El giro político en Argentina entusiasma a los inversores

Las perspectivas hacia el próximo 22 de noviembre han provocado la subida de un 12% de la Bolsa y han dividido a los sindicatos

Alejandro Rebossio
Buenos Aires, El País
El buen resultado electoral del candidato liberal a la presidencia de Argentina, Mauricio Macri, hace ocho días y las perspectivas de que triunfe en la segunda vuelta del próximo 22 de noviembre han entusiasmado a los inversores financieros (la Bolsa ha subido un 12%), despertado la curiosidad de los cautelosos empresarios y dividido a los sindicatos. Las centrales sindicales kirchneristas vaticinan que Macri impondrá ajustes, mientras que las opositoras se sitúan entre el recelo y la predisposición a colaborar con el futuro Gobierno.


El índice Merval de la Bolsa de Buenos Aires subió esta semana el 12%. Los títulos públicos argentinos también se apreciaron y eso provocó que la prima de riesgo de Argentina descendiera en un 10%, hasta 485 puntos, cada vez más cerca de Brasil. Es verdad que el socio mayor de Mercosur está en recesión, pero Buenos Aires ha dejado de pagar su deuda en 2014 por el bloqueo que le ha impuesto la justicia de EE UU en la causa de los fondos buitre.

“Hay optimismo, pero los inversores quieren ver hacia dónde se mueve Argentina”, aclara Luciano Cohan, de la consultora Elypsis. Desde el lunes recibe cada vez más llamadas de fondos de inversión de EE UU para preguntarle quién ganará el balotaje entre Macri y su alianza Cambiemos y el candidato oficialista, Daniel Scioli (de Frente para la Victoria), cómo impactará eso en la economía y en qué medida Argentina será gobernable con ellos al frente. “Hay compras de acciones y bonos, pero no grandes movimientos. Hay gente que no miraba a Argentina y ahora estamos en el radar. Aunque para la gran inversión falta tiempo: hay gente interesada en la infraestructura, el petróleo, pero faltan señales para que vengan a poner la plata. El tema de los fondos buitre es tan serio como el tipo de cambio porque hay fondos de inversión que no pueden invertir en países en default [suspensión de pagos]”, explica Cohan.

Acuerdo básico

Tres días antes de las elecciones sorprendió que Air Nostrum comprara el 40% de la argentina Sol Líneas Aéreas. Es la primera inversión de una firma española en Argentina después de la nacionalización del 51% de Repsol en YPF.

El presidente de la Cámara Argentina de Comercio, Carlos de la Vega, opina que “las expectativas que genera Macri están vinculadas a la voluntad de eliminar el estado de crispación en la sociedad y a sus ocho años de experiencia en la administración de la ciudad de Buenos Aires, que se han traducido en obras públicas”.

De la Vega destaca que tanto Macri como Scioli “sostienen lo mismo: bajar la inflación, ordenar el gasto público y los subsidios económicos y solucionar la deuda externa, cada uno a su ritmo, y es lo que hay que hacer para generar un clima de negocios favorable a la inversión”. Tras años de creciente proteccionismo, De la Vega aboga por que Argentina discuta “qué tipo de industria quiere, si será un país autárquico u orientado a la agroindustria, la tecnología o la metalmecánica”. Augura que el país será gobernable aunque pierda el peronismo gobernante desde hace 13 años: “La gran mayoría de la sociedad está reclamando un acuerdo básico”.

En el mundo sindical prevalece otra perspectiva. El líder de una de las centrales obreras antikirchneristas, Pablo Micheli, opina que “no es buen síntoma para los trabajadores que los mercados reaccionen favorablemente porque hace recordar viejas épocas de reducción del gasto público, salarios congelados, más pobreza y distribución más regresiva de la riqueza”.

El jefe de otra central sindical, pero kirchnerista, Hugo Yasky, advierte de que una eventual victoria de Macri “significa para los trabajadores una amenaza concreta porque traerá devaluación del peso y apertura económica”. Pero especula con que “Macri va a tratar de no ponerse en contra a todo el campo popular a la vez”.

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