Chile desmiente que Merkel intentara mediar con Bolivia

El Gobierno chileno ha puesto en marcha una delicada y silenciosa ofensiva en Berlín para desmentir al presidente boliviano Evo Morales

Enrique Müller
Berlín, El País
La confesión del presidente boliviano Evo Morales de que “la hermana Ángela Merkel” le había recomendado que “sería importante” que el papa Francisco interviniese en la disputa marítima que sostienen Chile y Bolivia en La Haya, durante un encuentro privado que ambos sostuvieron el 4 de noviembre en Berlín, ha puesto en marcha una delicada y silenciosa ofensiva del Gobierno chileno. Esta semana, dos senadores se desplazaron a la capital alemana para determinar si las afirmaciones de Morales eran ciertas o no.


Los senadores chilenos Ignacio Walker (Democracia Cristiana) y André Allamand (Renovación Nacional) iniciaron el lunes en Berlín una ronda de conversaciones con parlamentarios alemanes, fundaciones y representantes del Ministerio de Asuntos Exteriores germano para explicar la posición de Chile y también para desmentir al presidente Morales.

Fuentes políticas alemanas admitieron que Merkel ni siquiera había recomendado la mediación papal, pero que el Gobierno no estaba dispuesto a matizar las declaraciones del boliviano

“Nosotros podemos decir responsablemente que la canciller Merkel jamás dijo una cosa como la que señala el presidente Evo Morales”, admitió el senador Walker a EL PAÍS durante un encuentro en Berlín. “Ese tema no se discutió y no se propuso. Esto es muy lamentable porque muchas veces, por parte del presidente Morales, ha habido un uso y un abuso de los diálogos que sostiene con distintos líderes del mundo”, añadió. En círculos diplomáticos y también en la cancillería alemana existe extrañeza y desconcierto con respecto a lo expresado por Morales en La Paz en el marco de la celebración de un aniversario de la Fuerza Naval boliviana. La Oficina de Prensa de la Cancillería señaló que Merkel había sostenido, durante una rueda de prensa conjunta con Morales, la necesidad de reanudar el diálogo. “Nuestra versión es lo que dijo la canciller durante la rueda de prensa y es poco probable que ella haya cambiado de opinión en su reunión privada con el presidente Morales”, señaló una portavoz de la oficina de prensa.

Fuentes políticas alemanas admitieron que Merkel ni siquiera había recomendado la mediación papal, pero que el Gobierno no estaba dispuesto a matizar las declaraciones del mandatario boliviano. “Nosotros no vamos a calificar las expresiones del presidente Morales porque no nos corresponde hacerlo”, admitió el senador Allamand; “lo que ha dicho el presidente en La Paz no es verdad”.

La referencia de Morales a una posible mediación papal en el diferendo irritó al Gobierno chileno por una razón legal y de principios. “Una mediación por definición requiere del acuerdo de las partes y Chile jamás ha propuesto una posible mediación. Este tema no está en nuestra agenda”, afirmó el senador Walker. “Chile está dispuesto a un diálogo sin precondiciones con Bolivia”, añadió.

Demanda en La Haya

La misión de los dos senadores en Berlín tiene dos metas concretas: mantener informada a la comunidad internacional sobre la posición chilena y tratar de convencer a la Corte Internacional de La Haya de que no hay ninguna base jurídica ni histórica para concluir una supuesta obligación de negociar por parte de Chile. El Alto tribunal se declaró competente el 24 de septiembre para juzgar la demanda interpuesta por La Paz, en la que exige que Chile negocie una salida al mar para Bolivia.

“Nuestro objetivo es obtener por parte de la Corte un pronunciamiento claro en el sentido de que no existe ni ha existido una obligación de negociar por parte de Chile. Chile siempre ha actuado de buena fe desde 1905 hacia adelante”, admitieron los dos senadores en Berlín.

El diálogo que ofrece Chile a Bolivia incluye la reanudación de relaciones diplomáticas sin precondiciones y también podría incluir conversaciones sobre el ofrecimiento que hizo Augusto Pinochet al general Hugo Banzer en 1975, cuando le ofreció una salida soberana al mar a cambio de una compensación territorial para Chile. “Todo se puede conversar, pero el tema de la soberanía está resuelto y no admite discusiones”, expresó Ignacio Walker.

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