Matan a cuatro policías comunitarios en Guerrero

Los agentes comunitarios, civiles armados que operan al margen de las autoridades, fueron acribillados con ráfagas de AK-47

Zorayda Gallegos
México, El País
En Guerrero nadie escapa de la violencia. Cuatro policías comunitarios fueron asesinados en Tixtla la tarde del jueves cuando patullaban las calles de la ciudad. Las víctimas eran parte de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), un sistema de seguridad creado por los propios habitantes ante las debilidades del gobierno local. Según reportaron medios de la entidad no hubo detenidos. Tras el ataque los agresores huyeron en unas diez camionetas.


En Tixtla (región central de Guerrero) se ubica la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, donde estudiaban los 43 jóvenes desaparecidos desde septiembre del año pasado y que fueron secuestrados por policías municipales y sicarios del cártel de Guerreros Unidos. Los ataques a los comunitarios se dan unos días después de que la CRAC se pronunciara en contra de los comicios electorales y a tres días de que se realice la elección extraordinaria para elegir presidente municipal.

Estos hechos sangrientos no son nuevos en Guerrero, el Estado más violento de México. Apenas hace dos días, el martes, cuatro personas -entre ellas tres mujeres indígenas- fueron asesinadas cuando viajaban en un vehículo de transporte público en el municipio de Chilapa. En la comunidad de Polixtepec, el pasado domingo un comando armado atacó a balazos y con granadas la vivienda de una familia. Ante la barbarie, la policía estatal tomó el control del lugar. El 8 de noviembre doce personas murieron acribilladas en un palenque de Cuajinicuilapa, ubicado al sur de Guerrero, mientras presenciaban una pelea de gallos.

En el caso de la agresión contra los policías comunitarios en Tixtla, según informó el diario El Sur, los oficiales recibieron un reporte anónimo denunciando que en un barrio de la localidad había hombres armados. Al lugar se trasladaron seis policías, quienes al inspeccionar la zona fueron atacados con rifles AK-47. Sólo dos de ellos se salvaron de las balas. Los cuerpos de los otros cuatro hombres fueron cubiertos con sábanas. Una mujer policía comunitaria, con el rostro resguardado por un pasamontañas, explicó que los responsables de los ataques pudieran ser Los Rojos o Los Ardillos, dos bandas del narcotráfico que se disputan esa zona, o alguno de los candidatos de los partidos políticos que intentan ganar la presidencia municipal el próximo domingo.

Las autoridades federales no han logrado frenar la ola de violencia que empaña a Guerrero. A finales de octubre el secretario de Gobernación (Interior), Miguel Ángel Osorio Chong, anunció una nueva estrategia de seguridad para esta golpeada entidad del sureste de México. En el puerto de Acapulco, en conferencia de prensa, dijo que habría más despliegue policial en las regiones con mayor violencia y que se pondría en marcha una unidad especializada para combatir el secuestro, uno de los delitos que más aquejan a los guerrerenses. Al frente de estas acciones designó a un militar, el general Alejandro Saavedra Hernández. Los operativos federales para recobrar la paz en Guerrero no son nuevos. En octubre de 2011, en la administración del expresidente Felipe Calderón, se lanzó Guerrero Seguro ante la escalada de violencia en un 100%. La operación buscaba reconstruir el tejido social y fortalecer el sector económico tan golpeado por los robos, extorsiones y secuestros. En ese entonces en los patrullajes también participaron militares y policías federales.

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