Odom: una carrera envuelta en la gloria y la polémica
J.I.Pinilla, As
Lamar Odom no ha tenido una vida fácil. Envuelto en la polémica y en la desagracia, el que fuera durante un mes jugador del Laboral Kutxa (con el equipo vasco disputó sus últimos partidos hasta la fecha), saboreó durante años la gloria para en los últimos tiempos enfangarse en el lodo de su infortunio por las drogas y el alcohol.
Odom se crió rodeado de drogas. Nació en Jamaica, Queens, una zona de Nueva York infectada por la heroína durante la década de los 80 y gran parte de la de los 90. Al igual que muchas otras zonas de Estados Unidos, la droga inundaba las calles y llegaba hasta la puerta de su casa.
Una situación dramática para un chico que a los 12 años era casi huérfano. Su madre, Cathy Mercer, falleció por un cáncer de colón, y su padre, un adicto a la cocaína, no podía hacerse cargo de él. La intervención y acogida de su abuela, Mildred Mercer, evitaron el aterrizaje del futuro campeón de la NBA en los oscuros suburbios de Nueva York.
Su llegada y estancia en la universidad le valieron la etiqueta de problemática antes de su salto a la NBA. Su destino al acabar el instituto era la Universidad de Nevada en Las Vegas, pero después de un artículo de la revista Sport Illustrated en la que se ponía en duda su alta puntuación (22 sobre 36) en el examen de acceso a la universidad, una citación de la policía de Las Vegas por solicitar los servicios de una prostituta y una investigación de la NCAA por haber recibido 5.600 dolares, algo prohibido por la política universitaria, provocaron su expulsión de la Universidad de Las Vegas y su llegada a Rhode Island, donde estuvo un año parado esta su debut.
A pesar de su gran cartel como jugador, estos problemas, más los rumores de sus coqueteos con las drogas, provocaron su caída en las quinielas del draft de 1999. Postulado en un principio en el primer puesto, cayó al cuarto tras Elton Brand, Steve Francis y Baron Davis.
Tras alcanzar la NBA, Odom vivió un camino de rosas y espinas. Rodeado de triunfos gracias a sus dos anillos de campeón en los Lakers de Pau Gasol, Kobe Bryant y Phil Jackson y el premio a Mejor Sexto Hombre de la liga, su relación y matrimonio con la ‘celebrity’ Khloe Kardashian (boda de revista, reality posterior y escandaloso divorcio por unas supuestas infidelidades) y, una vez más, su adicción a las drogas (ya en 2001 le suspendieron ocho meses por incumplir el programa antidrogas de la liga, además admitió que fumaba marihuana), dieron inicio a la debacle de su carrera en Estados Unidos.
Pero el momento más esperpéntico (hasta esta madrugada) se produjo en el verano de 2013. Desaparecido durante varios días, sus familiares y amigos temieron una recaída. Días de incertidumbre que acabaron con el descubrimiento de Odom en un hotel junto a unos amigos tratando, supuestamente, de recuperase de sus problemas con las drogas.
Pero la situación puso todo patas arriba, más si se sumaba su entrada en la cárcel días después por conducir bajos los efectos del alcohol y el posterior pago de una fianza de 15.000 dólares para salir de ella.
El exlaker decidió entrar una vez más en un centro de rehabilitación, pero un día después de su entrada, pidió el alta voluntaria. Su último intentó NBA fue una vuelta a Los Angeles Clippers, donde estuvo la temporada pasada, pero las dudas que traía consigo impidieron una nueva oportunidad y el fin de su carrera NBA.
Lamar Odom no ha tenido una vida fácil. Envuelto en la polémica y en la desagracia, el que fuera durante un mes jugador del Laboral Kutxa (con el equipo vasco disputó sus últimos partidos hasta la fecha), saboreó durante años la gloria para en los últimos tiempos enfangarse en el lodo de su infortunio por las drogas y el alcohol.
Odom se crió rodeado de drogas. Nació en Jamaica, Queens, una zona de Nueva York infectada por la heroína durante la década de los 80 y gran parte de la de los 90. Al igual que muchas otras zonas de Estados Unidos, la droga inundaba las calles y llegaba hasta la puerta de su casa.
Una situación dramática para un chico que a los 12 años era casi huérfano. Su madre, Cathy Mercer, falleció por un cáncer de colón, y su padre, un adicto a la cocaína, no podía hacerse cargo de él. La intervención y acogida de su abuela, Mildred Mercer, evitaron el aterrizaje del futuro campeón de la NBA en los oscuros suburbios de Nueva York.
Su llegada y estancia en la universidad le valieron la etiqueta de problemática antes de su salto a la NBA. Su destino al acabar el instituto era la Universidad de Nevada en Las Vegas, pero después de un artículo de la revista Sport Illustrated en la que se ponía en duda su alta puntuación (22 sobre 36) en el examen de acceso a la universidad, una citación de la policía de Las Vegas por solicitar los servicios de una prostituta y una investigación de la NCAA por haber recibido 5.600 dolares, algo prohibido por la política universitaria, provocaron su expulsión de la Universidad de Las Vegas y su llegada a Rhode Island, donde estuvo un año parado esta su debut.
A pesar de su gran cartel como jugador, estos problemas, más los rumores de sus coqueteos con las drogas, provocaron su caída en las quinielas del draft de 1999. Postulado en un principio en el primer puesto, cayó al cuarto tras Elton Brand, Steve Francis y Baron Davis.
Tras alcanzar la NBA, Odom vivió un camino de rosas y espinas. Rodeado de triunfos gracias a sus dos anillos de campeón en los Lakers de Pau Gasol, Kobe Bryant y Phil Jackson y el premio a Mejor Sexto Hombre de la liga, su relación y matrimonio con la ‘celebrity’ Khloe Kardashian (boda de revista, reality posterior y escandaloso divorcio por unas supuestas infidelidades) y, una vez más, su adicción a las drogas (ya en 2001 le suspendieron ocho meses por incumplir el programa antidrogas de la liga, además admitió que fumaba marihuana), dieron inicio a la debacle de su carrera en Estados Unidos.
Pero el momento más esperpéntico (hasta esta madrugada) se produjo en el verano de 2013. Desaparecido durante varios días, sus familiares y amigos temieron una recaída. Días de incertidumbre que acabaron con el descubrimiento de Odom en un hotel junto a unos amigos tratando, supuestamente, de recuperase de sus problemas con las drogas.
Pero la situación puso todo patas arriba, más si se sumaba su entrada en la cárcel días después por conducir bajos los efectos del alcohol y el posterior pago de una fianza de 15.000 dólares para salir de ella.
El exlaker decidió entrar una vez más en un centro de rehabilitación, pero un día después de su entrada, pidió el alta voluntaria. Su último intentó NBA fue una vuelta a Los Angeles Clippers, donde estuvo la temporada pasada, pero las dudas que traía consigo impidieron una nueva oportunidad y el fin de su carrera NBA.