Macri: “Sé que voy a encontrar un enorme desorden económico”
“No sabemos cuántas reservas hay, cuál es la pobreza o el PIB”, dice el candidato opositor
Carlos E. Cué
Humahuaca, El País
Mauricio Macri parece muy tranquilo. El favorito para las elecciones argentinas del domingo ha dado un giro completo. Hace unos meses estaba tercero en las encuestas, ahora acaricia la victoria. Su campaña, nada ideológica, centrada en mensajes positivos de cambio, ha descolocado al peronismo, que está movilizando todo su aparato para evitar la derrota después de 14 años de control absoluto del poder tras la crisis de 2001. Macri ha roto esquemas hasta en el cierre de campaña: lo hizo en Humahuaca, un lugar de paisajes espectaculares patrimonio de la humanidad en Jujuy, una de las zonas más pobres de Argentina, ya muy cerca de la frontera con Bolivia. Miles de personas lo aclamaron bajo el monumento a los héroes de la independencia. "Estamos listos para vivir la etapa más maravillosa de nuestra historia", gritó Macri en medio de un ambiente de euforia total que da por hecha la victoria.
Macri trata de suavizar su imagen de hombre de la jet set de Buenos Aires y participó por la mañana en una emotiva ceremonia de homenaje a la Pacha Mama, la madre tierra, con indígenas de la zona. El candidato mascó hoja de coca, una tradición en esta zona de altiplano, y realizó el ritual rodeado de las montañas de la quebrada de Humahuaca. "Le he pedido a la Pacha Mama sabiduría y fortaleza para conducir el país", contaba bajo un monolito que señala el paso del trópico de Capricornio por esta zona del octavo país más grande del mundo. Un gesto más hacia el norte pobre argentino donde el peronismo siempre fue muy fuerte y Macri se abre camino poco a poco. Macri hizo referencias constantes a "los pueblos originarios" mientras los indígenas sentados en primera fila se entusiasmaban. Antes de que hablara Macri, un niña indígena cantó una canción dedicada al cambio político que viene en Argentina.
Pero más allá de la alegría de su campaña, diseñada por el ecuatoriano Jaime Durán Barba, el alcalde de Buenos Aires sabe que si llega al Gobierno no lo va a tener fácil. Insiste en que no va a hacer un ajuste como Brasil, pero admite que no sabe realmente qué situación va a tener que afrontar. “Sé que me voy a encontrar un enorme desorden económico” aseguró en un encuentro con periodistas internacionales y argentinos invitados a este viaje por el PRO, la formación de Macri. “Vamos a encontrar un banco central pelado. No sabemos cuál es la realidad económica. La mentira del Gobierno hace que no sepamos cuál el valor del dólar, cuál es el PIB real. No sabemos en cuanto están las reservas del Banco Central, ni cuál es el índice de pobreza. Algunas instituciones privadas dicen que hay 14 millones de pobres. Hay proyectos energéticos que no conocemos”. ¿Y si no saben cuál es la realidad económica, cómo están tan seguros de que no van a tener que hacer un fuerte ajuste como en Brasil?, le preguntan. “Porque conocemos Argentina. Nuestro desafío es volver a crecer, no ajustar”.
Macri cree que su llegada al Gobierno va a desbloquear automáticamente la economía. “Sabemos que ya está creciendo el espacio cultivado en Argentina con las expectativas. Hay una fábrica asiática que está preparada para anunciar el lunes, al día siguiente de las elecciones, una gran inversión. Va a haber mucho de eso. Dow Chemical está anunciando nuevas inversiones”. “Todo está detenido en Argentina porque hay un Gobierno que cambia todo el tiempo las reglas del juego. Nosotros vamos a poner reglas de juego claras, vamos a combatir la inflación. Vamos a estar en línea con el resto del mundo”, insiste el candidato.
La palabra ajuste, recorte o cualquier tipo de mala noticia está fuera de su vocabulario de campaña. Mientras, su rival, Daniel Scioli, intenta convencer a las clases populares que siempre apoyaron al peronismo de que Macri es un millonario que va a hacer un gran ajuste. “Acá se vota entre un creído de Barrio Parque [uno de los más caros de Buenos Aires] o un trabajador del pueblo”, llegó a decir ayer Scioli. En realidad él también es un millonario excorredor de lancha fueraborda.
“A Scioli lo veo muy mal, instalado en la mentira, en su enojo. Es una verdadera desilusión, nos engañó a todos. Se pasó 10 años queriendo demostrar que era distinto al kirchnerismo y resulta que era igual”, asegura Macri. Ambos eran amigos, vienen del mismo mundo. “Nosotros estamos acá porque los argentinos han decidido que no van a hacer caso al miedo. El concepto que está lanzando Scioli es que yo soy una mala persona que quiero hacerle daño a los argentinos. Y no es verdad. Soy una buena persona. Él cree que se puede ganar de cualquier manera y yo no. Scioli buscó a los asesores especializados en campaña sucia, del miedo. Tiene al dream team del terror”, asegura el candidato, molesto.
