Policía estadounidense agrede a estudiante afroamericana


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Cristina F. Pereda
Washington, El País
Un nuevo episodio de violencia policial ha conmocionado a Estados Unidos. Después de la serie de incidentes del último año, en los que agentes empleaban uso de fuerza excesiva contra ciudadanos afroamericanos hasta causar su muerte, este último ha tenido lugar en una escuela de Carolina del Sur. Ocurrió este lunes en el instituto Spring Valley de la ciudad de Columbia y, tal y como revela un vídeo grabado por otro estudiante, el policía agarra violentamente a una alumna por el cuello y una pierna, tirándole violentamente contra el suelo y volcando su mesa. La escena es presenciada por el resto de compañeros que evitan mirar a lo que sucede a su alrededor.

El suceso está siendo investigado por el FBI mientras el agente, identificado como Ben Fields, ha sido retirado de su puesto. El policía había sido citado para expulsar a una alumna que se negaba a salir del aula. Esta práctica, que puede resultar sorprendente en otros países, es habitual en Estados Unidos, donde no está exenta de controversia.

“La estudiante fue informada de que sería detenida por impedir el funcionamiento de la clase y se le dieron instrucciones que no acató”, explicó este lunes el sheriff del condado, Leon Lott. “Lo que muestra el vídeo es cómo se resistió la estudiante cuando fue detenida”. Otra de las alumnas, arrestada también después de protestar por el incidente, quedó en libertad tras pagar una fianza de 1.000 dólares.

“Nunca he visto nada tan asqueroso, tan brutal hasta el punto de que los estudiantes miran para otro lado, sin saber que hacer, temiendo por sus vidas”, declaró una de las testigos a la radio local WLTX. “Se supone que [el agente] tiene que ser alguien que te proteja, no alguien de quien tener miedo”.

La Asociación de Padres del instituto donde ocurrió el arresto ha calificado la actuación policial de “inaceptable” y “escandalosa”. “Nos parte el corazón ver un ejemplo más de la intolerancia que sigue siendo un problema en nuestro distrito, especialmente contra las familias de minorías”, dice el comunicado de la asociación. El rechazo a este incidente ha estallado en las redes sociales, con la mayoría de mensajes de protesta, etiquetados como #AssaultAtSpringValleyHigh.

Estados Unidos cuenta entre sus cuerpos policiales con agentes identificados como “recurso para las escuelas”. Como asegura el Departamento del Sheriff del condado, su presencia forma parte de la colaboración entre las autoridades y las escuelas para “reducir el crimen, el consumo de drogas y la violencia, así como promover un ambiente seguro para los estudiantes”.

El uso de estos agentes incrementó especialmente en los años 70, cuando EE UU declaró la conocida como guerra contra las drogas. Los agentes son designados a cada una de las escuelas públicas, donde deben cumplir con la responsabilidad de ser “un buen ejemplo para los estudiantes” y asesorar tanto al profesorado como a los padres.

La actuación policial en las escuelas ha recibido menos atención en los últimos meses que los incidentes que acabaron con las vidas de Eric Garner, Michael Brown o Freddie Gray, pero existen incidentes similares. Este año, la revista Mother Jones publicó una recopilación de varios casos en los que estudiantes han necesitado atención médica después de un altercado con un agente en el colegio. Según los datos recopilados por la publicación, al menos 28 alumnos han resultado heridos y uno de ellos murió de un disparo.

Otro reportaje de Huffington Post identificó a 25 alumnos de 13 estados que fueron atacados con gas lacrimógeno, pistolas eléctricas o paralizantes. La Asociación Nacional de Agentes Escolares asegura que entre el tiroteo del Instituto de Columbine en 1999 hasta 2006, el número de policías asignados a los colegios se duplicó hasta alcanzar los 20.000 agentes, con una inversión federal de 876 millones de dólares. En 2012, la masacre en la escuela infantil de Sandy Hook provocó un nuevo incremento.

A pesar de que las autoridades justifican el uso de los agentes por motivos de seguridad, muchas de las voces que este martes protestaban contra lo ocurrido en Carolina del Sur se preguntaban por qué este tipo de incidentes se repiten en regiones donde el cuerpo estudiantil es en su mayoría de minorías raciales. El Departamento de Educación reveló en 2014 que 92.000 estudiantes habían sido arrestados en las escuelas en el curso 2011-12, la primera vez que se empezaron a recopilar estos datos.

A pesar de que los estudiantes afroamericanos son el 16% del alumnado, representan el 31% de las detenciones. Un informe sucesivo de la Casa Blanca recomendó la preparación específica de estos agentes al considerar que “las ofensas pueden convertirse en acusaciones por crimen cuando los agentes no han sido entrenados en materia de desarrollo infantil y adolescente”.

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