RON HARPER: "Los Bulls de Jordan ganarían 4-0 a estos Warriors de Curry"
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El nivel de Golden State Warriors hace que, ahora mismo, sus grandes comparaciones estén en la historia de la NBA más que en sus rivales actuales. Sin que eso oculte que repetir título será una tarea muy dura y para la que tendrán que sortear obstáculos de primea magnitud, del brutal Oeste a la alargada sombra de LeBron James y sus Cavaliers. Pero por ahora han comenzado la defensa de su anillo con un rotundo 10-0 en números estratosféricos: casi 115 puntos por partido, un 41% colectivo en triples, el mejor rating ofensivo (111,5) y el segundo mejor defensivo (94,3, a ocho décimas de Miami Heat). Su +17,2 de diferencia entre ratings y su +17,1 entre puntos anotados y recibidos son cifras abrumadoras en diez triunfos sumados además sin ningún asterisco posible: cinco partidos fuera de casa, nueve contra equipos del Oeste y seis contra equipos que jugaron playoffs la pasada temporada.
¿Es posible ganar 33 partidos seguidos?
Más allá de los récords individuales que tiene a la vista Stephen Curry, hay dos marcas míticas de Regular Season a las que se recurre siempre que aparece un equipo de magnitud legendaria (o con todo para serlo) como estos Warriors: el número de victorias seguidas y el número de victorias totales. Sobre todo esta última, el mítico 72-10 de Chicago Bulls en la temporada 1995-96.
El récord de más victorias consecutivas está fijado en unos casi inalcanzables 33, de los Lakers de la temporada 1971-72, que fueron campeones con Wilt Chamberlain. Aquel equipo estuvo sin perder desde el 5 de noviembre de 1971 hasta el 9 de enero de 1972. Esa cifra se ha rondado dos veces en los últimos años: Miami Heat (con LeBron, Wade y Bosh) ganó 27 seguidos en la 2012-13 (desde el 3 de febrero hasta una derrota ante Chicago Bulls el 27 de marzo). Cerraron el año en 66-16 y ganaron a los Spurs en una final antológica (4-3). Antes, en la 2007-08, llegaron a 22 triunfos seguidos unos sorprendentes Houton Rockets (del 29 de enero de 2008 al 18 de marzo) que ganaron 55 partidos (55-27) y perdieron luego con Utah Jazz en primera ronda de playoffs.
Para llegar a las 33 victorias, los Warriors tendrían que ganar de forma inmaculada 23 partidos más. Exactamente hasta el 31 de diciembre, jornada en la que visitan a Houston Rockets. Entre los partidos que les esperan por el camino, la visita de Cleveland Cavaliers el día de Navidad.
72-10: ¿Bulls de Jordan o Warriors de Curry?
El 72-10 en una Regular Season se ha convertido con los años, y desde que lo firmó Chicago Bulls en la 1995-96, en el gran símbolo de excelencia en la NBA. Una cifra casi mágica que suele estar a salvo generalmente incluso cuando llega el All Star (o justó después) porque todos los equipos han sumado ya esas diez derrotas. Se discute el nivel de los rivales, la inyección de competitividad extrema que cada noche aportaba en el vestuario la figura de Michael Jordan… Y ha sido uno de los integrantes de ese equipo el que ha dejado claro que estos Warriors no son como ellos. El base Ron Harper (aquella temporada titular en 80 partidos: 7,4 puntos y 2,6 asistencias de media) ha asegurado que si sus Bulls se midieran a estos Warriors en una serie de playoffs no sólo les ganarían sino que les barrerían (4-0): “todos los récords están ahí para ser batidos pero en un duelo directo les barreríamos”. Los de Oakland, de hecho, están cerca del 12-0 con el que comenzaron la siguiente temporada (96-97) los Bulls. “Da igual, una eliminatoria contra ellos duraría cuatro partidos”, insiste Harper.
En realidad, las comparaciones históricas son complicadas y susceptibles de cualquier crítica o corrección. Aquella NBA era más física (por estilo y reglamento) del mismo modo que el actual ritmo de juego y efectividad exterior de los Warriors de ahora era algo inimaginable entonces. Si se deja a un lado la guerra interior entre secundarios (Luc Longley, John Salley y Bill Wennington contra Bogut, Speights y Ezeli, la gran batalla llegaría entre dos núcleos duros tremendos: Stephen Curry, Klay Thompson, Shaun Livingston, Andre Iugodala, Leandro Barbosa, Harrison Barnes y Draymond Green por un lado. Por el otro: Michael Jordan, Scottie Pippen, Dennis Rodman, Tony Kukoc, Ron Harper y Steve Kerr, ahora prcisamente técnico de los de la Bahía.
Más allá de la obvia y capital figura de Michael Jordan, los defensores de los Bulls en este inocuo pero divertido debate apuestan por el físico de Rodman y de un Pippen que defendería a Stephen Curry. Y por el triángulo ofensivo y su versión más perfecta. La discusión en todo caso es inacabable y el hecho es que los Warriors son tan buenos que se han ganado protagonizarla… de camino a más títulos, al fin y al cabo el verdadero baremo que dirá en qué posición histórica quedan cuando pase su ciclo.
