La policía israelí cierra la Ciudad Vieja de Jerusalén para los palestinos

Netanyahu convoca una reunión de emergencia tras la muerte de dos judíos en un ataque

Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
En una decisión sin precedentes desde el fin de la segunda Intifada, hace 10 años, las fuerzas de seguridad israelíes cerraron el paso este domingo a todos los palestinos, excepto a los residentes, a la Ciudad Vieja de Jerusalén. La drástica medida de seguridad, que se mantendrá en vigor durante los próximos dos días, ha sido adoptada tras los ataques palestinos que se cobraron la vida de dos israelíes y han dejado varios heridos la noche del sábado y la mañana del domingo. En ambos casos los agresores fueron abatidos a tiros por la policía.


La tensión era patente en el recinto amurallado de la Ciudad Santa, donde los comerciantes árabes secundaron mayoritariamente una huelga por la muerte de los dos atacantes palestinos a manos de las fuerzas de seguridad israelíes. Los colegios de la zona también mantuvieron cerradas sus puertas. El despliegue de cientos de policías y de agentes de fronteras era también visible en los accesos y las principales calles de la Ciudad Vieja. Solo se permitía la entrada a los ciudadanos israelíes, a los turistas y a los vecinos palestinos. Los hombres menores de 50 años tenían además prohibido el paso a la mezquita de Al Aqsa, que contaba con un solo acceso, limitado a la llamada puerta del León.

Las autoridades palestinas calificaron la medida de “escalada israelí” de la tensión al restringir el paso al casco histórico de la ciudad. Un portavoz consideró que la decisión implicaba un “castigo colectivo” para toda la población palestina. La violencia se extendió también por otras zonas de Jerusalén Este y Cisjordania, donde un palestino murió por disparos de soldados israelíes en Tulkarem. Fuerzas militares irrumpieron en el campo de refugiados de Yenín para intentar capturar a un dirigente de Hamás. Durante los enfrentamientos que se registraron, más de 70 personas resultaron heridos por los disparos de balas y proyectiles de goma, según la Media Luna Roja palestina.

Tras su regreso de Estados Unidos, donde ha intervenido ante la Asamblea General de la ONU, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha convocado este domingo una reunión con el ministro de Defensa, Moshe Yaalon, para analizar la situación. La Oficina del Primer MInistro informó de que, entre otras medidas, se había planteado acelerar la demoliciónde las viviendas de las familias de los autores de atentados y aplicar la "detención administrativa", indefinida y sin actuación judicial.Tras la muerte en un atentado de una pareja de colonos judíos que viajaban el jueves junto con sus cuatro hijos menores por Cisjordania, la tensión entre israelíes y palestinos no ha dejado de crecer. Grupos de ultraderechistas se manifestaron la noche del sábado en Jerusalén para pedir al Gobierno mano dura contra los ataques palestinos.

El Gabinete de Seguridad del Gobierno ha sido convocado para una reunión de emergencia en la tarde del lunes, cuando se cierra el ciclo de festividades judías que se inició a mediados de septiembre. Durante las celebraciones de Año Nuevo, Yom Kipur y Sukot, decenas de miles de hebreos acuden a orar al Muro de las Lamentaciones en la Ciudad Antigua de Jerusalén. Centenares de judíos visitan también la adyacente Explanada de las Mezquitas, el recinto religioso musulmán donde se halla la mezquita de Al Aqsa, tercer lugar sagrado del islam y que los israelíes denominan Monte del Templo, por albergar los restos de los templos bíblicos judíos. Los incidentes que se han reproducido durante este periodo han desencadenado una espiral de violencia que el diario popular Yediot Ahronot, el de mayor difusión en Israel, se atrevía a calificar en “Tercera Intifada” en la primera página de su edición del domingo.

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