Al menos 14 muertos en un tiroteo en un suburbio al este de Los Ángeles

La policía de San Bernardino, al sur de California, busca a hasta tres sospechosos

Pablo Ximénez de Sandoval
San Bernardino, El País
Un tiroteo en un centro de servicios sociales para discapacitados en el condado de San Bernardino (California) causó este miércoles al menos 14 muertos y 17 heridos. El ataque fue perpetrado por hasta tres hombres fuertemente armados, según informó la oficina del sheriff del condado.


A las cuatro horas del asalto, la policía disparó contra un vehículo todoterreno en un dramático tiroteo en plena calle a unos tres kilómetros del centro médico. El vehículo correspondía con la descripción dada por los testigos de alguien que salió del aparcamiento del centro médico nada más llegar la policía. La policía confrontó a dos de los sospechosos e hirió a al menos uno de ellos. El tercer sospechoso no ha sido localizado. Un agente policial también resultó herido.

La de este miércoles es la sexta peor matanza de la historia de Estados Unidos y la más grave desde la ocurrida en diciembre de 2012 en una escuela de Newtown (Connecticut), en que fallecieron 27 personas.

El lugar donde se produjo el suceso es el Inland Regional Center, un centro médico de tratamiento para personas con problemas mentales y de desarrollo en San Bernardino, a unos 100 kilómetros de Los Ángeles. Una portavoz policial precisó que en el lugar se estaba celebrando una fiesta de navidad privada de trabajadores del condado cuando hasta tres sospechosos entraron en las instalaciones y empezaron a disparar.

Los motivos del ataque todavía se desconocen. “No tenemos ninguna información en este momento de que esto tenga una relación con el terrorismo, en el sentido tradicional”, dijo el jefe de la policía local, Jarrod Burguan. Es infrecuente que este tipo de tiroteos tenga más de un atacante.

Cuatro horas después del suceso la policía no podía confirmar el número de atacantes o su aspecto, solo que llevaban armas de asalto. Según decía en el lugar David Johnson, que oyó los disparos desde la carretera, todo duró cinco minutos.
Nerviosismo en la calle

Frente a la línea policial, Marcos Aguilera, vecino de Riverside, relataba a EL PAÍS que su esposa Elaine es trabajadora social en el centro. Le mandó un texto a las 11 de la mañana y le dijo que oía disparos. “Le dije que se quedara en la oficina, que cerrara la puerta y se escondiera”, explicaba. No pudo ver a los tiradores. “Cuando la sacaron de la oficina pudo ver cuerpos tirados”.

Algunos testigos informaron de que los tiradores iban vestidos con ropa militar, chalecos de protección y con la cara cubierta por máscaras negras. Según los primeros elementos de la investigación, parecían actuar de manera organizada y muy coordinada.

La oficina del sheriff del condado de San Bernardino (200.000 habitantes) informó media hora después de que se registrase el tiroteo —sobre las 11 de la mañana, hora local— de que la situación aún no estaba controlada y de que buscaban a los sospechosos, que podían haber huido en un todoterreno negro. Hay “múltiples víctimas”, añadieron las autoridades.

Los atacantes, según la información que maneja la policía, estaban “fuertemente armados”, probablemente con rifles. Las fuerzas especiales inspeccionaron el edificio asaltado, en busca de posibles artefactos explosivos sospechosos.
Obama: "Nunca deberíamos pensar que esto es ordinario"

En una entrevista en la cadena CBS, el presidente estadounidense, Barack Obama, condenó el tiroteo y lamentó nuevamente la preponderancia de muertos por disparos de armas de fuego en Estados Unidos. "Tenemos ahora una pauta de tiroteos masivos en este país que no tiene ningún paralelo en ningún otro sitio en el mundo", dijo.

"Deberíamos unirnos y actuar de forma bipartidista para hacer que esto sea algo raro, en lugar de algo normal. Nunca deberíamos pensar que esto es algo que está dentro de lo ordinario, porque no pasa tan a menudo en otros países", agregó el presidente en referencia a su fallido plan, tras la matanza de Newtown, de endurecer el control de armas de fuego.

El Inland Regional Center, donde se produjo el tiroteo, tiene 670 empleados que dan servicio a 30.200 pacientes de los condados de San Bernardino y Riverside, desde bebés hasta personas mayores, según su página de Facebook. En el momento del tiroteo, varios cientos de personas se encontraban dentro del edificio atacado, según precisó el jefe de la policía. La mayoría fueron puestos a salvo.

Los accesos a la zona del centro, que también está cerca de un conocido campo de golf, fueron cerrados en kilómetros a la redonda. El nerviosismo policial era patente por lo confuso de la situación.

La búsqueda de los sospechosos quedó en manos de un equipo policial de operaciones especiales (SWAT). Las imágenes aéreas de televisión mostraban decenas de personas siendo evacuadas del edificio y atendidas por los servicios de seguridad. Además, las autoridades difundieron mensajes por las redes sociales para que los ciudadanos evitaran el lugar implicado en el tiroteo y donde se estaba buscando a los sospechosos huidos.

El tiroteo se produce, además, sólo unos días después de otro en Colorado Springns, Colorado. El pasado viernes, un hombre entró en una clínica de planificación familiar en esa localidad y mató a tiros a tres personas, una de ellas un policía, además de herir a otras nueve.

A principios de octubre, un joven mató a nueve personas que daban clase en una universidad pública de Roseburg, Oregón. Se trataba de un chico solitario que guardaba en su casa, donde vivía con su madre, un arsenal de 14 armas

En Estados Unidos, con una población de poco más de 320 millones de habitantes, se calcula que hay 270 millones de armas de uso privado. Es la proporción más alta del mundo. La primera potencia mundial duplica la proporción del segundo país en la clasificación: Yemen, el país más pobre del mundo árabe.

De promedio, cada día 297 personas reciben disparos de armas de fuego en EEUU, según datos de la Campaña Brady contra la Violencia de las Armas. 89 fallecen cada día.

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