La UE exige que El Asad deje el poder pero discrepa sobre la transición
Los ministros de Exteriores de la Unión piden a Rusia el "cese inmediato" de los bombardeos a la oposición al régimen sirio
Lucía Abellán
Bruselas, El País
El rompecabezas cada vez más complejo de la guerra en Siria fuerza a la UE a apartarse de sus principios. Los Estados consideran al régimen de Bachar el Asad responsable de las mayores atrocidades del conflicto y piden su futura salida, pero discrepan sobre los plazos. En una línea similar a la estadounidense, los 28 países comunitarios reafirmaron este lunes que “el régimen de El Asad no puede ser un socio en la lucha contra Daesh [denominación árabe para el Estado Islámico]”, pero admiten que tiene un papel en una eventual transición política en Siria. Francia y Reino Unido objetan ese rol, mientras Alemania y España lo defienden.
Los ministros de Exteriores de la Unión Europea han pasado buena parte del fin de semana tratando de conciliar lo irreconciliable: negar toda legitimidad al régimen de El Asad para continuar al frente del Gobierno sirio y, al mismo tiempo, reconocer su participación en una posible salida del conflicto que desangra el país desde hace casi cinco años. La solución encontrada —en un momento en que la participación de Rusia modifica el curso de la guerra— consiste en trabajar con dos líneas temporales.
A corto plazo, el proceso de transición debe basarse “en los principios de Ginebra”, una referencia de la que se desprende la participación del régimen, presente en los dos intentos de lograr un proceso de paz impulsados en la ciudad suiza. A largo plazo, “no puede haber una paz duradera en Siria bajo el actual liderazgo [del país] y hasta que se atiendan las legítimas reivindicaciones y aspiraciones de todos los componentes de la sociedad siria”, concluye el comunicado aprobado por los ministros de Exteriores de los Estados miembros, reunidos en Luxemburgo.
Con ese doble discurso, los ministros lograron un pacto que encierra dos posturas enfrentadas. Francia —y en menor medida Reino Unido— niegan cualquier concesión a El Asad, incluso en ese paso intermedio hacia la paz. Alemania, España, Italia y cada vez más países conceden ese papel inicial para exigir más tarde la salida de El Asad, incluso para llevar los crímenes de guerra a la Corte Penal Internacional, como recoge el comunicado.
“No todos estamos de acuerdo en cómo abordar el proceso”, admitió el ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo. El jefe de la diplomacia española abogó por “sentarse a negociar con el régimen de El Asad para llevar a cabo altos el fuego parciales que pudiesen generalizarse hasta llegar a un alto el fuego total”, abundó. En el otro extremo, el secretario de Estado francés para Asuntos Europeos, Harlem Désir, sostuvo: “Esta transición, que es la condición para una paz duradera, supone la salida de El Asad, al que los ministros consideran el principal responsable de la guerra civil”. El comunicado de los titulares de Exteriores recalca esa responsabilidad y alude a “los ataques excesivos, desproporcionados e indiscriminados que el régimen sirio continúa cometiendo contra su propia gente”. Un alto cargo del Consejo Europeo asegura que buena parte de los refugiados que ahora llegan a Europa no provienen de zonas azotadas por el Estado Islámico, sino por el régimen sirio.
Diálogo con las partes
Más cercana a la postura pragmática que a la sostenida por la UE desde principios de la guerra siria, la alta representante para la Política Exterior Europea, Federica Mogherini, se escudó en el proceso que lidera Naciones Unidas para contemplar ese diálogo con el régimen. “La UE apoya el proceso de la ONU para la paz en Siria y Staffan de Mistura [el enviado especial de ese proceso] ya está hablando con el régimen. Yo misma no excluyo mantener conversaciones conjuntas con todas las partes junto a De Mistura”, concedió Mogherini al término de la reunión de ministros.
La UE constata, además, que la posición del régimen se está fortaleciendo con la participación rusa en defensa de las posiciones de El Asad. Los ministros reflejaron “la honda preocupación” que les genera el hecho de que Rusia “lanza ataques que van más allá de Daesh y de otros grupos considerados terroristas, así como sobre la oposición moderada”. El riesgo de que abrir la puerta al régimen sirio —aunque sea en la transición— suponga un respaldo indirecto a la actuación rusa en Siria inquieta a algunos Estados. “Debe haber un proceso para formar una coalición de fuerzas, excluyendo a El Asad”, insistió el ministro lituano, Linas Linkevicius, cuyo país figura entre los más recelosos a las posiciones rusas.
Consciente de estas dudas en Occidente, el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, aprovechó este lunes para tender la mano a la coalición internacional contra Daesh e invitarla a “coordinar acciones conjuntas” con esa alianza liderada por Estados Unidos.
