¿Por qué el 25 de noviembre es el día contra todo tipo de violencia a las mujeres?


Redacción, BBC
En 1981 se celebró en Bogotá, Colombia, el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe. Entre muchas otras cosas, allí se decidió que el 25 de noviembre sea el Día Internacional de No Violencia contra las Mujeres. La fecha fue elegida para recordar el asesinato en 1960 de las hermanas Mirabal a manos de la dictadura de Leónidas Trujillo en República Dominicana.


Más de una década después, en 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Allí se definió que la violencia hacia la mujer era “todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada”.

Allí mismo se afirmó la necesidad de “una clara declaración de los derechos que se deben aplicar para asegurar la eliminación de toda violencia contra la mujer en todas sus formas, y un compromiso de los Estados y de la comunidad internacional en general para eliminar la violencia contra la mujer”.

Finalmente, en su resolución 54/134 del 17 de diciembre de 1999 la Asamblea General de Naciones Unidas resolvió que a partir del año siguiente, el 25 de noviembre sería la fecha estipulada como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

La lucha de las hermanas Mirabal

Minerva, María Teresa y Patria Mirabal eran tres hermanas que durante los años cincuenta fueron importantes opositoras al régimen dictatorial de Leónidas Trujillo en República Dominicana. Por este motivo fueron encarceladas varias veces, violadas y torturadas. A pesar de ello continuaron su lucha.

El 18 de mayo de 1960 las hermanas Minerva y María Teresa habían fueron juzgadas en Santo Domingo junto a sus esposos, “por atentar contra la seguridad del Estado dominicano” y condenadas a prisión. Sin embargo, el 9 de agosto el dictador decidió poner en libertad a las mujeres, dejando a sus compañeros en la cárcel.

El 25 de noviembre, cuando volvían de visitar a sus maridos en la cárcel Minerva, María Teresa y su hermana Patria, que las había acompañado, fueron interceptadas en la ruta. Un Escuadrón de la Muerte del Servicio de Inteligencia Militar las obligó a subirse a un vehículo en el cual fueron trasladadas hacia una casa en la localidad de La Cumbre. Allí fueron asesinadas y luego sus cuerpos golpeados para simular un accidente automovilístico.

Dos años después se llevó a cabo un juicio contra los autores materiales y todos fueron condenados a varios años de prisión. Sin embargo, con ayuda de grupos trujillistas todos lograron escapar del país.

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