Muere en un tiroteo un destacado abogado kurdo en el este de Turquía

Aún se desconoce de donde procedía la bala que mató a Tahir Elçi, una de las voces más respetadas a favor de una solución pacífica al conflicto kurdo en Turquía

Andrés Mourenza
Estambul, El País
El presidente del Colegio de Abogados de Diyarbakir, Tahir Elçi, una de las voces a favor de una solución pacífica del conflicto kurdo más respetadas de Turquía, falleció este sábado en un tiroteo precisamente mientras se dirigía a los periodistas en una rueda de prensa en la que pedía que cesasen los enfrentamientos entre los nacionalistas kurdos y las fuerzas de seguridad turcas. La muerte de este letrado –que muchos consideran un asesinato- es un paso más en la escalada de tensión que vive desde hace cinco meses la región kurda, donde en varias localidades se ha decretado el toque de queda.


En torno a las diez y media (hora local), Elçi y otros abogados se dirigían a la prensa en la Ciudad Vieja de Diyarbakir para denunciar los daños sufridos por el patrimonio histórico durante los combates de los últimos días en las calles de este distrito, entre militantes de las YDG-H –vinculadas al grupo armado kurdo PKK- y las fuerzas especiales de la policía. “Hace años observamos con horror cómo los talibanes destruían las estatuas de Buda. En los últimos años hemos visto con pena y preocupación a ese grupo de bárbaros al que llaman ISIS [Estado Islámico] destrozar el patrimonio de la humanidad en Palmira, Mosul y Sinjar. (…) No queremos enfrentamientos armados ni operaciones (policiales) en este espacio común. Debemos responsabilizarnos de nuestro patrimonio”, dijo Elçi, en lo que fueron sus últimas palabras.

Entonces, según relató un periodista testigo de los hechos, “se oyeron disparos en una calle adyacente”: unos supuestos militantes de las YDG-H abrieron fuego contra dos policías para luego escapar a través de la callejuela en que se encontraban los abogados y periodistas. En ese momento, el grupo se encontró inmerso en un tiroteo, en el que fueron heridos un reportero y tres agentes (uno falleció horas después en el hospital). Una bala en la cabeza acabó con la vida de Elçi.

La agencia local Dicle, citando a testigos presenciales, afirma que el tiro que mató a Elçi procedía del lado en el que se encontraban los policías y que, según la autopsia, el letrado murió “de un disparo efectuado desde larga distancia”. El Colegio de Abogados de Diyarbakir calificó la muerte de “asesinato” y sus compañeros de profesión afirman que fue un acto “planeado”, recordando la persecución a la que era sometido Elçi desde que el pasado mes dijese en un canal de televisión que “el PKK no es una organización terrorista”. Por esas palabras, el letrado había sido imputado por “propaganda de organización terrorista” y se enfrentaba a una pena de siete años y medio de cárcel.

El primer ministro, el islamista Ahmet Davutoglu, ha prometido “esclarecer” el suceso “sea quien sea el que lo haya cometido”, aunque el ministro de Justicia, Bekir Bozdag, se apresuró a desmentir la hipótesis del homicidio intencionado: “No es un asesinato. Elçi y un policía han muerto durante un enfrentamiento armado”. Por su parte, el presidente de la República, Recep Tayyip Erdogan, envió sus condolencias a la familia del abogado y el policía muertos y afirmó que el incidente “muestra lo correcto de la determinación de Turquía en su lucha contra el terrorismo”. Una fuente gubernamental ha señalado que creen que Tahir Elçi pudo verse atrapado en el fuego cruzado aunque no descartan "que fuera el objetivo de un tercer actor".

Esta muerte promete inflamar aún más los ánimos en la región. El partido nacionalista kurdo DBP ha convocado protestas y el Gobierno ha decretado el toque de queda hasta nuevo aviso en la Ciudad Vieja de Diyarbakir, donde prosiguen los combates. “La violencia aumentará”, pronostica, en declaraciones a EL PAÍS, el periodista de Diyarbakir Naci Sapan, para el que la muerte de Elçi es “sin duda, un asesinato”. “Es algo que se veía venir, por el ambiente de confrontación que han creado el PKK y ciertas fuerzas oscuras de la región”, dice en referencia a grupos islamistas radicales: “Y además es culpa del Gobierno, que debe actuar dentro del marco de la ley y no justificar sus acciones, como la muerte de civiles en las localidades en estado de emergencia, en que también el PKK mata a inocentes”.

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