El United no puede con el PSV y se jugará el pase en Alemania
Manchester, As
El Manchester United se complicó el pase a octavos de final de la Champions League tras ser incapaz de pasar del 0-0 en su casa ante un ordenado PSV. El equipo inglés dominó la posesión como de costumbre pero fue de más a menos y pudo incluso pagar la racanería de Louis Van Gaal con un castigo mayor en los minutos finales. Así, tendrá que ganar en dos semanas en casa del Wolfsburgo, líder actual del grupo, para asegurarse matemáticamente el pase a la siguiente ronda de la competición o, en su defecto, esperar que un CSKA ya eliminado le haga un favor en su visita a los holandeses.
El partido fue más de lo mismo (poco) de un United que a base de posesiones intrascendentes aburre al rival pero también a su aficionado. El papel, con cuatro delanteros (Martial, Rooney, Depay y Lingard), dice una cosa y la realidad otra. Porque no importan tanto los jugadores cómo las órdenes del técnico y la libreta de Van Gaal queda claro que premia más el rigor técnico y no encajar goles que anotarlos.
Así, mientras su despreciado Di María goleaba a pares en Malmo, el United sumaba su quinto 0-0 de lo que va de temporada (uno, contra el Middlesbrough le costó la eliminación de la Capital One Cup en la tanda de penaltis) para frustración de Old Trafford. Ni Martial ni Depay, ni mucho menos Rooney, lograron traducir el dominio del balón en ocasiones durante una primera mitad anodina. Otra más. Sólo el francés pudo poner en apuros a Zoet en una ocasión pero su disparo fue tan tímido como los pitos que empezaban ya entonces a asomar por una grada cansada.
Van Gaal volvió entonces a recurrir su manido plan del balonazo en largo a Fellaini en la segunda mitad. El belga, no obstante, creó incómodo en un PSV perfectamente ordenado Young, que entró por Depay en el 59, hizo amagos de despertar a su equipo pero su efecto se diluyo casi de inmediato y apenas dio para que Lingard mandara la mejor ocasión del partido a las nubes. El PSV, que empezó el partido dando por bueno el empate, se vino entonces arriba aprovechando la clase de Guardado para montar los contragolpes. De Jong y Locadia, sin embargo, fallaron arriba y cuando acertaron De Gea apareció como de costumbre para tapar agujeros y evitar un descalabro. El técnico holandés recurrió ya a la desesperada y con sólo cinco minutos para el final a la entrada de Mata por Darmian como apagafuegos. El plan, si es que lo había, tampoco funcionó y el equipo de Old Trafford se tendrá que jugar la vida en Alemania. Merecido.
El Manchester United se complicó el pase a octavos de final de la Champions League tras ser incapaz de pasar del 0-0 en su casa ante un ordenado PSV. El equipo inglés dominó la posesión como de costumbre pero fue de más a menos y pudo incluso pagar la racanería de Louis Van Gaal con un castigo mayor en los minutos finales. Así, tendrá que ganar en dos semanas en casa del Wolfsburgo, líder actual del grupo, para asegurarse matemáticamente el pase a la siguiente ronda de la competición o, en su defecto, esperar que un CSKA ya eliminado le haga un favor en su visita a los holandeses.
El partido fue más de lo mismo (poco) de un United que a base de posesiones intrascendentes aburre al rival pero también a su aficionado. El papel, con cuatro delanteros (Martial, Rooney, Depay y Lingard), dice una cosa y la realidad otra. Porque no importan tanto los jugadores cómo las órdenes del técnico y la libreta de Van Gaal queda claro que premia más el rigor técnico y no encajar goles que anotarlos.
Así, mientras su despreciado Di María goleaba a pares en Malmo, el United sumaba su quinto 0-0 de lo que va de temporada (uno, contra el Middlesbrough le costó la eliminación de la Capital One Cup en la tanda de penaltis) para frustración de Old Trafford. Ni Martial ni Depay, ni mucho menos Rooney, lograron traducir el dominio del balón en ocasiones durante una primera mitad anodina. Otra más. Sólo el francés pudo poner en apuros a Zoet en una ocasión pero su disparo fue tan tímido como los pitos que empezaban ya entonces a asomar por una grada cansada.
Van Gaal volvió entonces a recurrir su manido plan del balonazo en largo a Fellaini en la segunda mitad. El belga, no obstante, creó incómodo en un PSV perfectamente ordenado Young, que entró por Depay en el 59, hizo amagos de despertar a su equipo pero su efecto se diluyo casi de inmediato y apenas dio para que Lingard mandara la mejor ocasión del partido a las nubes. El PSV, que empezó el partido dando por bueno el empate, se vino entonces arriba aprovechando la clase de Guardado para montar los contragolpes. De Jong y Locadia, sin embargo, fallaron arriba y cuando acertaron De Gea apareció como de costumbre para tapar agujeros y evitar un descalabro. El técnico holandés recurrió ya a la desesperada y con sólo cinco minutos para el final a la entrada de Mata por Darmian como apagafuegos. El plan, si es que lo había, tampoco funcionó y el equipo de Old Trafford se tendrá que jugar la vida en Alemania. Merecido.