Familia, fanatismo, corrupción y cómo anunciar a Dios: el Papa se sincera con los jóvenes
Nairobi, AFP
El Papa Francisco se sinceró con los jóvenes en el encuentro que mantuvo en el Estadio Kasarani de Nairobi. Dejando a un lado el discurso que tenía previsto leer, decidió improvisar sus palabras en respuesta a las preguntas que dos jóvenes le hicieron. La corrupción, el reclutamiento de jóvenes por el fundamentalismo religioso, cuál es el mejor medio de comunicación para anunciar a Dios y las heridas que sufren aquellos que son abandonados por sus familias fueron los temas que abordó.
Divisiones, fanatismos y tribalismos
Francisco explicó que ya en la primera parte de la Biblia “un hermano mata a otro hermano”, refiriéndose a la historia de Caín y Abel. “El espíritu del mal nos lleva a la destrucción. Y el espíritu del mal nos lleva a la desunión, al tribalismo, a la corrupción, a la drogadicción, a la destrucción por los fanatismos”.
“Un hombre o una mujer pierde lo mejor de su ser humano cuando se olvida de rezar porque se siente omnipotente, porque no siente necesidad de pedir ayuda delante de tantas tragedias. Hay dos maneras de ver las dificultades: como algo que te bloquea, te destruye o te detiene o lo mirás como una oportunidad”.
El Papa recordó que “no vivimos en el cielo” sino en la tierra que “está llena de dificultades, está llena también de invitaciones para desviarte hacia el mal”.
Pero los jóvenes tienen “la capacidad de elegir qué camino quiero, cuál de estas dos cosas quiero elegir, dejarme vencer por la dificultad o transformar la dificultad en una oportunidad para vencer yo”.
Sobre el radicalismo religioso y como recluta a jóvenes que atentan contra la vida de los demás (por ejemplo el fundamentalismos islamista), el Papa señaló que primero “tenemos que saber por qué un joven lleno de ilusiones se deja reclutar o va a buscar ser reclutado y se aparta de su familia, de sus amigos, de su tribu, de su patria, se aparta de la vida porque aprende a matar”.
“Si un joven o una joven no tiene trabajo, no puede estudiar, ¿qué puede hacer?: o delinquir o caer en las dependencias o suicidarse” o “enrolarse en una actividad que le demuestre un fin en la vida, engañado o seducido”.
Francisco sugirió que “lo primero que tenemos que hacer para evitar que un joven sea reclutado o quiera ser reclutado es educación y trabajo” porque “si un joven no tiene trabajo, ¿qué futuro le espera?”. “Y ahí entra la idea de dejarse reclutar. Si un joven no tiene posibilidades de educación, incluso de educación de emergencia, de pequeños oficios, ¿qué puede hacer? Ahí está el peligro”.
“Es un peligro social que está más allá de nosotros, incluso más allá del país porque depende de un sistema internacional que es injusto, que tiene al centro de la economía no a la persona sino al dios dinero”. Pero ¿cómo se puede ayudar a estar personas? “Primero rezar por él, pero fuerte, Dios es más fuerte que todo reclutamiento, y después hablarle con cariño, con simpatía, con amor con paciencia. Invitarlo a ver un partido de fútbol, invitarlo a pasear, a estar juntos en el grupo, no dejarlo solo”.
Sobre el tribalismo dijo que “destruye una nación”. “Es tener las manos escondidas por detrás y tener una piedra en cada mano para tirársela al otro”. El Santo Padre reconoció que “solo se vence con el oído, con el corazón y con la mano”.
“Con el oído, ¿cuál es tú cultura?, ¿por qué sos así?, ¿por qué tu tribu tiene estas costumbres? ¿Tu tribu se siente superior o inferior? Con el corazón. Una vez que escuché con el oído la respuesta abro el corazón y tiendo la mano para seguir dialogando”.
“Si ustedes no dialogan y no se escuchan entre ustedes siempre va a existir el tribalismo que es como una polilla que va a roer la sociedad”.
Corrupción
“Incluso en el Vaticano hay casos de corrupción”, dijo el Papa. “La corrupción es algo que se nos mete adentro, es como el azúcar, es dulce, nos gusta, es fácil y después terminamos mal y de tanto azúcar fácil terminamos diabéticos o nuestro país termina diabético”.
Para luchar contra ella “como en todas las cosas, hay que empezar, si no querés corrupción en tu corazón, en tu vida, en tu patria empezá vos. Si no empezás vos tampoco va a empezar el vecino”.
