La acumulación de gases de efecto invernadero alcanza niveles históricos
El dióxido de carbono ha aumentado un 143% respecto a los niveles preindustriales
La temperatura media del planeta a final de 2015 habrá aumentado un grado
Manuel Planelles
Madrid, El País
Dos de los organismos meteorológicos internacionales más importantes han alertado este lunes de que el planeta entra en un territorio climático desconocido. La acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera sigue creciendo y en 2014 marcó un nuevo récord. El dióxido de carbono (CO2) —que desde la era preindustrial ha crecido un 143%— se sitúa casi en las 400 partes por millón, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Por su parte, la Oficina Meteorológica británica (Met Office) avisa de que la temperatura del planeta a final de este 2015 será 1,02 grados más que el promedio previo a la Revolución Industrial.
Mientras los ministros de Medio Ambiente de más de 60 países debaten en París el texto del acuerdo contra el cambio climático que se intentará cerrar en la cumbre del clima que arranca el 30 de noviembre, desde el ámbito meteorológico se han lanzado varias alarmas este lunes. Por un lado, la OMM, vinculada a la ONU, ha resaltado el récord en la acumulación de gases de efecto invernadero durante 2014. Se confirma así el "aumento incesante que alimenta el cambio climático y hará del planeta un lugar más peligroso e inhóspito para las generaciones futuras", sostiene esta organización.
En su undécimo boletín, se analiza la evolución del principal gas de este tipo: el CO2, que en 2014 alcanzó una concentración de 397,7 partes por millón (ppm). Además de marcar un máximo nunca registrado, la OMM resalta que supone un incremento del 143% respecto a los niveles preindustriales (1750). Estas concentraciones permanecerán durante cientos de años en la atmósfera, con lo que no solo se está modificando el clima actual, sino que se compromete el de próximas generaciones. Con el metano (CH4) y el óxido de nitrógeno (N2O) ocurre algo idéntico: han aumentado un 254% y un 121% respecto a 1750.
En la elaboración del informe han participado 40 laboratorios internacionales. Entre ellos, el observatorio estatal de Izaña, en Tenerife. Ángel Gómez, responsable de programa de gases de efecto invernadero de Izaña, recuerda que en la última década se ha producido una "aceleración" de la acumulación de CO2. El planeta se calienta con la radiación solar y el mecanismo para enfriarse, explica Gómez, pasa por devolver desde la Tierra "radiaciones infrarrojas". Pero el incremento de gases de efecto —por la quema de combustibles fósiles y el cambio de usos del suelo— "dificulta la salida de las radiaciones infrarrojas" y, por lo tanto, la temperatura aumenta respecto a las etapas preindustriales. Los gases de efecto invernadero siempre han estado presentes. Pero ahora, indica Gómez, se ha "roto el equilibrio" por el aumento de las emisiones debido a la actividad del hombre.
Sin tiempo
"Todos los años decimos que el tiempo se está agotando. Tenemos que actuar ahora para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero si queremos tener alguna posibilidad de mantener el incremento de las temperaturas en un nivel razonable", ha señalado este lunes Michel Jarraud, secretario general de la WMO. Ese "nivel razonable", según admiten la mayoría de Estados, es un aumento máximo de la temperatura a final de siglo de 2 grados centígrados respecto a los niveles preindustriales.
La mitad de ese margen de seguridad ya lo hemos gastado. La Met Office ha difundido este lunes un estudio en el que, a partir de los datos recogidos en los nueve primeros meses, la temperatura media en el planeta a final de 2015 habrá sido 1,02 grados mayor que la media registrada entre 1850 y 1900. "Está claro que es la influencia humana lo que ha llevado al clima moderno hacia un territorio desconocido", ha sostenido Stephen Belcher, director de la Met Office.
A finales de este mes arranca en París la cumbre del clima (COP21), en la que se busca un acuerdo global para mitigar el cambio climático. Mitigarlo, porque revertirlo ya es imposible debido a la acumulación que ya hay en la atmósfera de gases de efecto invernadero.
La mayoría de Estados han presentado ya sus compromisos voluntarios de reducción de emisiones de estos gases. Pero estos esfuerzos no son suficientes, se ha alertado desde la ONU y desde distintos organismos internacionales. De hecho, la previsión —cuando se hace una proyección de los compromisos nacionales— es que las emisiones sigan creciendo hasta 2030.
Además, con los esfuerzos presentados el techó de los dos grados se rebasará en 2100. Estará en unos tres grados, según ha calculado la ONU.
El problema no es solo el incremento de la temperatura media del planeta. También, el aumento y virulencia de los fenómenos extremos. La semana pasada la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE UU (NOAA, por sus siglas en inglés) alertó de que en la mitad de los 28 fenómenos de este tipo estudiados durante 2014 estuvo vinculada al cambio climático. El calentamiento incrementó la intensidad de ciclones, lluvias torrenciales, sequías y olas de calor, concluyo la NOAA.
"Nos estamos adentrando en un terreno desconocido a una velocidad de vértigo", ha resaltado este lunes Jarraud. "El exceso de energía atrapado por el CO2 y los demás gases de efecto invernadero está calentando la superficie de la tierra, lo que conduce al incremento del vapor de agua atmosférico que, a su vez, está atrapando aún más calor", ha añadido el responsable de la OMM.
