Sarkozy cree que la solución siria necesita a Moscú

Hollande recibe en el Elíseo a todos los grupos políticos en busca de la unidad y los partidos piden reforzar la seguridad

Gabriela Cañas
París, El País
Los ataques terroristas que ha sufrido París obligan a Francia, según el líder de la oposición Nicolas Sarkozy, a replantearse su política exterior respecto a Siria y contar con Moscú. Así lo aseguró a última hora del domingo a su salida del Elíseo, donde el presidente François Hollande recibió a los representantes políticos en busca de unidad. Todos coincidieron en la necesidad de reforzar la seguridad nacional. El gobierno planea prolongar el estado de emergencia y cerrar las mezquitas que prediquen el odio.


La opinión del presidente de Los Republicanos Nicolas Sarkozy es un ataque a la línea de flotación de la política de Hollande respecto a Siria. Para el Gobierno socialista, contar con el presidente sirio Bachar el Asad para hallar una solución es una línea roja. En la reciente crisis de refugiados ha destacado que la mayoría huye de su dictadura, más que del ISIS, y que, como mucho, la pacificación podría construirse con la participación de elementos del régimen. El presidente ruso Vladimir Putin, firme aliado de El Asad, se sitúa hoy en las antípodas de París a este respecto, lo que dificulta enormemente cualquier acuerdo con París.

“Tenemos que extraer las consecuencias y revisar nuestra política exterior y la situación de Siria. Hay que exterminar al ISIS y tener en cuenta, especialmente, a los rusos”, ha dicho Sarkozy a las puertas del palacio del Elíseo. Minutos después, Marine Le Pen, presidenta del Frente Nacional, que mantiene muy buenas relaciones con Moscú, ha abundado en la misma idea. “Tenemos que redefinir quiénes son nuestros enemigos y nuestros aliados en la coalición contra el fundamentalismo islámico”.

Los líderes políticos convocados en el Elíseo coinciden en la necesidad de reforzar por todos los medios la seguridad nacional. “Lo necesitamos y tenemos que prohibir la propaganda del terror”, ha dicho el primer secretario del Partido Socialista Jean-Christophe Cambadélis.

Para hoy está prevista la celebración de un congreso extraordinario (miembros de la Asamblea Nacional y del Senado) en Versalles, lo que solo tiene un precedente en la historia de la república. Se espera que ahí se adopten medidas excepcionales de seguridad. Algunas ya se barajaron ayer. El ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, anunció su intención de “disolver” las mezquitas en las que se predique el odio. “No he esperado al estado de emergencia para hacerlo. Simplemente, tal estado nos permitirá actuar con más celeridad”, añadió.

La otra gran medida que se abre paso, según el presidente del Senado Gérard Larcher, es la de prolongar el estado de emergencia. Este se decretó el viernes de los atentados y, según marca la ley, debe durar doce días. Para prolongarlo se requiere una nueva norma que los parlamentarios podrían aprobar con carácter urgente. En tal caso, se lograría mantener las medidas especiales (refuerzo policial, militares en las calles, restablecimiento de controles fronterizos) durante la Cumbre del Clima, a la que el Gobierno de Hollande no quiere renunciar. Prevista para que se celebre en París del 30 de noviembre al 11 de diciembre, se espera la asistencia de 120 jefes de Estado y de Gobierno y la participación de 40.000 personas. “La celebración de esta cumbre y garantizar su seguridad es ahora nuestra prioridad”, explicó ayer a este periódico un portavoz del ministro de Exteriores Laurent Fabius, presidente de la cumbre. Este mismo portavoz aseguró que Francia no quiere modificar su agenda por el terrorismo. Esta semana llega en visita oficial el primer ministro catarí Cheik Abdallah ben Nasser Al-Thani como estaba previsto.

Marine Le Pen está de acuerdo con el proyecto de prolongar el estado de emergencia, pero aprovechó la ocasión para exigir un “refuerzo real” de la seguridad. “Debe servir para desarmar a toda esa gente que siembra el terror”, ha dicho.

Uno de los más estrechos colaboradores de Sarkozy, el secretario general de Los Republicanos Laurent Wauquiez, ha propuesto, para reforzar la seguridad, una más que polémica medida: “Exijo que se lleve a centros de internamiento a las 4.000 personas fichadas por terrorismo. Nuestro sistema defensivo debe estar a la altura de la amenaza. No debe haber libertad para los enemigos de Francia y la República”, ha dicho. El presidente del Senado, del mismo partido, ha planteado el mismo asunto: “La gente quiere saber si está segura y comprender cómo un hombre condenado ocho veces y fichado, además, por terrorismo ha podido cometer un atentado”, ha declarado Larcher en referencia a Ismail Omar Mostefai, uno de los autores de la matanza del viernes.

La política migratoria ha sido otro punto esencial del desacuerdo político. Sarkozy ha pedido una revisión de la misma, aunque ha aclarado a renglón seguido que el asunto nada tiene que ver con los atentados. Marine Le Pen, por el contrario, ha sido mucho más explícita: “Es fundamental reforzar la seguridad nacional, pero el problema se puede agravar gracias a la ausencia total de control en las fronteras y la ola de inmigrantes que nos aguarda según los cálculos de la Comisión Europea”.

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