Salah, Dzeko y Pjanic ponen al Roma segundo de grupo

Roma, As
Roma y Bayer Leverkusen, tras el 4-4 de hace dos semanas, volvieron a dar espectáculo: en el Olímpico, esta vez, los italianos consiguieron imponerse 3-2 en un partido infinito. Los alemanes, con un gran arranque de reanudación, remontaron dos goles pero tuvieron que rendirse ante un penalti de Pjanic, que regaló a los suyos triunfo y segundo puesto del grupo E, gracias a la previsible victoria del Barça con el Bate.


Schmidt dio la sorpresa y decidió salir de inicio sin Bellarabi, utilizando a la pareja Chicharito-Kiessling en un 4-4-2 desastroso en su fase defensiva. Al Roma solo le hicieron falta dos minutos para abrir la lata, con un guion que en los primeros 45 minutos se repitió una docena de veces: balón recuperado en su área y contragolpe rápido con sus devastadores extremos. En este caso, un buen pase de Dzeko puso a Salah solo ante Leno, que desvió en la red el chut del egipcio. Después de media hora con los alemanes controlando el balón sin puntería, los giallorossi volvieron a hacer daño con las contras, y tras una asistencia de Nainggolan el expunta del City corrió solo y sin apuros hacia el 2-0, firmando su segundo tanto en este curso. El primero había llegado hace 600 minutos de juego (ante la Juve), y segundos después se vio la razón: el enésimo contragolpe giallorosso llevó a Dzeko otra vez delante de la portería rival, pero esta vez su chut acabó muy alto y el bosnio demostró estar todavía lejos de su nivel.

El Roma cerró la primera mitad desperdiciando al menos dos enormes ocasiones más, causando la rabia de su técnico y, sobretodo, la de los dioses del fútbol. En Italia, de hecho, se suele decir “gol mangiato, gol subito” (gol comido, gol encajado), una ley que se aplicó nada más empezar la reanudación: Schmidt se dio cuenta de su error y quitó a Kiessling sustituyéndolo con Bellarabi, dibujando un 4-2-3-1 más compacto y sin los horrorosos agujeros de la primera mitad. El cambio tardó poco en dar frutos: el alemán empezó la jugada que en el 46' permitió a Mehmedi realizar el 2-1 con un latigazo y, apenas cinco minutos después, con un perfecto pase vertical libró a Chicharito que completó la remontada firmando su séptimo gol en los últimos cinco partidos.

Los locales, traumatizados, volvieron a vivir la pesadilla del BayArena y pudieron encajar hasta el 2-3. Para volver a creer en la victoria tuvo que rendirse su verdugo: Bellarabi sufrió un problema muscular y en el 73', tras haber revolucionado el partido, dejó el césped sustituido por Kramer. Su adiós, mágicamente, despertó al Roma que siete minutos después volvió a adelantarse: en una melé dentro del área, Salah se encontró con el esférico a medio metro de la línea de gol, pero fue él mismo, empujado violentamente por Toprak, que acabó inflando la red en lugar del balón. Roja para el turco y penalti clarísimo, que trasformó el especialista Pjanic. En los últimos diez minutos, a pesar de la superioridad numérica, los de Garcia perdieron lucidez, aunque esta vez sin conceder mucho: la victoria llegó (y fue merecida), el segundo puesto en la liguilla también, pero a los italianos le sigue faltando solidez para apuntar a lo más alto, algo que con su plantilla si es posible.

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