Durán Barba: "El Papa no mueve más de 10 votos"
Argentina vive horas de máxima pasión política e incluso el Papa Francisco, cercano al peronismo, pareció apuntar hacia Scioli cuando dijo ayer al ser preguntado por las elecciones argentinas: “ya saben lo que yo pienso, que voten en conciencia”. Jaime Durán Barba, principal asesor electoral de Macri, señala al mismo grupo de periodistas en Jujuy poco después: “Un Papa no mueve más de 10 votos en ningún país. Nadie va a votar pensando en el Papa”. El viento parece empujar a Macri hacia la victoria, y ni el Papa podrá impedirlo, según su hombre más cercano, el inventor del fenómeno PRO. Durán Barba es famoso por sus intervenciones polémicas, tanto que había dejado de hablar durante su campaña. El asesor habla con naturalidad incluso del aborto libre, un tema impensable para Macri, que insiste en que él "defiende la vida". "Yo soy partidario de que sobre el aborto no haya ninguna ley. Estamos a favor de la libertad, si una señora quiere abortar que aborte, y el que quiera ser homosexual que lo sea. El Papa no está contento con nosotros por nuestra apertura a los homosexuales", dijo Durán Barba ante la prensa. No solo Macri está en contra del aborto, también otros referentes del PRO como la gobernadora electa de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, han sido tajantes. Aunque este partido también tiene su rama más liberal y Macri siempre dice que en este tipo de asuntos él dará libertad de voto.
Los macristas están convencidos de que la victoria ya es segura y creen que Scioli se ha equivocado con la campaña negativa porque le ha desfigurado. Scioli, explica Emilio Monzó, el gran armador de pactos políticos de Macri, que viene del peronismo, tenía una gran ventaja y era su perfil propio frente al kirchnerismo, como hombre de diálogo y consenso, "un moderado". Ahora, al endurecer su perfil para criticar a Macri, se acentúa su vinculación con el Gobierno y pierde su valor añadido, explica Monzó. Marcos Peña, la mano derecha de Macri, asegura que los datos que tienen son tan positivos que incluso aunque el 100% de los indecisos se fueran con Scioli, algo imposible, ellos ganarían porque la distancia que tienen en este momento es superior al 8% de indecisos. El macrismo ya no tiene ninguna duda de que la victoria está hecha y ahora quiere ver por cuánto gana porque eso le dará más fuerza para gobernar en unos tiempos que se auguran complicados. La respuesta llegará el domingo.
Carlos E. Cué
Humahuaca, El País
Mauricio Macri parece muy tranquilo. El favorito para las elecciones argentinas del domingo ha dado un giro completo. Hace unos meses estaba tercero en las encuestas, ahora acaricia la victoria. Su campaña, nada ideológica, centrada en mensajes positivos de cambio, ha descolocado al peronismo, que está movilizando todo su aparato para evitar la derrota después de 14 años de control absoluto del poder tras la crisis de 2001. Macri ha roto esquemas hasta en el cierre de campaña: lo hizo en Humahuaca, un lugar de paisajes espectaculares patrimonio de la humanidad en Jujuy, una de las zonas más pobres de Argentina, ya muy cerca de la frontera con Bolivia. Miles de personas lo aclamaron bajo el monumento a los héroes de la independencia. "Estamos listos para vivir la etapa más maravillosa de nuestra historia", gritó Macri en medio de un ambiente de euforia total que da por hecha la victoria.
Macri trata de suavizar su imagen de hombre de la jet set de Buenos Aires y participó por la mañana en una emotiva ceremonia de homenaje a la Pacha Mama, la madre tierra, con indígenas de la zona. El candidato mascó hoja de coca, una tradición en esta zona de altiplano, y realizó el ritual rodeado de las montañas de la quebrada de Humahuaca. "Le he pedido a la Pacha Mama sabiduría y fortaleza para conducir el país", contaba bajo un monolito que señala el paso del trópico de Capricornio por esta zona del octavo país más grande del mundo. Un gesto más hacia el norte pobre argentino donde el peronismo siempre fue muy fuerte y Macri se abre camino poco a poco. Macri hizo referencias constantes a "los pueblos originarios" mientras los indígenas sentados en primera fila se entusiasmaban. Antes de que hablara Macri, un niña indígena cantó una canción dedicada al cambio político que viene en Argentina.
