Jonas y Luisao colocan al Benfica como líder en solitario

Lisboa, As
El grupo del Benfica es uno de esos donde los cuatro equipos se sienten importantes, capaces de ganar a cualquiera, y también de perder. Por eso salen a jugar de tú a tú, y el espectador asiste a encuentros vibrantes, aunque quizás no brillantes, llenos de córneres, faltas y tarjetas, de enredos y correcalles. Eso fue el Benfica-Galatasaray jugador en el estadio de la Luz, un partido de los de la vieja usanza, cuando era un derivado obrero del rugby.


El Galatasaray salió a suicidarse, esto es a dejar suelto a Nico Gaitán, un jugadorazo que combina fuerza con la fantasía, y que en quince minutos ya le había puesto a Muslera en tensión máxima. El argentino y el brasileño Jonás eran la amenaza de un Galatasaray que no se estiró hasta mediada la primera parte. Podolsky, Schneider y Burak tenían suficiente veteranía en sus botas como para templar los partidos que parecen más adversos.

El Benfica apretó todo el partido, pero hasta el segundo tiempo no empezó a marcar, gracias a esos barullos que se producen en estos partidos jugados con tanto entusiasmo y energía. Los centrales del Benfica fueron los protagonistas, primero Jardel, que cedió a Luisao, falló pero remató el infalible Jonás; empató Podolski en cinco minutos más en otro barullo desempató el otro central del Benfica, Luisao, haciendo de la torpeza virtud. El Benfica pudo rematar la victoria en varias galopadas de Gaitán, pero sus compañeros no estuvieron a su altura y el Galatasaray tuvo su oportunidad de empatar en tiempo de descuento, pero otra vez salvó el enorme Jardel. El 2-1 le deja al Benfica encabeza del grupo en solitario.

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