El Barcelona destroza al peor Real Madrid en décadas

Madrid, Marca
En pocas ocasiones el Santiago Bernabéu asistió a un baño semejante. Ni en el 2-6 hubo tanta distancia. Por no decir que ninguna. En un rincón, un equipo que sabía que hacer, que buscó la pelota desde el inicio y que elevó el toque a una forma de vida. En el otro, un equipo perdido, sin rumbo, sin esquema y con la máxima del pelotazo para alejar la pelota del área de Keylor Navas para evitar el peligro. No tenían otra solución. Impotencia. Total y absoluta. La que demostró Isco al ser expulsado. No, no se equivoquen. el primero era el Barcelona de Luis Enrique y el segundo el Real Madrid de un superado Benítez, que recibió cuatro goles que bien pudieron ser diez.


El técnico madridista no fue fiel a sus ideas. Renunció a ellas y cuando uno da la espalda a sus principios suele fracasar. Benítez tiró del once que para colocarlo en el terreno de juego no hace falta ser entrenador y sí tener sentido común. Ni más ni menos. El técnico madridista tiró de jugadores con galones, con peso y púrpura para hacer un once que nada pudo hacer ante un Barcelona que dejó a Messi en el banquillo, en toda una declaración de principios de si no estás para jugar, mejor al banco.

El Real Madrid tan solo contó con el argumento de Marcelo para meter en apuros a los azulgrana. James se dejó ver de vez en cuando, pero el resto, las figuras, desaparecieron ante la tremenda superioridad del Barcelona, especialmente en la primera mitad, esa que terminó entre gritos al banquillo, al palco y a los jugadores. El 0-2 lo justificaba y la pésima imagen lo exigía. No era para menos. El aficionado del Real Madrid no merecía semejante afrenta.

La segunda parte solo cambió el rumbo en los cinco primeros minutos, los que tardó el Barcelona en darse cuenta de que el descanso ya había terminado. Una llegada de Marcelo, un tiro de James y a sufrir, que eso es lo que hicieron los muchos millones de aficionados madridistas que ayer no reconocieron a su equipo. Llegó el tercero de Iniesta, el cuarto de Luis Suárez... y los que evitaron Marcelo, Ramos o Keylor , como también lo hizo Claudio Bravo en las dos únicas apariciones de Cristiano Ronaldo en todo el partido.

Luis Enrique fue fiel a su libro de estilo. Ni más ni menos. Bueno y contó con cracks de verdad, esos que no aparecieron ayer vestidos de blanco. Lo cierto es que este Barcelona consiguió que el público abandonara el Bernabéu cuando todavía quedaba media hora para el término del partido, pero, claro, contó con la colaboración de un equipo roto, sin alma y sin fútbol. Enfrente, un equipo de estrellas (Neymar y Luis Suárez) y de jugadores que quieren serlo como Sergio Roberto. Por cierto, Messi salió con 0-3.

Para terminar un recordatorio. Ancelotti fue cesado hace un año por sacar siempre a los mismos y porque sus jugadores se lesionaban mucho. Pues bien, esta temporada, a las primeras de cambio se ha demostrado que vuelven a jugar los de siempre (Benzema llevaba 40 días sin pisar el verde, por ejemplo) y que los de corto se lesionan tres veces más. Datos.

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