Alfombra verde para el City

Los de Pellegrini, con Sterling, Fernandinho, Navas y Touré excelsos, se paseó en Nervión. Tiró 22 veces por 11 el Sevilla, que se complica incluso la tercera plaza.

Sevilla, As
Definitivamente, la Champions no es para el Sevilla. Enamorado hasta las trancas de la Europa League, la copa que le cambió la vida como bien presume el club en uno de sus más recordados eslóganes, sus participaciones en la reina de las competiciones se cuentan por decepciones. Sonadas, además. El City, de amarillo, verde fosforito o como fuera, y en una demostración que pocas veces se le ha visto en Europa, jugó y ganó a placer en el Sánchez Pizjuán, tantas veces un infierno para sus rivales. El 1-3, combinado con el 1-1 en el Borussia-Juventus, le deja al borde de la eliminación y hasta le complica el horizonte de la tercera plaza que se jugará en el Borussia Park en unas semanas. Si hablamos de opciones matemáticas para ser segundo, el Sevilla necesita el siguiente milagro: ganar al Gladbach y a la Juventus y esperar un pinchazo de los de Allegri ante el City en Turín. Enrevesadísimo.


El Sevilla le puso una alfombra verde al City en la primera parte. Increíblemente ágil, volando al ritmo del balón, jugó un primer cuarto de hora de cine. Triunfó el ataque de entrenador de Pellegrini, que prescindió de De Bruyne, el hombre de los 70 millones de euros, y jugó con tres centrocampistas escarmentado de la ida, en la que Emery (que cumplía 44 años…) le había superado sobre la pizarra. Fernandinho y Touré se filtraron a la espalda de Banega e Iborra y lo del primer cuarto de hora fue un festival. Marcó Sterling, un diablillo diminuto pero rapidísimo y astuto. Después de su gol, anotado con suficiencia delante de Sergio Rico, asistió a Bony, que tenía todas las luces encendidas. Fernandinho, que esta vez sí pareció el centrocampista de recorrido tantas veces anunciado, aprovechó el rechace y marcó el 0-2 en el minuto 11.

El centro del campo del Sevilla pareció un solar. Por allí pasaba cualquiera. Navas se reconoció en la derecha como si los años no hubiesen pasado, como si el día que regresaba nadie pudiese pisar por su parcela. Por eso, y pese a un arrebato de furia de Coke, que fabricó la jugada del 1-2 que remachó Tremoulinas, el chico de Los Palacios (se exige su regreso a la Selección) cabalgó y le regaló el 1-3 a Bony. El mejor resumen de la primera parte fue la estadística de los tiros a puerta: 4-13. Nada más científico para explicar una sangría durísima e inesperada.

A Emery, asombrado por la extraordinaria genialidad de los citizens para superar líneas, no le quedó más remedio que tirar de Krohn-Dehli para minimizar las pérdidas. Pero nada cambió en el partido. El City siguió en modo apìsonadora. Sergio Rico salvó un gol cantado de Fernandinho, Sterling se divirtió con espectaculares zigzagueos y Yaya Touré, jugador de dimensión mundial, también pudo hacer más fea la brecha. Hubo pitos a Llorente, fichaje estrella que naufragó, demasiado estático, en la que debía ser su primera gran noche y terminó en fiasco. El Sevilla que había cautivado en el Etihad, en fin, fue desenmascarado. Lo más doloroso para la platea de Nervión, sin duda, fue masticar la tremenda diferencia que hubo entre los dos equipos. El Sevilla estuvo frágil pero el trabajo del City también merece un aplauso. Colectivamente fue un rodillo bien puesto con movimientos mecánicos y dominio en todos los registros del juego. Individualmente dejó diamantes como Sterling, futbolista que apunta a grande. Un minuto antes del final, la web de la UEFA sacó la encuesta a jugador del partido: había cinco del City, ninguno del Sevilla... Demasiado cruel, tal vez, volver a la Champions para esto.

Entradas populares