¿Quién es Ben Carson? Conozca al candidato que se opone a Donald Trump
EEUU, Noticias24
Este miércoles las encuestas sobre las elecciones que se realizarán próximamente en los EE UU, arrojaron a un nuevo puntero, en este caso, se trata de Ben Carson, el candidato opositor a Donald Trump, alguien a quien tampoco se le daba como posible puntero en las encuestas, sin embargo, las encuestas que publicaron The New York Times y CBS, dieron a Carson en ventaja sobre Trump, ya que el primero es el favorito para el 26% de los votantes republicanos, por delante del 22% que escogerían a Trump en las primarias que se realizarán en los próximos días.
Pero como en esta campaña las predicciones están a centavo el kilo, todas las que se han escrito hasta el momento se las ha llevado el tiempo y nadie tiene claro qué va a pasar en marzo, mucho menos en Julio, fecha en la que se celebrará la convención republicana.
Lo único que sabemos a día de hoy, y estamos en octubre, es que Trump y Carson, dos individuos dos, sin ninguna conexión con el partido republicano, han puesto tierra de por medio dejando atrás a políticos profesionales que aún no consiguen explicarse que demonios está pasando. Y sin embargo ahí están los dos, Trump y Carson, el ying y el yang, el ruido y la calma, el blanco y el negro, el populista y el adventista del séptimo día.
Trump entró en campaña como un elefante harto de red bull en una cristalería. Carson lo hizo sin llamar la atención y despertando un mínimo interés. Mientras Trump mostraba su opulencia, Carson enseñaba su Biblia. Allí donde el multimillonario se abría paso a codazos entre la docena de aspirantes, Carson pedía educadamente permiso para pasar. Dos sabores nuevos en el menú para un electorado harto de la misma vainilla de siempre.
Al igual que sucede con Trump, el mensaje de Carson es menos importante que el transmisor. Ambos han dado una idea bastante vaga de lo que piensan hacer si llegan a la presidencia, y podría parecer que van tomando posición en los temas según les van preguntando. Por el momento los votantes no parecen tener ningún problema al respecto.
Y tampoco parece que lo tengan con las salidas de pata de banco que ambos han tenido hasta el momento. De las de Trump hay una colección y en el caso de Carson, la más sonada fue la de decir que un musulmán no debería poder llegar nunca a la Casa Blanca, algo que le costó una reprimenda general, no solamente por parte de los demócratas si no por todos los candidatos republicanos, Trump incluido.
El resto de las manifestaciones “levanta cejas” de Carson no son metidas de pata, o al menos no lo son para él ni para los que le apoyan fervientemente en Iowa. Decir y mantener que la teoría de la evolución de Darwin es un cuento de hadas supondría una descalificación por ‘doping’ en cualquier país europeo, pero no en Estados Unidos. Carson, al igual que muchos otros, defienden el creacionismo inteligente, una evolución guiada por la mano de Dios que es asumida y aceptada como cierta entre muchos cristianos y que es incluso parte del programa académico en numerosos colegios privados y algunos públicos en varios estados del sur del país.
Carson no ha llevado la Biblia a Iowa. Su mensaje y su candidatura van unidas a ella. A diferencia de otros candidatos que asumen un papel devoto en Des Moines y se libran de él cuando cruzan la raya del estado, Carson forja su candidatura en sus creencias religiosas, una flanco por el que recibirá ataques de sus rivales pero uno que no piensa cubrir. Tal y como afirmó en su página de Facebook, no va a retroceder.
Su identificación con la religión ha sido permanente desde que a la edad de 14 años apuñalara a una persona. Tal y como él ha contado en el pasado, en ese momento apareció Dios en su vida.
Y quizá sea esa la fuente de su calma. Carson es un hombre tranquilo, pausado, que responde con tranquilidad a las preguntas más comprometidas y a los dardos que vuelan en su dirección. Su compostura en el debate republicano, que por momentos parecía un gallinero con demasiados gallos, le hizo ganar puntos ante la audiencia. Una persona que mantiene la calma cuando los demás pierden la cabeza.
Quizás sea que Carson se ha mantenido por debajo del radar de sus enemigos, más metidos en la melé con Bush, Trump, Rubio y Fiorina y el descuido le ha permitido colocarse en cabeza, pero está claro que eso se termina ahora. Los ataques van a comenzar, pero sus rivales lo tienen complicado. Criticar a un candidato por sus creencias religiosas suele ser una escopeta vieja de las que explotan en la cara, lección que aprendieron aquellos que intentaron atacar a Romney por ser mormón.
Iowa espera. Por ahora Carson lidera. Después vienen New Hampshire y Carolina del Sur. En ambos es, o era segundo porque las encuestas no dejan de reflejar el aumento de sus seguidores.