“La corrupción además nos roba la alegría, nos roba la paz, la persona corrupta no vive en paz”. “Chicos y chicas, la corrupción no es un camino de vida, es un camino de muerte”, subrayó.
Comunicar a Dios
Según el Papa, “el primer medio de comunicación es la palabra, es el gesto, es la sonrisa”. “El primer gesto de comunicación es la cercanía, es buscar la amistad”.
“Si hablan bien entre ustedes, se sonríen, se acercan como hermanos. Si ustedes están cerca el uno del otro aunque sean de diversas tribus y si ustedes se acercan a los que necesitan, a los pobres, enfermos, abandonados, al anciano que nadie visita, esos gestos de comunicación son más contagiosos que cualquier red de televisión”, respondió.
Tragedias de la vida
“¿Cómo podemos ver la mano de Dios en las tragedias de la vida? Esta pregunta se la hacen los hombres y mujeres de todo el mundo de una u otra manera. Y no encuentran explicación”, dijo el Papa.
“Más aún, hay preguntas que por más que te rompas la cabeza pensando no vas a encontrar explicación”. Pero el Santo Padre dijo que solo hay un camino: “Mirá al Hijo de Dios. Dios lo entregó para salvarnos a todos. Dios mismo se hizo tragedia. Dios mismo se dejó destruir en la Cruz. Y cuando estés que no entendés algo, cuando estés desesperado, cuando se te venga el mundo encima mirá la Cruz. Ahí está el fracaso de Dios. Ahí está la destrucción de Dios. Pero también ahí está un desafío nuestra fe. La esperanza. Porque la historia no terminó en ese fracaso, sino en la resurrección que nos renovó a todos”.
Defender la familia
El Papa señaló que en todas partes hay chicos abandonados, por lo que “la familia es tan importante”. “¡Defiendan la familia!”, pidió.
Sobre las personas que han sido abandonadas dijo que existe un remedio para salir de ese dolor: “¡Hacer aquello que yo no recibí!”. “Si vos no recibiste comprensión sé comprensivo con los demás. Si vos no recibiste amor, amá a los demás, si vos sentiste el dolor de la soledad, acércate a aquellos que están solos. La carne se cura con la carne y Dios se hizo carne para curarnos a nosotros. Hagamos lo mismo nosotros con los demás”.
El Papa Francisco se sinceró con los jóvenes en el encuentro que mantuvo en el Estadio Kasarani de Nairobi. Dejando a un lado el discurso que tenía previsto leer, decidió improvisar sus palabras en respuesta a las preguntas que dos jóvenes le hicieron. La corrupción, el reclutamiento de jóvenes por el fundamentalismo religioso, cuál es el mejor medio de comunicación para anunciar a Dios y las heridas que sufren aquellos que son abandonados por sus familias fueron los temas que abordó.
Divisiones, fanatismos y tribalismos
Francisco explicó que ya en la primera parte de la Biblia “un hermano mata a otro hermano”, refiriéndose a la historia de Caín y Abel. “El espíritu del mal nos lleva a la destrucción. Y el espíritu del mal nos lleva a la desunión, al tribalismo, a la corrupción, a la drogadicción, a la destrucción por los fanatismos”.
“Un hombre o una mujer pierde lo mejor de su ser humano cuando se olvida de rezar porque se siente omnipotente, porque no siente necesidad de pedir ayuda delante de tantas tragedias. Hay dos maneras de ver las dificultades: como algo que te bloquea, te destruye o te detiene o lo mirás como una oportunidad”.
El Papa recordó que “no vivimos en el cielo” sino en la tierra que “está llena de dificultades, está llena también de invitaciones para desviarte hacia el mal”.
Pero los jóvenes tienen “la capacidad de elegir qué camino quiero, cuál de estas dos cosas quiero elegir, dejarme vencer por la dificultad o transformar la dificultad en una oportunidad para vencer yo”.
Sobre el radicalismo religioso y como recluta a jóvenes que atentan contra la vida de los demás (por ejemplo el fundamentalismos islamista), el Papa señaló que primero “tenemos que saber por qué un joven lleno de ilusiones se deja reclutar o va a buscar ser reclutado y se aparta de su familia, de sus amigos, de su tribu, de su patria, se aparta de la vida porque aprende a matar”.
“Si un joven o una joven no tiene trabajo, no puede estudiar, ¿qué puede hacer?: o delinquir o caer en las dependencias o suicidarse” o “enrolarse en una actividad que le demuestre un fin en la vida, engañado o seducido”.