El nivel de Golden State Warriors hace que, ahora mismo, sus grandes comparaciones estén en la historia de la NBA más que en sus rivales actuales. Sin que eso oculte que repetir título será una tarea muy dura y para la que tendrán que sortear obstáculos de primea magnitud, del brutal Oeste a la alargada sombra de LeBron James y sus Cavaliers. Pero por ahora han comenzado la defensa de su anillo con un rotundo 10-0 en números estratosféricos: casi 115 puntos por partido, un 41% colectivo en triples, el mejor rating ofensivo (111,5) y el segundo mejor defensivo (94,3, a ocho décimas de Miami Heat). Su +17,2 de diferencia entre ratings y su +17,1 entre puntos anotados y recibidos son cifras abrumadoras en diez triunfos sumados además sin ningún asterisco posible: cinco partidos fuera de casa, nueve contra equipos del Oeste y seis contra equipos que jugaron playoffs la pasada temporada.
¿Es posible ganar 33 partidos seguidos?
Más allá de los récords individuales que tiene a la vista Stephen Curry, hay dos marcas míticas de Regular Season a las que se recurre siempre que aparece un equipo de magnitud legendaria (o con todo para serlo) como estos Warriors: el número de victorias seguidas y el número de victorias totales. Sobre todo esta última, el mítico 72-10 de Chicago Bulls en la temporada 1995-96.
El récord de más victorias consecutivas está fijado en unos casi inalcanzables 33, de los Lakers de la temporada 1971-72, que fueron campeones con Wilt Chamberlain. Aquel equipo estuvo sin perder desde el 5 de noviembre de 1971 hasta el 9 de enero de 1972. Esa cifra se ha rondado dos veces en los últimos años: Miami Heat (con LeBron, Wade y Bosh) ganó 27 seguidos en la 2012-13 (desde el 3 de febrero hasta una derrota ante Chicago Bulls el 27 de marzo). Cerraron el año en 66-16 y ganaron a los Spurs en una final antológica (4-3). Antes, en la 2007-08, llegaron a 22 triunfos seguidos unos sorprendentes Houton Rockets (del 29 de enero de 2008 al 18 de marzo) que ganaron 55 partidos (55-27) y perdieron luego con Utah Jazz en primera ronda de playoffs.
Para llegar a las 33 victorias, los Warriors tendrían que ganar de forma inmaculada 23 partidos más. Exactamente hasta el 31 de diciembre, jornada en la que visitan a Houston Rockets. Entre los partidos que les esperan por el camino, la visita de Cleveland Cavaliers el día de Navidad.
72-10: ¿Bulls de Jordan o Warriors de Curry?
El 72-10 en una Regular Season se ha convertido con los años, y desde que lo firmó Chicago Bulls en la 1995-96, en el gran símbolo de excelencia en la NBA. Una cifra casi mágica que suele estar a salvo generalmente incluso cuando llega el All Star (o justó después) porque todos los equipos han sumado ya esas diez derrotas. Se discute el nivel de los rivales, la inyección de competitividad extrema que cada noche aportaba en el vestuario la figura de Michael Jordan… Y ha sido uno de los integrantes de ese equipo el que ha dejado claro que estos Warriors no son como ellos. El base Ron Harper (aquella temporada titular en 80 partidos: 7,4 puntos y 2,6 asistencias de media) ha asegurado que si sus Bulls se midieran a estos Warriors en una serie de playoffs no sólo les ganarían sino que les barrerían (4-0): “todos los récords están ahí para ser batidos pero en un duelo directo les barreríamos”. Los de Oakland, de hecho, están cerca del 12-0 con el que comenzaron la siguiente temporada (96-97) los Bulls. “Da igual, una eliminatoria contra ellos duraría cuatro partidos”, insiste Harper.
En realidad, las comparaciones históricas son complicadas y susceptibles de cualquier crítica o corrección. Aquella NBA era más física (por estilo y reglamento) del mismo modo que el actual ritmo de juego y efectividad exterior de los Warriors de ahora era algo inimaginable entonces. Si se deja a un lado la guerra interior entre secundarios (Luc Longley, John Salley y Bill Wennington contra Bogut, Speights y Ezeli, la gran batalla llegaría entre dos núcleos duros tremendos: Stephen Curry, Klay Thompson, Shaun Livingston, Andre Iugodala, Leandro Barbosa, Harrison Barnes y Draymond Green por un lado. Por el otro: Michael Jordan, Scottie Pippen, Dennis Rodman, Tony Kukoc, Ron Harper y Steve Kerr, ahora prcisamente técnico de los de la Bahía.
Más allá de la obvia y capital figura de Michael Jordan, los defensores de los Bulls en este inocuo pero divertido debate apuestan por el físico de Rodman y de un Pippen que defendería a Stephen Curry. Y por el triángulo ofensivo y su versión más perfecta. La discusión en todo caso es inacabable y el hecho es que los Warriors son tan buenos que se han ganado protagonizarla… de camino a más títulos, al fin y al cabo el verdadero baremo que dirá en qué posición histórica quedan cuando pase su ciclo.