La conexión Morata-Khedira se fue al palo y el derbi quedó 0-0
Milan, As
Inter y Juventus empataron sin goles en el Derbi de Italia número 165: un choque intenso que al final dejó a los dos conjuntos sin una victoria que hubiera podido cambiar el rumbo de su temporada. Ambos entrenadores sorprendieron: Allegri decidió dejar en el banquillo a Dybala, apostando por la pareja inédita Zaza-Morata. Mancini, por su parte, pasó a un 4-3-1-2 con Medel, Melo y Brozovic en la medular, sin el talento de Guarín y Kondogbia, mientras que arriba Perisic actuó detrás de Icardi y Jovetic. El choque empezó con mucha intensidad, pero poco fútbol: para calmar los ánimos el árbitro Valeri tuvo que sacar hasta cuatro tarjetas amarillas en los primeros 16 minutos. Los dos equipos sentían la necesidad de ganar y eso se transformó casi en un agobio que, quizás, perjudicó su juego.
Las ocasiones, sin embargo, no faltaron: en la primera mitad Buffon desvió en el travesaño una bonita rosca de Brozovic, mientras que en la reanudación Morata (todavía perjudicado por su lesión y sustituido en el 71' por Mandžukic), cedió un gran balón en plena área rival a Khedira, cuyo chut acabó en el poste. El empate fue un resultado justo, que deja a ambos un sabor amargo: la derrota de la Fiorentina en Nápoles representaba para los nerazzurri la oportunidad de volver en la cima de la tabla, y para los bianconeri la de recortar distancias. Al final, el Inter sigue segundo junto con el Roma, mientras que la Juve está lejos nueve puntos del primer puesto. Ambos tienen que seguir mejorando para apuntar a ganar una Serie A que, cada jornada más, parece sin dueño claro.
Inter y Juventus empataron sin goles en el Derbi de Italia número 165: un choque intenso que al final dejó a los dos conjuntos sin una victoria que hubiera podido cambiar el rumbo de su temporada. Ambos entrenadores sorprendieron: Allegri decidió dejar en el banquillo a Dybala, apostando por la pareja inédita Zaza-Morata. Mancini, por su parte, pasó a un 4-3-1-2 con Medel, Melo y Brozovic en la medular, sin el talento de Guarín y Kondogbia, mientras que arriba Perisic actuó detrás de Icardi y Jovetic. El choque empezó con mucha intensidad, pero poco fútbol: para calmar los ánimos el árbitro Valeri tuvo que sacar hasta cuatro tarjetas amarillas en los primeros 16 minutos. Los dos equipos sentían la necesidad de ganar y eso se transformó casi en un agobio que, quizás, perjudicó su juego.
Las ocasiones, sin embargo, no faltaron: en la primera mitad Buffon desvió en el travesaño una bonita rosca de Brozovic, mientras que en la reanudación Morata (todavía perjudicado por su lesión y sustituido en el 71' por Mandžukic), cedió un gran balón en plena área rival a Khedira, cuyo chut acabó en el poste. El empate fue un resultado justo, que deja a ambos un sabor amargo: la derrota de la Fiorentina en Nápoles representaba para los nerazzurri la oportunidad de volver en la cima de la tabla, y para los bianconeri la de recortar distancias. Al final, el Inter sigue segundo junto con el Roma, mientras que la Juve está lejos nueve puntos del primer puesto. Ambos tienen que seguir mejorando para apuntar a ganar una Serie A que, cada jornada más, parece sin dueño claro.