¿Qué proponen Obama, Clinton y Bush contra el Estado Islámico?

Los candidatos demócratas y republicanos se distancian del presidente

Joan Faus
Washington, El País
Los atentados de París han situado la lucha contra el yihadismo en el centro del debate político en Estados Unidos. El presidente Barack Obama se ha visto obligado a justificar su estrategia contra el autodenominado Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés). Y la seguridad nacional se ha convertido en un asunto prioritario para los candidatos a las elecciones presidenciales de 2016.


Repasamos qué han dicho esta semana sobre la lucha contra el ISIS Obama, la candidata demócrata Hillary Clinton y el republicano Jeb Bush. De los aspirantes a las nominaciones de sus partidos, Clinton y Bush han sido los más activos en tratar de utilizar los atentados del viernes pasado en París para exponer su estrategia contra el extremismo islámico y afianzar sus credenciales presidenciales.
Obama

Obama descartó el lunes cambiar de estrategia militar contra el ISIS. Por ejemplo, enviar tropas de combate terrestre, como la década pasada en Afganistán e Irak. El presidente es consciente de las lecciones de esas intervenciones, que fracasaron en estabilizar los países y tuvieron un alto coste en vidas estadounidenses.

La estrategia contra el ISIS consiste en bombardeos y apoyo limitado sobre el terreno. Ante el rápido avance de los yihadistas en Irak, Obama envió en junio de 2014 un pequeño contingente de militares estadounidenses a asesorar al Ejército iraquí. La cifra ha ido creciendo: ahora hay unos 3.500 militares. No tienen función de combate. Desde agosto de 2014, EE UU bombardea posiciones de los yihadistas en Irak.

En septiembre de ese año, tras la decapitación de rehenes occidentales en manos del ISIS, Obama extendió los ataques a Siria. Hace tres semanas, tras fracasar un plan de entrenamiento de rebeldes moderados, la Casa Blanca anunció el envío a Siria de menos de 50 tropas de élite estadounidenses para asesorar a insurgentes contra el ISIS. El Pentágono no descarta ampliar ese despliegue.

En los bombardeos también participan países occidentales y árabes, pero el grueso de ellos los efectúa la primera potencia mundial. Hasta el 12 de noviembre, la coalición había llevado a cabo 8.125 ataques aéreos, de los cuales 6.353 perpetrados por EE UU, según el recuento del Pentágono. Las operaciones tienen un coste medio diario de 11 millones de dólares. Los cazas y drones de EE UU proceden de bases y portaaviones en la región.
Clinton

Hillary Clinton anunció este jueves su estrategia contra el ISIS, más agresiva que la de Obama. La favorita a la nominación demócrata defendió una “nueva fase” en la campaña, que incluya más bombardeos, una fuerza terrestre más efectiva y la implementación de una zona de exclusión aérea. La Casa Blanca ha descartado una zona de ese tipo porque supondría confrontar a la aviación del régimen sirio cuando el objetivo de la campaña es derrocar al Estado Islámico.

En un discurso en Nueva York, Clinton pidió que los militares estadounidenses tengan más “flexibilidad” en la lucha contra el ISIS, pero, igual que Obama, rechazó el envío masivo de tropas de combate estadounidenses y dijo que el grueso de la lucha terrestre debe recaer en fuerzas locales.

La candidata sí marcó distancias con el presidente, aunque retóricas, sobre el objetivo de la estrategia. “Nuestro objetivo no es disuadir o contener al ISIS, sino vencer y destrozar al ISIS”, dijo Clinton. Poco antes de los atentados de París, Obama había dicho que el ISIS estaba contenido. Con su discurso, Clinton busca ensalzar sus dotes de estadista tras su etapa como secretaria de Estado en el primer mandato de Obama. Entonces ya defendía una estrategia militar más dura.
Bush

Las propuestas de Clinton sonaron muy parecidas a las reveladas el día anterior por el republicano Jeb Bush. “Tenemos que intensificar nuestros esfuerzos en el aire y sobre el terreno”, dijo el hijo y hermano de expresidentes en un discurso en una academia militar en Charleston (Carolina del Sur). Pidió establecer una zona de exclusión aérea en Siria, permitir a las fuerzas de élite estadounidenses atacar a terroristas y ampliar el despliegue terrestre contra el ISIS. Pero declinó especificar cuántos militares estadounidenses más mandaría y dijo que el grueso procedería de países vecinos.

Bush es el favorito del establishment republicano, pero no ha logrado situarse en la parte alta de las encuestas. Tras los atentados de París, aspira a revitalizar su imagen de gestor eficiente y decidido durante su etapa de gobernador de Florida para marcar distancias con los candidatos, sin experiencia política, que lideran los sondeos. Pero Bush afronta un delicado juego de equilibrios dado que su hermano George W. impulsó la fallida intervención en Irak la década pasada.

“Nuestras tropas tienen que estar seguras de que el comandante en jefe les respalda. Yo lo haré”, dijo el republicano en su discurso. Acusó a Obama de propiciar una “ausencia de liderazgo” estadounidense en el mundo y de ser optimista en el desarrollo de la campaña contra el ISIS. Pero coincidió con el presidente en que, para derrocar al grupo yihadista, es necesario impulsar una solución política que suponga la salida del dictador sirio Bachar el Asad.

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