Luka Modric recupera más que Casemiro y crea más que Isco
Madrid, AS
Hace de todo y todo lo hace bien. Luka Modric se apuntó una asistencia en el Eibar-Real Madrid gracias a un centro teledirigido para que cabeceara Gareth Bale al filo del descanso, pero la aportación del croata no sólo se mide por el tanto generado, pues se erigió de nuevo como cerebro y sala de operaciones del equipo de Rafa Benítez. Tocó 112 balones (dato de Opta), su mejor marca esta temporada, para conducir al Madrid a la victoria en Ipurua.
En este curso ha jugado 17 partidos, sólo se perdió la visita del Levante. Promedia 71 pases por encuentro con un 91% de acierto. En el equipo sólo lo mejora Kroos (93%), aunque conviene tener en cuenta que el alemán asume menos riesgos en sus envíos. Además, Kroos no alcanza en defensa los datos de Luka, que roba una media de 6,5 balones por encuentro e intercepta 2,3. Contando la de este domingo suma dos asistencias, pero su acierto en el último tercio del campo es del 86%, no se le nubla la vista cuando las defensas aprietan. Técnica y visión de juego a partes iguales.
Casemiro ha recibido elogios por su sobriedad y capacidad para equilibrar las líneas de defensa y ataque del Madrid, pero no roba más que Modric (4,75 balones por partido) ni acierta más pases (71%). Tampoco Isco (3,8 robos; 83% en pases en el último tercio del campo) y James (2,43 robos; 85%) superan defensivamente u ofensivamente a las cifras del dorsal 14.
Entre algodones. Benítez ha administrado la contribución del croata en el campo para no comprometer su físico. En cinco partidos ha sido sustituido y entró desde el banquillo en otras dos ocasiones. El motivo es lógico: empezó la pretemporada haciendo saltar las alarmas por un golpe sufrido contra el Manchester City, aunque hasta ahora sólo fueron serias las molestias que arrastró en el aductor a mediados de octubre.
Su ausencia sería dramática e irreparable, ya se demostró durante la pasada temporada: se rompió en un Italia-Croacia al sufrir un arrancamiento del tendón proximal recto un 16 de noviembre y su baja se fue alargando semana a semana hasta marzo. Cuándo se lesionó, el Madrid era líder en la Liga y para su regreso la dinámica era de caída libre, superados por el Barça en la tabla y eliminados de la Copa antes de tiempo. Acabó el curso con un esguince de rodilla que no le permitió disputar la vuelta de cuartos de Champions ni las semifinales, con fatídico desenlace en el Bernabéu. El Madrid no puede permitirse prescindir de su timón.
Hace de todo y todo lo hace bien. Luka Modric se apuntó una asistencia en el Eibar-Real Madrid gracias a un centro teledirigido para que cabeceara Gareth Bale al filo del descanso, pero la aportación del croata no sólo se mide por el tanto generado, pues se erigió de nuevo como cerebro y sala de operaciones del equipo de Rafa Benítez. Tocó 112 balones (dato de Opta), su mejor marca esta temporada, para conducir al Madrid a la victoria en Ipurua.
En este curso ha jugado 17 partidos, sólo se perdió la visita del Levante. Promedia 71 pases por encuentro con un 91% de acierto. En el equipo sólo lo mejora Kroos (93%), aunque conviene tener en cuenta que el alemán asume menos riesgos en sus envíos. Además, Kroos no alcanza en defensa los datos de Luka, que roba una media de 6,5 balones por encuentro e intercepta 2,3. Contando la de este domingo suma dos asistencias, pero su acierto en el último tercio del campo es del 86%, no se le nubla la vista cuando las defensas aprietan. Técnica y visión de juego a partes iguales.
Casemiro ha recibido elogios por su sobriedad y capacidad para equilibrar las líneas de defensa y ataque del Madrid, pero no roba más que Modric (4,75 balones por partido) ni acierta más pases (71%). Tampoco Isco (3,8 robos; 83% en pases en el último tercio del campo) y James (2,43 robos; 85%) superan defensivamente u ofensivamente a las cifras del dorsal 14.
Entre algodones. Benítez ha administrado la contribución del croata en el campo para no comprometer su físico. En cinco partidos ha sido sustituido y entró desde el banquillo en otras dos ocasiones. El motivo es lógico: empezó la pretemporada haciendo saltar las alarmas por un golpe sufrido contra el Manchester City, aunque hasta ahora sólo fueron serias las molestias que arrastró en el aductor a mediados de octubre.
Su ausencia sería dramática e irreparable, ya se demostró durante la pasada temporada: se rompió en un Italia-Croacia al sufrir un arrancamiento del tendón proximal recto un 16 de noviembre y su baja se fue alargando semana a semana hasta marzo. Cuándo se lesionó, el Madrid era líder en la Liga y para su regreso la dinámica era de caída libre, superados por el Barça en la tabla y eliminados de la Copa antes de tiempo. Acabó el curso con un esguince de rodilla que no le permitió disputar la vuelta de cuartos de Champions ni las semifinales, con fatídico desenlace en el Bernabéu. El Madrid no puede permitirse prescindir de su timón.