Pérdida de apetito debilita la salud del cardenal Terrazas
Página Siete / La Paz
El estado de salud del cardenal Julio Terrazas es delicado como consecuencia de la pérdida de apetito que le ocasiona una sustancial pérdida de peso, informó el médico de cabecera del pupurado, Hormando Vaca Diez. El cardenal padece desde hace años problemas de insuficiencia renal y cardiaca.
" El cardenal no consume las suficientes calorías y presenta por momentos desánimo. Ha demostrado ser un hombre fuerte, pero en cinco años ha perdido 21 kilos de peso. El cardenal sólo pesa ahora 55 kilos”, explicó el nefrólogo Vaca Diez ayer en Santa Cruz.
El galeno no descartó que el cardenal vuelva a ser internado en una clínica para recibir cuidados intensivos. "Necesita recuperar cinco kilos; sin embargo, desde el domingo ha vuelto a decaer su apetito y recibe pocos alimentos”, argumentó.
Vaca Diez explicó que Terrazas debe tener un promedio de tres diálisis renales cada semana. Los efectos secundarios de ese tratamiento sumados a la pérdida de pesa provocarían el deterioro físico del prelado de 79 años.
El cardenal pidió expresamente ser atendido en su casa de Santa Cruz, que está equipada para atender cualquier emergencia. El médico recalcó que hay que respetar las decisiones del paciente, quien -dijo- en las últimas semanas prefiere estar solo en silencio o guardando reposo.
En junio pasado, el cardenal Terrazas fue internado en la clínica Incor, donde estuvo dos meses debido problemas renales y pulmonares. Fue dado de alta en agosto, pero en el ínt erín el prelado tuvo la oportunidad de entrevistarse con el papa Francisco, quien llegó a Bolivia el 8 de julio.
El Sumo Pontífice primero visitó al cardenal boliviano en la clínica Incor y ambos mantuvieron una reunión privada de 20 minutos.
Al día siguiente, poco antes de la partida del Papa de Santa Cruz, Terrazas sorprendió cuando, vestido con sus galas eclesiales, se presentó en la despedida que ofrecieron los obispos al papa Francisco.
"He venido a despedir al Santo Padre. Estoy muy feliz y agradecido por su visita”, dijo entonces el prelado. Después fueron escasas sus apariciones públicas.
El estado de salud del cardenal Julio Terrazas es delicado como consecuencia de la pérdida de apetito que le ocasiona una sustancial pérdida de peso, informó el médico de cabecera del pupurado, Hormando Vaca Diez. El cardenal padece desde hace años problemas de insuficiencia renal y cardiaca.
" El cardenal no consume las suficientes calorías y presenta por momentos desánimo. Ha demostrado ser un hombre fuerte, pero en cinco años ha perdido 21 kilos de peso. El cardenal sólo pesa ahora 55 kilos”, explicó el nefrólogo Vaca Diez ayer en Santa Cruz.
El galeno no descartó que el cardenal vuelva a ser internado en una clínica para recibir cuidados intensivos. "Necesita recuperar cinco kilos; sin embargo, desde el domingo ha vuelto a decaer su apetito y recibe pocos alimentos”, argumentó.
Vaca Diez explicó que Terrazas debe tener un promedio de tres diálisis renales cada semana. Los efectos secundarios de ese tratamiento sumados a la pérdida de pesa provocarían el deterioro físico del prelado de 79 años.
El cardenal pidió expresamente ser atendido en su casa de Santa Cruz, que está equipada para atender cualquier emergencia. El médico recalcó que hay que respetar las decisiones del paciente, quien -dijo- en las últimas semanas prefiere estar solo en silencio o guardando reposo.
En junio pasado, el cardenal Terrazas fue internado en la clínica Incor, donde estuvo dos meses debido problemas renales y pulmonares. Fue dado de alta en agosto, pero en el ínt erín el prelado tuvo la oportunidad de entrevistarse con el papa Francisco, quien llegó a Bolivia el 8 de julio.
El Sumo Pontífice primero visitó al cardenal boliviano en la clínica Incor y ambos mantuvieron una reunión privada de 20 minutos.
Al día siguiente, poco antes de la partida del Papa de Santa Cruz, Terrazas sorprendió cuando, vestido con sus galas eclesiales, se presentó en la despedida que ofrecieron los obispos al papa Francisco.
"He venido a despedir al Santo Padre. Estoy muy feliz y agradecido por su visita”, dijo entonces el prelado. Después fueron escasas sus apariciones públicas.