Los 55 jóvenes asesinados después de su encarcelamiento en Rosario
Trabajadores de la prisión investigaron el destino de los liberados; confían en una mejora
Alejandro Rebossio
Rosario, El País
Las bandas de narcos suelen recurrir a menores de 18 años para cometer sus crímenes porque esos ‘soldaditos’ no corren riesgos de sufrir condenas mayores en cárceles comunes. En Argentina, los menores de 16 son inimputables y los de 16 y 17 van a prisiones cerradas y de máxima seguridad pero para jóvenes, como el Instituto para la Recuperación del Adolescente de Rosario (IRAR). Allí, acompañantes de los reclusos que integran el Colectivo de Investigación Militante sobre los Jóvenes y el Poder Punitivo descubrieron que 55 de los liberados del IRAR acabaron siendo asesinados en las calles rosarinas entre 2010 y 2015.
El trágico destino de los 55 jóvenes del IRAR demuestra que la cárcel, lejos de curar, empeora la vida de los reclusos, según los investigadores del colectivo. No obstante, matizan que cada año ocurren 250 homicidios en Rosario, de los cuales 11 o 12 corresponden a liberados del instituto. Además, unos 200 jóvenes pasan todos los años por el IRAR, que desde 2008 creó la figura de los acompañantes de los reclusos. Es así que muchos liberados se recuperan y otros caen presos pero en cárceles de adultos.
Alcides Leicker, director de Justicia Penal Juvenil de la provincia de Santa Fe, donde está Rosario, opina que el informe de los 55 jóvenes muertes es "bastante sesgado" porque no analiza más variables que el paso por el IRAR. "Apostamos por la reinserción y por darles derechos. Es cierto que hace años la droga no estaba tan extendida. Pero al menos logramos que aumentara el nivel escolar. Casi todos tienen la primaria acabada. Están más metidos en el sistema, también en el de salud. No salen hombres nuevos del IRAR, pero tratamos de que salgan lo mejor posible. El IRAR es una institución muy monitoreada", se defiende Leicker.
Alejandro Rebossio
Rosario, El País
Las bandas de narcos suelen recurrir a menores de 18 años para cometer sus crímenes porque esos ‘soldaditos’ no corren riesgos de sufrir condenas mayores en cárceles comunes. En Argentina, los menores de 16 son inimputables y los de 16 y 17 van a prisiones cerradas y de máxima seguridad pero para jóvenes, como el Instituto para la Recuperación del Adolescente de Rosario (IRAR). Allí, acompañantes de los reclusos que integran el Colectivo de Investigación Militante sobre los Jóvenes y el Poder Punitivo descubrieron que 55 de los liberados del IRAR acabaron siendo asesinados en las calles rosarinas entre 2010 y 2015.
El trágico destino de los 55 jóvenes del IRAR demuestra que la cárcel, lejos de curar, empeora la vida de los reclusos, según los investigadores del colectivo. No obstante, matizan que cada año ocurren 250 homicidios en Rosario, de los cuales 11 o 12 corresponden a liberados del instituto. Además, unos 200 jóvenes pasan todos los años por el IRAR, que desde 2008 creó la figura de los acompañantes de los reclusos. Es así que muchos liberados se recuperan y otros caen presos pero en cárceles de adultos.
Alcides Leicker, director de Justicia Penal Juvenil de la provincia de Santa Fe, donde está Rosario, opina que el informe de los 55 jóvenes muertes es "bastante sesgado" porque no analiza más variables que el paso por el IRAR. "Apostamos por la reinserción y por darles derechos. Es cierto que hace años la droga no estaba tan extendida. Pero al menos logramos que aumentara el nivel escolar. Casi todos tienen la primaria acabada. Están más metidos en el sistema, también en el de salud. No salen hombres nuevos del IRAR, pero tratamos de que salgan lo mejor posible. El IRAR es una institución muy monitoreada", se defiende Leicker.