La cuna turca de los suicidas del ISIS
La célula terrorista autora de los últimos atentados en Turquía proceden de Adiyaman
Andrés Mourenza, El País
Adiyaman está en boca de todos en Turquía. De esta provincia suroriental de mayoría kurda ha salido la célula del Estado Islámico (ISIS) que durante los últimos meses ha sembrado el terror en el país euroasiático. De aquí procedía Orhan Gönder, detenido por colocar las bombas que el 5 de junio mataron a cuatro personas en un mitin político en Diyarbakir; Seyh Abdurrahman Alagöz, el joven que se inmoló en un acto izquierdista en la localidad de Suruç el 20 de julio, matando a 33 personas; Yunus Emre Alagöz —hermano del anterior— y Ömer Deniz Dündar, a quienes la investigación policial apunta como supuestos autores del ataque suicida de Ankara del pasado día 10, en el que murieron 99 personas. También el resto de integrantes de una lista que maneja la inteligencia turca con los nombres de 21 yihadistas que presuntamente preparan inminentes atentados.
Todos ellos tienen varias cosas en común: eran muy jóvenes —entre 17 y 25 años—, procedían de familias humildes —aunque de diverso origen étnico y religioso— y vivieron un rápido proceso de radicalización; en apenas dos años pasaron de ser chicos alejados de la religión a buscar inmolarse contra los infieles. “Orhan [Gönder] era un chico muy sociable, un ejemplo en su familia. Y de repente empezó a no querer sentarse con mujeres a la mesa, ni siquiera con sus hermanas. Se dejó barba y cambio de vestimenta. Empezó a rezar; él, que nunca había ido a la mezquita. Nos acusaba de infieles”, explica su primo Ercan. Tanto Gönder como Ömer Deniz Dündar y su hermano gemelo, Mahmut (actualmente en paradero desconocido), sufrieron una transformación durante su curso de preparación universitaria, en una academia privada de Adiyaman. “Creemos que fue tras conocer a un profesor, pero nunca conseguimos dar con él”, asegura Ercan Gönder.
Radicalización progresiva
Los gemelos Dündar —como otros jóvenes de la provincia— marcharon a Siria en 2013. Sólo regresaron después de que su padre fuese a buscarlos hasta Alepo, relata el abogado de la familia, Osman Süzen. De vuelta en Adiyaman, ya en 2014, participaron en el grupo llamado Los Dokumaci, por su supuesto fundador, Mustafa Dokumaci, a quien nadie dice conocer en esta ciudad kurda pero del que se sospecha que era contacto del ISIS con esta célula. El grupo frecuentó varias mezquitas de las que fueron expulsados, después comenzaron a reunirse en casas particulares.
Adiyaman es un lugar fructífero en congregaciones religiosas, lo que ha forjado una identidad ultraconservadora, según Süzen fomentada por el Gobierno para luchar contra el nacionalismo kurdo de origen marxista: “Las cofradías religiosas no tienen relación con el ISIS, pero el fomento de esta religiosidad conservadora ha contribuido”, dice.
El 13 de octubre de 2014, los integrantes de este grupo desaparecieron. Todos en un solo día. Pero aunque sus familias se apresuraron a denunciarlo, la policía se negó a actuar. “Es un equilibrio delicado. Por un lado tenemos la legítima preocupación de la familia, pero por el otro no podemos detener a nadie sin evidencias”, justifica una fuente del Gobierno turco. Poco después, la familia Gönder logró un contacto en la ciudad siria de Tel Abyad que aseguró haber visto al grupo de Adiyaman “en moto y con pistolas”, pero cuando trató de hablar con ellos fue detenido por la policía del ISIS y amenazado de muerte.
Hay más datos inquietantes: Orhan Gönder regresó a Turquía y el 1 de junio fue detenido en Diyarbakir por la Policía Militar por haberse saltado el servicio militar. Aunque había una denuncia por desaparición y supuesta pertenencia a organización terrorista, fue liberado. Cuatro días después, participó en el atentado contra un mitin político kurdo. Su primo explica que Orhan asegura que fue “utilizado por la policía”.
Abuzer Kuçuklepeçe, dirigente provincial del partido kurdo HDP y amigo de las familias Gönder y Dündar, ve algo “sospechoso” en la trama: “¿Cómo pueden unos chavales así llegar desde Siria hasta Ankara o Diyarbakir con una bomba sin ayuda de más arriba? Yo veo la mano del Gobierno tras estos atentados”.