Pero más allá de la alegría de su campaña, diseñada por el ecuatoriano Jaime Durán Barba, el alcalde de Buenos Aires sabe que si llega al Gobierno no lo va a tener fácil. Insiste en que no va a hacer un ajuste como Brasil, pero admite que no sabe realmente qué situación va a tener que afrontar. “Sé que me voy a encontrar un enorme desorden económico” aseguró en un encuentro con periodistas internacionales y argentinos invitados a este viaje por el PRO, la formación de Macri. “Vamos a encontrar un banco central pelado. No sabemos cuál es la realidad económica. La mentira del Gobierno hace que no sepamos cuál el valor del dólar, cuál es el PIB real. No sabemos en cuanto están las reservas del Banco Central, ni cuál es el índice de pobreza. Algunas instituciones privadas dicen que hay 14 millones de pobres. Hay proyectos energéticos que no conocemos”. ¿Y si no saben cuál es la realidad económica, cómo están tan seguros de que no van a tener que hacer un fuerte ajuste como en Brasil?, le preguntan. “Porque conocemos Argentina. Nuestro desafío es volver a crecer, no ajustar”.
Macri cree que su llegada al Gobierno va a desbloquear automáticamente la economía. “Sabemos que ya está creciendo el espacio cultivado en Argentina con las expectativas. Hay una fábrica asiática que está preparada para anunciar el lunes, al día siguiente de las elecciones, una gran inversión. Va a haber mucho de eso. Dow Chemical está anunciando nuevas inversiones”. “Todo está detenido en Argentina porque hay un Gobierno que cambia todo el tiempo las reglas del juego. Nosotros vamos a poner reglas de juego claras, vamos a combatir la inflación. Vamos a estar en línea con el resto del mundo”, insiste el candidato.
La palabra ajuste, recorte o cualquier tipo de mala noticia está fuera de su vocabulario de campaña. Mientras, su rival, Daniel Scioli, intenta convencer a las clases populares que siempre apoyaron al peronismo de que Macri es un millonario que va a hacer un gran ajuste. “Acá se vota entre un creído de Barrio Parque [uno de los más caros de Buenos Aires] o un trabajador del pueblo”, llegó a decir ayer Scioli. En realidad él también es un millonario excorredor de lancha fueraborda.
“A Scioli lo veo muy mal, instalado en la mentira, en su enojo. Es una verdadera desilusión, nos engañó a todos. Se pasó 10 años queriendo demostrar que era distinto al kirchnerismo y resulta que era igual”, asegura Macri. Ambos eran amigos, vienen del mismo mundo. “Nosotros estamos acá porque los argentinos han decidido que no van a hacer caso al miedo. El concepto que está lanzando Scioli es que yo soy una mala persona que quiero hacerle daño a los argentinos. Y no es verdad. Soy una buena persona. Él cree que se puede ganar de cualquier manera y yo no. Scioli buscó a los asesores especializados en campaña sucia, del miedo. Tiene al dream team del terror”, asegura el candidato, molesto.
Durán Barba: "El Papa no mueve más de 10 votos"
Argentina vive horas de máxima pasión política e incluso el Papa Francisco, cercano al peronismo, pareció apuntar hacia Scioli cuando dijo ayer al ser preguntado por las elecciones argentinas: “ya saben lo que yo pienso, que voten en conciencia”. Jaime Durán Barba, principal asesor electoral de Macri, señala al mismo grupo de periodistas en Jujuy poco después: “Un Papa no mueve más de 10 votos en ningún país. Nadie va a votar pensando en el Papa”. El viento parece empujar a Macri hacia la victoria, y ni el Papa podrá impedirlo, según su hombre más cercano, el inventor del fenómeno PRO. Durán Barba es famoso por sus intervenciones polémicas, tanto que había dejado de hablar durante su campaña. El asesor habla con naturalidad incluso del aborto libre, un tema impensable para Macri, que insiste en que él "defiende la vida". "Yo soy partidario de que sobre el aborto no haya ninguna ley. Estamos a favor de la libertad, si una señora quiere abortar que aborte, y el que quiera ser homosexual que lo sea. El Papa no está contento con nosotros por nuestra apertura a los homosexuales", dijo Durán Barba ante la prensa. No solo Macri está en contra del aborto, también otros referentes del PRO como la gobernadora electa de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, han sido tajantes. Aunque este partido también tiene su rama más liberal y Macri siempre dice que en este tipo de asuntos él dará libertad de voto.
Los macristas están convencidos de que la victoria ya es segura y creen que Scioli se ha equivocado con la campaña negativa porque le ha desfigurado. Scioli, explica Emilio Monzó, el gran armador de pactos políticos de Macri, que viene del peronismo, tenía una gran ventaja y era su perfil propio frente al kirchnerismo, como hombre de diálogo y consenso, "un moderado". Ahora, al endurecer su perfil para criticar a Macri, se acentúa su vinculación con el Gobierno y pierde su valor añadido, explica Monzó. Marcos Peña, la mano derecha de Macri, asegura que los datos que tienen son tan positivos que incluso aunque el 100% de los indecisos se fueran con Scioli, algo imposible, ellos ganarían porque la distancia que tienen en este momento es superior al 8% de indecisos. El macrismo ya no tiene ninguna duda de que la victoria está hecha y ahora quiere ver por cuánto gana porque eso le dará más fuerza para gobernar en unos tiempos que se auguran complicados. La respuesta llegará el domingo.