdo con los datos del Pentágono, entre enero y hasta mediados de noviembre, se registró un incremento del 27% en las muertes de fuerzas de seguridad afganas. Una de las razones para este fuerte aumento de las bajas afganas es que 2015 ha sido el año en que los soldados y policías nacionales asumieron la responsabilidad en la defensa del país, dejando a las tropas extranjeras un papel fundamentalmente de entrenamiento y asesoramiento.
El informe también muestra la preocupación del Pentágono con la creciente presencia de ISIS en Afganistán, que ha provocado en los pasados meses desplazamientos forzosos internos de la población.
“La presencia del ISIS, sobre todo en la provincia oriental de Nangarhar, sigue siendo motivo de preocupación para los talibanes, para el gobierno afgano y para la comunidad internacional”, dice la nota. Los ataques que estos grupos perpetraron contra vehículos de Naciones Unidas y contra las fuerzas afganas en septiembre demuestran que el ISIS en Afganistán es un grupo “operacionalmente emergente”. Eso quiere decir, según explicó el máximo responsable militar de Estados Unidos en Afganistán, el general John Campbell, que se cree que estos grupos no tienen todavía capacidad para perpetrar atentados en Europa o Estados Unidos. Pero si no se les frena, podrían llegar a desarrollarla, alertó. De acuerdo con Campbell, el ISIS cuenta en Afganistán con entre 1.000 y 3.000 efectivos.
“En momentos en que grupos como el Estado Islámico surgen en el campo de batalla, y que Al Qaeda intenta volver a crear un bastión seguro, tenemos que estar preparados para impedir su crecimiento y enfrentar las amenazas que representan”, dijo por su parte Carter, quien insistió en que la prioridad es impedir que estos grupos puedan volver a sentirse seguros en Afganistán.
Obama anunció en octubre que mantendrá los 9.800 efectivos presentes en Afganistán durante buena parte de 2016. En 2017 quedarán 5.500 militares en varias partes del país, en vez de los 1.000 soldados previstos en los planes originales.
Silvia Ayuso
Washington, El País
La aparición de bolsas de extremistas del Estado Islámico (ISIS) en algunas zonas de Afganistán está complicando una situación de seguridad ya de por sí deteriorada, en un año que ha visto cómo los talibanes también recuperaban fuerza en el país, reconoció esta semana Estados Unidos. El secretario de Defensa, Ash Carter, visitó Afganistán el viernes en el marco de una gira que también le ha llevado, entre otros, a Turquía e Irak.
“Vemos pequeños nidos del ISIS surgiendo en algunas zonas del mundo, también en Afganistán. Es una amenaza que seguimos muy de cerca y que estamos dispuestos a derrotar”, dijo Carter tras reunirse con el ministro interino de Defensa afgano, Masoom Stanekzai.
El Pentágono entregó esta semana al Congreso en Washington un informe sobre la situación en Afganistán en el que reconoce el deterioro de la seguridad, que fue la que llevó al presidente Barack Obama a revocar su plan de reducir drásticamente la presencia militar en el país.
De acuerdo con los datos del Pentágono, entre enero y hasta mediados de noviembre, se registró un incremento del 27% en las muertes de fuerzas de seguridad afganas. Una de las razones para este fuerte aumento de las bajas afganas es que 2015 ha sido el año en que los soldados y policías nacionales asumieron la responsabilidad en la defensa del país, dejando a las tropas extranjeras un papel fundamentalmente de entrenamiento y asesoramiento.
El informe también muestra la preocupación del Pentágono con la creciente presencia de ISIS en Afganistán, que ha provocado en los pasados meses desplazamientos forzosos internos de la población.
“La presencia del ISIS, sobre todo en la provincia oriental de Nangarhar, sigue siendo motivo de preocupación para los talibanes, para el gobierno afgano y para la comunidad internacional”, dice la nota. Los ataques que estos grupos perpetraron contra vehículos de Naciones Unidas y contra las fuerzas afganas en septiembre demuestran que el ISIS en Afganistán es un grupo “operacionalmente emergente”. Eso quiere decir, según explicó el máximo responsable militar de Estados Unidos en Afganistán, el general John Campbell, que se cree que estos grupos no tienen todavía capacidad para perpetrar atentados en Europa o Estados Unidos. Pero si no se les frena, podrían llegar a desarrollarla, alertó. De acuerdo con Campbell, el ISIS cuenta en Afganistán con entre 1.000 y 3.000 efectivos.
“En momentos en que grupos como el Estado Islámico surgen en el campo de batalla, y que Al Qaeda intenta volver a crear un bastión seguro, tenemos que estar preparados para impedir su crecimiento y enfrentar las amenazas que representan”, dijo por su parte Carter, quien insistió en que la prioridad es impedir que estos grupos puedan volver a sentirse seguros en Afganistán.
Obama anunció en octubre que mantendrá los 9.800 efectivos presentes en Afganistán durante buena parte de 2016. En 2017 quedarán 5.500 militares en varias partes del país, en vez de los 1.000 soldados previstos en los planes originales.