Los errores tácticos del Madrid: pocos pases y sin recuperación
Madrid, As
El Madrid, acorralado por el PSG. Dio 100 pases menos que su media. Kroos, perdido. Isco y Jesé, no ayudaron: una recuperación cada uno.
El PSG desnudó todas las carencia del Real Madrid de Benítez. El consuelo del resultado no debe disimular los desajustes tácticos que registró el conjunto madridista en una noche que le cogió con el pie contrario. El equipo de Blanc fue dueño de la escena a partir del dominio absoluto de la medular. Mandó y acorraló a un Madrid partido. En el centro del campo, decíamos, estuvo la clave.
Benítez apostó por la fórmula Modric-Casemiro-Kroos (ya la utilizó en el Calderón y en Balaídos) con Isco y Jesé en los costados. Precisamente, en las bandas encontró la vía de ataque el PSG. Aurier aprovechó los espacios que dejaba Di María ante un Jesé que no replegaba. Isco, en el otro lado, también llegaba tarde a las ayudas. El canario y el malagueño recuperaron un balón cada uno. Un dato que contrasta con la intensidad defensiva que mostraron, por ejemplo, en París. Jesé sumó siete recuperaciones; Isco, tres.
El Madrid no hizo el balón suyo (firmó 43 recuperaciones, tras el día del Betis el segundo dato más bajo de la temporada) y sólo tuvo un 40,3% de posesión. La estadística de Opta refleja que el equipo de Benítez ejecutó 474 pases. No es un asunto menor. Hasta este partido su media alcanzaba los 585 pases por choque.
Kroos fue el paradigma negativo. Empezó como volante izquierdo y acabó por delante de Casemiro y Modric como falso mediapunta. El alemán promedia este curso 81 pases por encuentro; ante el PSG sólo dio 58. Tampoco tuvo presencia defensiva (acumuló tres recuperaciones menos). La medular quedó vacía en numerosas ocasiones al incrustarse Casemiro entre los centrales, salir Modric a tapar la banda y no llegar Kroos a ocupar ese espacio (ver imagen que ilustra la noticia).
La entrada de Rabiot por el lesionado Verratti favoreció el despliegue parisino. El canterano del PSG no se situó horizontalmente a Motta, algo que sí hizo el italiano en el Parque de los Principes. El equipo de Blanc tuvo mucha más llegada y remató hasta en 15 ocasiones. Tres disparos fueron repelidos por los palos. El Madrid nunca se despojó de esa sensación de control aplastante del PSG. Apenas fabricó contraataques y no inquietó en exceso a Trapp (triste protagonista del partido por su error en el gol de Nacho). Su estadística de disparos sólo llegó hasta los 11. Cristiano tocó 46 balones, todos fuera del área. Un ejemplo de un Madrid sin vuelo en ataque y oprimido por la propuesta del PSG.
El Madrid, acorralado por el PSG. Dio 100 pases menos que su media. Kroos, perdido. Isco y Jesé, no ayudaron: una recuperación cada uno.
El PSG desnudó todas las carencia del Real Madrid de Benítez. El consuelo del resultado no debe disimular los desajustes tácticos que registró el conjunto madridista en una noche que le cogió con el pie contrario. El equipo de Blanc fue dueño de la escena a partir del dominio absoluto de la medular. Mandó y acorraló a un Madrid partido. En el centro del campo, decíamos, estuvo la clave.
Benítez apostó por la fórmula Modric-Casemiro-Kroos (ya la utilizó en el Calderón y en Balaídos) con Isco y Jesé en los costados. Precisamente, en las bandas encontró la vía de ataque el PSG. Aurier aprovechó los espacios que dejaba Di María ante un Jesé que no replegaba. Isco, en el otro lado, también llegaba tarde a las ayudas. El canario y el malagueño recuperaron un balón cada uno. Un dato que contrasta con la intensidad defensiva que mostraron, por ejemplo, en París. Jesé sumó siete recuperaciones; Isco, tres.
El Madrid no hizo el balón suyo (firmó 43 recuperaciones, tras el día del Betis el segundo dato más bajo de la temporada) y sólo tuvo un 40,3% de posesión. La estadística de Opta refleja que el equipo de Benítez ejecutó 474 pases. No es un asunto menor. Hasta este partido su media alcanzaba los 585 pases por choque.
Kroos fue el paradigma negativo. Empezó como volante izquierdo y acabó por delante de Casemiro y Modric como falso mediapunta. El alemán promedia este curso 81 pases por encuentro; ante el PSG sólo dio 58. Tampoco tuvo presencia defensiva (acumuló tres recuperaciones menos). La medular quedó vacía en numerosas ocasiones al incrustarse Casemiro entre los centrales, salir Modric a tapar la banda y no llegar Kroos a ocupar ese espacio (ver imagen que ilustra la noticia).
La entrada de Rabiot por el lesionado Verratti favoreció el despliegue parisino. El canterano del PSG no se situó horizontalmente a Motta, algo que sí hizo el italiano en el Parque de los Principes. El equipo de Blanc tuvo mucha más llegada y remató hasta en 15 ocasiones. Tres disparos fueron repelidos por los palos. El Madrid nunca se despojó de esa sensación de control aplastante del PSG. Apenas fabricó contraataques y no inquietó en exceso a Trapp (triste protagonista del partido por su error en el gol de Nacho). Su estadística de disparos sólo llegó hasta los 11. Cristiano tocó 46 balones, todos fuera del área. Un ejemplo de un Madrid sin vuelo en ataque y oprimido por la propuesta del PSG.