Sainz, que tendrá motor Ferrari, estalla: "Esto es desesperante"
Abu Dhabi, As
De repente parado. Otra vez. En la curva siete bajo del coche de un salto, se quitó el casco… un clásico. Carlos Sainz con problemas en su unidad de potencia. Al menos mira el futuro con optimismo de color rojo. “Es un alivio que esta sea nuestra última carrera con Renault. Creo que el año que viene tendremos más potencia y fiabilidad con Ferrari”, declaró en una entrevista con Movistar + el piloto madrileño.
Lo cierto es que, a pesar de las palabras de Mateschitz que sigue presionando a la F-1, de nuevo Red Bull estará el próximo año con sus dos equipos en la parrilla y el acuerdo con los italianos, que volverían a motorizar a Red Bull, es un hecho que además confirmó el piloto español ayer.
En cualquier caso, Sainz tuvo buenas palabras para los que trabajan en los circuitos mientras desde la sede no les dan las suficientes armas para hacer bien su cometido: “El problema de Renault estaba en la fábrica. No han podido hacerlo funcionar, pero son los ingenieros que tienen en el paddock quienes cargan con la culpa cuando en verdad ellos sólo intentan aprovechar lo que tienen”.
Peor estaba Carlos después de los libres cuando atendió a las televisiones al poco de bajarse de su coche. Al ser preguntado por los problemas del motor se hizo daño en la lengua de fuerte que se mordió: “Prefiero no decir nada al respecto porque es que empieza a ser desesperante”. Y es que además viene de un abandono en Brasil.
Y parece que no lo han solucionado para este último gran premio del año: “Teníamos muchos problemas, tanto de refrigeración como electrónicos. Otra vez he tenido que ir todos los libres 1 sin la mitad de potencia de la batería. Por lo tanto, ni unos libres 1 representativos y unos libres 2 sin coger información de cara el domingo, porque es la única sesión que es de noche, la única en que puedes probar algo para la carrera y no estamos ahí afuera dando vueltas”. Harto estaba Sainz, quizá también deseando terminar el año.
De repente parado. Otra vez. En la curva siete bajo del coche de un salto, se quitó el casco… un clásico. Carlos Sainz con problemas en su unidad de potencia. Al menos mira el futuro con optimismo de color rojo. “Es un alivio que esta sea nuestra última carrera con Renault. Creo que el año que viene tendremos más potencia y fiabilidad con Ferrari”, declaró en una entrevista con Movistar + el piloto madrileño.
Lo cierto es que, a pesar de las palabras de Mateschitz que sigue presionando a la F-1, de nuevo Red Bull estará el próximo año con sus dos equipos en la parrilla y el acuerdo con los italianos, que volverían a motorizar a Red Bull, es un hecho que además confirmó el piloto español ayer.
En cualquier caso, Sainz tuvo buenas palabras para los que trabajan en los circuitos mientras desde la sede no les dan las suficientes armas para hacer bien su cometido: “El problema de Renault estaba en la fábrica. No han podido hacerlo funcionar, pero son los ingenieros que tienen en el paddock quienes cargan con la culpa cuando en verdad ellos sólo intentan aprovechar lo que tienen”.
Peor estaba Carlos después de los libres cuando atendió a las televisiones al poco de bajarse de su coche. Al ser preguntado por los problemas del motor se hizo daño en la lengua de fuerte que se mordió: “Prefiero no decir nada al respecto porque es que empieza a ser desesperante”. Y es que además viene de un abandono en Brasil.
Y parece que no lo han solucionado para este último gran premio del año: “Teníamos muchos problemas, tanto de refrigeración como electrónicos. Otra vez he tenido que ir todos los libres 1 sin la mitad de potencia de la batería. Por lo tanto, ni unos libres 1 representativos y unos libres 2 sin coger información de cara el domingo, porque es la única sesión que es de noche, la única en que puedes probar algo para la carrera y no estamos ahí afuera dando vueltas”. Harto estaba Sainz, quizá también deseando terminar el año.