Lucía Abellán
Bruselas, El País
El rompecabezas cada vez más complejo de la guerra en Siria fuerza a la UE a apartarse de sus principios. Los Estados consideran al régimen de Bachar el Asad responsable de las mayores atrocidades del conflicto y piden su futura salida, pero discrepan sobre los plazos. En una línea similar a la estadounidense, los 28 países comunitarios reafirmaron este lunes que “el régimen de El Asad no puede ser un socio en la lucha contra Daesh [denominación árabe para el Estado Islámico]”, pero admiten que tiene un papel en una eventual transición política en Siria. Francia y Reino Unido objetan ese rol, mientras Alemania y España lo defienden.
Los ministros de Exteriores de la Unión Europea han pasado buena parte del fin de semana tratando de conciliar lo irreconciliable: negar toda legitimidad al régimen de El Asad para continuar al frente del Gobierno sirio y, al mismo tiempo, reconocer su participación en una posible salida del conflicto que desangra el país desde hace casi cinco años. La solución encontrada —en un momento en que la participación de Rusia modifica el curso de la guerra— consiste en trabajar con dos líneas temporales.
A corto plazo, el proceso de transición debe basarse “en los principios de Ginebra”, una referencia de la que se desprende la participación del régimen, presente en los dos intentos de lograr un proceso de paz impulsados en la ciudad suiza. A largo plazo, “no puede haber una paz duradera en Siria bajo el actual liderazgo [del país] y hasta que se atiendan las legítimas reivindicaciones y aspiraciones de todos los componentes de la sociedad siria”, concluye el comunicado aprobado por los ministros de Exteriores de los Estados miembros, reunidos en Luxemburgo.
Con ese doble discurso, los ministros lograron un pacto que encierra dos posturas enfrentadas. Francia —y en menor medida Reino Unido— niegan cualquier concesión a El Asad, incluso en ese paso intermedio hacia la paz. Alemania, España, Italia y cada vez más países conceden ese papel inicial para exigir más tarde la salida de El Asad, incluso para llevar los crímenes de guerra a la Corte Penal Internacional, como recoge el comunicado.
“No todos estamos de acuerdo en cómo abordar el proceso”, admitió el ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo. El jefe de la diplomacia española abogó por “sentarse a negociar con el régimen de El Asad para llevar a cabo altos el fuego parciales que pudiesen generalizarse hasta llegar a un alto el fuego total”, abundó. En el otro extremo, el secretario de Estado francés para Asuntos Europeos, Harlem Désir, sostuvo: “Esta transición, que es la condición para una paz duradera, supone la salida de El Asad, al que los ministros consideran el principal responsable de la guerra civil”. El comunicado de los titulares de Exteriores recalca esa responsabilidad y alude a “los ataques excesivos, desproporcionados e indiscriminados que el régimen sirio continúa cometiendo contra su propia gente”. Un alto cargo del Consejo Europeo asegura que buena parte de los refugiados que ahora llegan a Europa no provienen de zonas azotadas por el Estado Islámico, sino por el régimen sirio.
Diálogo con las partes
Más cercana a la postura pragmática que a la sostenida por la UE desde principios de la guerra siria, la alta representante para la Política Exterior Europea, Federica Mogherini, se escudó en el proceso que lidera Naciones Unidas para contemplar ese diálogo con el régimen. “La UE apoya el proceso de la ONU para la paz en Siria y Staffan de Mistura [el enviado especial de ese proceso] ya está hablando con el régimen. Yo misma no excluyo mantener conversaciones conjuntas con todas las partes junto a De Mistura”, concedió Mogherini al término de la reunión de ministros.
La UE constata, además, que la posición del régimen se está fortaleciendo con la participación rusa en defensa de las posiciones de El Asad. Los ministros reflejaron “la honda preocupación” que les genera el hecho de que Rusia “lanza ataques que van más allá de Daesh y de otros grupos considerados terroristas, así como sobre la oposición moderada”. El riesgo de que abrir la puerta al régimen sirio —aunque sea en la transición— suponga un respaldo indirecto a la actuación rusa en Siria inquieta a algunos Estados. “Debe haber un proceso para formar una coalición de fuerzas, excluyendo a El Asad”, insistió el ministro lituano, Linas Linkevicius, cuyo país figura entre los más recelosos a las posiciones rusas.
Consciente de estas dudas en Occidente, el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, aprovechó este lunes para tender la mano a la coalición internacional contra Daesh e invitarla a “coordinar acciones conjuntas” con esa alianza liderada por Estados Unidos.