Este miércoles las encuestas sobre las elecciones que se realizarán próximamente en los EE UU, arrojaron a un nuevo puntero, en este caso, se trata de Ben Carson, el candidato opositor a Donald Trump, alguien a quien tampoco se le daba como posible puntero en las encuestas, sin embargo, las encuestas que publicaron The New York Times y CBS, dieron a Carson en ventaja sobre Trump, ya que el primero es el favorito para el 26% de los votantes republicanos, por delante del 22% que escogerían a Trump en las primarias que se realizarán en los próximos días.
Pero como en esta campaña las predicciones están a centavo el kilo, todas las que se han escrito hasta el momento se las ha llevado el tiempo y nadie tiene claro qué va a pasar en marzo, mucho menos en Julio, fecha en la que se celebrará la convención republicana.
Lo único que sabemos a día de hoy, y estamos en octubre, es que Trump y Carson, dos individuos dos, sin ninguna conexión con el partido republicano, han puesto tierra de por medio dejando atrás a políticos profesionales que aún no consiguen explicarse que demonios está pasando. Y sin embargo ahí están los dos, Trump y Carson, el ying y el yang, el ruido y la calma, el blanco y el negro, el populista y el adventista del séptimo día.
Trump entró en campaña como un elefante harto de red bull en una cristalería. Carson lo hizo sin llamar la atención y despertando un mínimo interés. Mientras Trump mostraba su opulencia, Carson enseñaba su Biblia. Allí donde el multimillonario se abría paso a codazos entre la docena de aspirantes, Carson pedía educadamente permiso para pasar. Dos sabores nuevos en el menú para un electorado harto de la misma vainilla de siempre.
Al igual que sucede con Trump, el mensaje de Carson es menos importante que el transmisor. Ambos han dado una idea bastante vaga de lo que piensan hacer si llegan a la presidencia, y podría parecer que van tomando posición en los temas según les van preguntando. Por el momento los votantes no parecen tener ningún problema al respecto.
Y tampoco parece que lo tengan con las salidas de pata de banco que ambos han tenido hasta el momento. De las de Trump hay una colección y en el caso de Carson, la más sonada fue la de decir que un musulmán no debería poder llegar nunca a la Casa Blanca, algo que le costó una reprimenda general, no solamente por parte de los demócratas si no por todos los candidatos republicanos, Trump incluido.
El resto de las manifestaciones “levanta cejas” de Carson no son metidas de pata, o al menos no lo son para él ni para los que le apoyan fervientemente en Iowa. Decir y mantener que la teoría de la evolución de Darwin es un cuento de hadas supondría una descalificación por ‘doping’ en cualquier país europeo, pero no en Estados Unidos. Carson, al igual que muchos otros, defienden el creacionismo inteligente, una evolución guiada por la mano de Dios que es asumida y aceptada como cierta entre muchos cristianos y que es incluso parte del programa académico en numerosos colegios privados y algunos públicos en varios estados del sur del país.
Carson no ha llevado la Biblia a Iowa. Su mensaje y su candidatura van unidas a ella. A diferencia de otros candidatos que asumen un papel devoto en Des Moines y se libran de él cuando cruzan la raya del estado, Carson forja su candidatura en sus creencias religiosas, una flanco por el que recibirá ataques de sus rivales pero uno que no piensa cubrir. Tal y como afirmó en su página de Facebook, no va a retroceder.
Su identificación con la religión ha sido permanente desde que a la edad de 14 años apuñalara a una persona. Tal y como él ha contado en el pasado, en ese momento apareció Dios en su vida.
Y quizá sea esa la fuente de su calma. Carson es un hombre tranquilo, pausado, que responde con tranquilidad a las preguntas más comprometidas y a los dardos que vuelan en su dirección. Su compostura en el debate republicano, que por momentos parecía un gallinero con demasiados gallos, le hizo ganar puntos ante la audiencia. Una persona que mantiene la calma cuando los demás pierden la cabeza.
Quizás sea que Carson se ha mantenido por debajo del radar de sus enemigos, más metidos en la melé con Bush, Trump, Rubio y Fiorina y el descuido le ha permitido colocarse en cabeza, pero está claro que eso se termina ahora. Los ataques van a comenzar, pero sus rivales lo tienen complicado. Criticar a un candidato por sus creencias religiosas suele ser una escopeta vieja de las que explotan en la cara, lección que aprendieron aquellos que intentaron atacar a Romney por ser mormón.
Iowa espera. Por ahora Carson lidera. Después vienen New Hampshire y Carolina del Sur. En ambos es, o era segundo porque las encuestas no dejan de reflejar el aumento de sus seguidores.