Francisco sugirió que “lo primero que tenemos que hacer para evitar que un joven sea reclutado o quiera ser reclutado es educación y trabajo” porque “si un joven no tiene trabajo, ¿qué futuro le espera?”. “Y ahí entra la idea de dejarse reclutar. Si un joven no tiene posibilidades de educación, incluso de educación de emergencia, de pequeños oficios, ¿qué puede hacer? Ahí está el peligro”.
“Es un peligro social que está más allá de nosotros, incluso más allá del país porque depende de un sistema internacional que es injusto, que tiene al centro de la economía no a la persona sino al dios dinero”. Pero ¿cómo se puede ayudar a estar personas? “Primero rezar por él, pero fuerte, Dios es más fuerte que todo reclutamiento, y después hablarle con cariño, con simpatía, con amor con paciencia. Invitarlo a ver un partido de fútbol, invitarlo a pasear, a estar juntos en el grupo, no dejarlo solo”.
Sobre el tribalismo dijo que “destruye una nación”. “Es tener las manos escondidas por detrás y tener una piedra en cada mano para tirársela al otro”. El Santo Padre reconoció que “solo se vence con el oído, con el corazón y con la mano”.
“Con el oído, ¿cuál es tú cultura?, ¿por qué sos así?, ¿por qué tu tribu tiene estas costumbres? ¿Tu tribu se siente superior o inferior? Con el corazón. Una vez que escuché con el oído la respuesta abro el corazón y tiendo la mano para seguir dialogando”.
“Si ustedes no dialogan y no se escuchan entre ustedes siempre va a existir el tribalismo que es como una polilla que va a roer la sociedad”.
Corrupción
“Incluso en el Vaticano hay casos de corrupción”, dijo el Papa. “La corrupción es algo que se nos mete adentro, es como el azúcar, es dulce, nos gusta, es fácil y después terminamos mal y de tanto azúcar fácil terminamos diabéticos o nuestro país termina diabético”.
Para luchar contra ella “como en todas las cosas, hay que empezar, si no querés corrupción en tu corazón, en tu vida, en tu patria empezá vos. Si no empezás vos tampoco va a empezar el vecino”.
“La corrupción además nos roba la alegría, nos roba la paz, la persona corrupta no vive en paz”. “Chicos y chicas, la corrupción no es un camino de vida, es un camino de muerte”, subrayó.
Comunicar a Dios
Según el Papa, “el primer medio de comunicación es la palabra, es el gesto, es la sonrisa”. “El primer gesto de comunicación es la cercanía, es buscar la amistad”.
“Si hablan bien entre ustedes, se sonríen, se acercan como hermanos. Si ustedes están cerca el uno del otro aunque sean de diversas tribus y si ustedes se acercan a los que necesitan, a los pobres, enfermos, abandonados, al anciano que nadie visita, esos gestos de comunicación son más contagiosos que cualquier red de televisión”, respondió.
Tragedias de la vida
“¿Cómo podemos ver la mano de Dios en las tragedias de la vida? Esta pregunta se la hacen los hombres y mujeres de todo el mundo de una u otra manera. Y no encuentran explicación”, dijo el Papa.
“Más aún, hay preguntas que por más que te rompas la cabeza pensando no vas a encontrar explicación”. Pero el Santo Padre dijo que solo hay un camino: “Mirá al Hijo de Dios. Dios lo entregó para salvarnos a todos. Dios mismo se hizo tragedia. Dios mismo se dejó destruir en la Cruz. Y cuando estés que no entendés algo, cuando estés desesperado, cuando se te venga el mundo encima mirá la Cruz. Ahí está el fracaso de Dios. Ahí está la destrucción de Dios. Pero también ahí está un desafío nuestra fe. La esperanza. Porque la historia no terminó en ese fracaso, sino en la resurrección que nos renovó a todos”.
Defender la familia
El Papa señaló que en todas partes hay chicos abandonados, por lo que “la familia es tan importante”. “¡Defiendan la familia!”, pidió.
Sobre las personas que han sido abandonadas dijo que existe un remedio para salir de ese dolor: “¡Hacer aquello que yo no recibí!”. “Si vos no recibiste comprensión sé comprensivo con los demás. Si vos no recibiste amor, amá a los demás, si vos sentiste el dolor de la soledad, acércate a aquellos que están solos. La carne se cura con la carne y Dios se hizo carne para curarnos a nosotros. Hagamos lo mismo nosotros con los demás”.