Andrés Mourenza, El País
Adiyaman está en boca de todos en Turquía. De esta provincia suroriental de mayoría kurda ha salido la célula del Estado Islámico (ISIS) que durante los últimos meses ha sembrado el terror en el país euroasiático. De aquí procedía Orhan Gönder, detenido por colocar las bombas que el 5 de junio mataron a cuatro personas en un mitin político en Diyarbakir; Seyh Abdurrahman Alagöz, el joven que se inmoló en un acto izquierdista en la localidad de Suruç el 20 de julio, matando a 33 personas; Yunus Emre Alagöz —hermano del anterior— y Ömer Deniz Dündar, a quienes la investigación policial apunta como supuestos autores del ataque suicida de Ankara del pasado día 10, en el que murieron 99 personas. También el resto de integrantes de una lista que maneja la inteligencia turca con los nombres de 21 yihadistas que presuntamente preparan inminentes atentados.
Todos ellos tienen varias cosas en común: eran muy jóvenes —entre 17 y 25 años—, procedían de familias humildes —aunque de diverso origen étnico y religioso— y vivieron un rápido proceso de radicalización; en apenas dos años pasaron de ser chicos alejados de la religión a buscar inmolarse contra los infieles. “Orhan [Gönder] era un chico muy sociable, un ejemplo en su familia. Y de repente empezó a no querer sentarse con mujeres a la mesa, ni siquiera con sus hermanas. Se dejó barba y cambio de vestimenta. Empezó a rezar; él, que nunca había ido a la mezquita. Nos acusaba de infieles”, explica su primo Ercan. Tanto Gönder como Ömer Deniz Dündar y su hermano gemelo, Mahmut (actualmente en paradero desconocido), sufrieron una transformación durante su curso de preparación universitaria, en una academia privada de Adiyaman. “Creemos que fue tras conocer a un profesor, pero nunca conseguimos dar con él”, asegura Ercan Gönder.
Radicalización progresiva
Los gemelos Dündar —como otros jóvenes de la provincia— marcharon a Siria en 2013. Sólo regresaron después de que su padre fuese a buscarlos hasta Alepo, relata el abogado de la familia, Osman Süzen. De vuelta en Adiyaman, ya en 2014, participaron en el grupo llamado Los Dokumaci, por su supuesto fundador, Mustafa Dokumaci, a quien nadie dice conocer en esta ciudad kurda pero del que se sospecha que era contacto del ISIS con esta célula. El grupo frecuentó varias mezquitas de las que fueron expulsados, después comenzaron a reunirse en casas particulares.
Adiyaman es un lugar fructífero en congregaciones religiosas, lo que ha forjado una identidad ultraconservadora, según Süzen fomentada por el Gobierno para luchar contra el nacionalismo kurdo de origen marxista: “Las cofradías religiosas no tienen relación con el ISIS, pero el fomento de esta religiosidad conservadora ha contribuido”, dice.
El 13 de octubre de 2014, los integrantes de este grupo desaparecieron. Todos en un solo día. Pero aunque sus familias se apresuraron a denunciarlo, la policía se negó a actuar. “Es un equilibrio delicado. Por un lado tenemos la legítima preocupación de la familia, pero por el otro no podemos detener a nadie sin evidencias”, justifica una fuente del Gobierno turco. Poco después, la familia Gönder logró un contacto en la ciudad siria de Tel Abyad que aseguró haber visto al grupo de Adiyaman “en moto y con pistolas”, pero cuando trató de hablar con ellos fue detenido por la policía del ISIS y amenazado de muerte.
Hay más datos inquietantes: Orhan Gönder regresó a Turquía y el 1 de junio fue detenido en Diyarbakir por la Policía Militar por haberse saltado el servicio militar. Aunque había una denuncia por desaparición y supuesta pertenencia a organización terrorista, fue liberado. Cuatro días después, participó en el atentado contra un mitin político kurdo. Su primo explica que Orhan asegura que fue “utilizado por la policía”.
Abuzer Kuçuklepeçe, dirigente provincial del partido kurdo HDP y amigo de las familias Gönder y Dündar, ve algo “sospechoso” en la trama: “¿Cómo pueden unos chavales así llegar desde Siria hasta Ankara o Diyarbakir con una bomba sin ayuda de más arriba? Yo veo la mano del Gobierno tras estos atentados”.