La temperatura media del planeta a final de 2015 habrá aumentado un grado
Manuel Planelles
Madrid, El País
Dos de los organismos meteorológicos internacionales más importantes han alertado este lunes de que el planeta entra en un territorio climático desconocido. La acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera sigue creciendo y en 2014 marcó un nuevo récord. El dióxido de carbono (CO2) —que desde la era preindustrial ha crecido un 143%— se sitúa casi en las 400 partes por millón, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Por su parte, la Oficina Meteorológica británica (Met Office) avisa de que la temperatura del planeta a final de este 2015 será 1,02 grados más que el promedio previo a la Revolución Industrial.
Mientras los ministros de Medio Ambiente de más de 60 países debaten en París el texto del acuerdo contra el cambio climático que se intentará cerrar en la cumbre del clima que arranca el 30 de noviembre, desde el ámbito meteorológico se han lanzado varias alarmas este lunes. Por un lado, la OMM, vinculada a la ONU, ha resaltado el récord en la acumulación de gases de efecto invernadero durante 2014. Se confirma así el "aumento incesante que alimenta el cambio climático y hará del planeta un lugar más peligroso e inhóspito para las generaciones futuras", sostiene esta organización.
En su undécimo boletín, se analiza la evolución del principal gas de este tipo: el CO2, que en 2014 alcanzó una concentración de 397,7 partes por millón (ppm). Además de marcar un máximo nunca registrado, la OMM resalta que supone un incremento del 143% respecto a los niveles preindustriales (1750). Estas concentraciones permanecerán durante cientos de años en la atmósfera, con lo que no solo se está modificando el clima actual, sino que se compromete el de próximas generaciones. Con el metano (CH4) y el óxido de nitrógeno (N2O) ocurre algo idéntico: han aumentado un 254% y un 121% respecto a 1750.
En la elaboración del informe han participado 40 laboratorios internacionales. Entre ellos, el observatorio estatal de Izaña, en Tenerife. Ángel Gómez, responsable de programa de gases de efecto invernadero de Izaña, recuerda que en la última década se ha producido una "aceleración" de la acumulación de CO2. El planeta se calienta con la radiación solar y el mecanismo para enfriarse, explica Gómez, pasa por devolver desde la Tierra "radiaciones infrarrojas". Pero el incremento de gases de efecto —por la quema de combustibles fósiles y el cambio de usos del suelo— "dificulta la salida de las radiaciones infrarrojas" y, por lo tanto, la temperatura aumenta respecto a las etapas preindustriales. Los gases de efecto invernadero siempre han estado presentes. Pero ahora, indica Gómez, se ha "roto el equilibrio" por el aumento de las emisiones debido a la actividad del hombre.
Sin tiempo
"Todos los años decimos que el tiempo se está agotando. Tenemos que actuar ahora para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero si queremos tener alguna posibilidad de mantener el incremento de las temperaturas en un nivel razonable", ha señalado este lunes Michel Jarraud, secretario general de la WMO. Ese "nivel razonable", según admiten la mayoría de Estados, es un aumento máximo de la temperatura a final de siglo de 2 grados centígrados respecto a los niveles preindustriales.
La mitad de ese margen de seguridad ya lo hemos gastado. La Met Office ha difundido este lunes un estudio en el que, a partir de los datos recogidos en los nueve primeros meses, la temperatura media en el planeta a final de 2015 habrá sido 1,02 grados mayor que la media registrada entre 1850 y 1900. "Está claro que es la influencia humana lo que ha llevado al clima moderno hacia un territorio desconocido", ha sostenido Stephen Belcher, director de la Met Office.
A finales de este mes arranca en París la cumbre del clima (COP21), en la que se busca un acuerdo global para mitigar el cambio climático. Mitigarlo, porque revertirlo ya es imposible debido a la acumulación que ya hay en la atmósfera de gases de efecto invernadero.
La mayoría de Estados han presentado ya sus compromisos voluntarios de reducción de emisiones de estos gases. Pero estos esfuerzos no son suficientes, se ha alertado desde la ONU y desde distintos organismos internacionales. De hecho, la previsión —cuando se hace una proyección de los compromisos nacionales— es que las emisiones sigan creciendo hasta 2030.
Además, con los esfuerzos presentados el techó de los dos grados se rebasará en 2100. Estará en unos tres grados, según ha calculado la ONU.
El problema no es solo el incremento de la temperatura media del planeta. También, el aumento y virulencia de los fenómenos extremos. La semana pasada la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE UU (NOAA, por sus siglas en inglés) alertó de que en la mitad de los 28 fenómenos de este tipo estudiados durante 2014 estuvo vinculada al cambio climático. El calentamiento incrementó la intensidad de ciclones, lluvias torrenciales, sequías y olas de calor, concluyo la NOAA.
"Nos estamos adentrando en un terreno desconocido a una velocidad de vértigo", ha resaltado este lunes Jarraud. "El exceso de energía atrapado por el CO2 y los demás gases de efecto invernadero está calentando la superficie de la tierra, lo que conduce al incremento del vapor de agua atmosférico que, a su vez, está atrapando aún más calor", ha añadido el responsable de la OMM.