La comida previa al derbi acabó mal: Florentino se fue enfadado

Madrid, As
La tradicional comida de directivas celebrada el domingo en La Taberna del Capitán Alatriste concluyó antes de tiempo porque, cuando se iniciaba la sobremesa, Florentino Pérez ordenó a sus directivos marcharse del local tras un cruce de palabras con Miguel Ángel Gil Marín y Clemente Villaverde.


Después de haberse celebrado el almuerzo con normalidad, tras degustar unas entradas compuestas por ensalada de tomate y ventresca, jamón ibérico y almejas en salsa y unos segundos de delicias de merluza y asado, todo regado con vino de la Comunidad de Madrid, se incorporó a la sobremesa Miguel Ángel Gil Marín, que había comido con los accionistas chinos de Wanda. Fue entonces cuando Florentino empezó a recriminar la postura del Atlético de Madrid en la venta centralizada de los derechos televisivos, aprobada por mayoría en La Liga.

Gil Marín y Clemente Villaverde, director general deportivo del Atlético y vicepresidente de La Liga, contestaron a Florentino que todos los equipos estaban de acuerdo en la venta y el reparto centralizado de los derechos televisivos porque era mejor para la competición, buscando igualar las fuerzas y sacar más recursos para todos los clubes. El presidente del Madrid se mantuvo inflexible en sus argumentos y cuando el debate se hacía imposible ordenó a todos sus directivos marcharse de la comida. Según los directivos del Atlético, sus homólogos madridistas se hubieran quedado tan a gusto a tomar los digestivos que acababan de pedir para concluir el almuerzo con una tertulia, pero tuvieron que irse por orden de su presidente. El rifirrafe duró pocos minutos, pero el enfado de Florentino fue tan grande que fuentes próximas a sus directivos aseguran que estuvo a punto de no acudir al Vicente Calderón a ver el partido. Pensó en que ni él ni ninguno de sus directivos estuvieran presentes en el palco de autoridades. Pero le convencieron para no hacer ese feo al Atlético, que hubiera sido difícil de explicar.

Asistentes. Enrique Cerezo, presidente del Atlético, hizo de anfitrión acompañado por Antonio Alonso (vicepresidente del Área Comercial y consejero), Severiano Gil (consejero), Óscar Gil (consejero), Clemente Villaverde (director general) y Miguel Pérez (accionista). La comitiva del Real Madrid estuvo encabezada por su presidente Florentino Pérez, a quien acompañaron Fernando Fernández-Tapias (vicepresidente primero), Eduardo Fernández de Blas (vicepresidente segundo), Enrique Sánchez (secretario de la junta directiva) y Raúl Ronda (vocal de la junta directiva). Miguel Ángel Gil se incorporó a los postres y fue cuando sucedió el incidente.

Las relaciones entre el Atlético y el Madrid atraviesan su peor momento de la última década por el enfrentamiento del Madrid con La Liga por los derechos de televisión. Además, el Atlético ha impedido que el Madrid fiche a sus estrellas. Miguel Ángel Gil Marín se ha fajado para que el Kun Agüero, Diego Forlán o Radamel Falcao no ficharan por el Real Madrid.

El Atlético no permitirá que ninguna de sus figuras recale en el conjunto blanco salvo que pague su cláusula de rescisión más el IVA. El último en sonar este verano fue Oblak. Y Florentino ya ha deslizado que su próximo objetivo puede ser Antoine Griezmann.

Precedente. No es la primera vez que Florentino Pérez discute con otros directivos en una comida, llamada habitualmente de confraternización, previa a un partido. En agosto de 2014 tuvo un encontronazo con José Castro, presidente del Sevilla, en el almuerzo con motivo de la Supercopa de Europa que enfrentó en Cardiff a Madrid y Sevilla. Florentino le afeó a José Castro unas declaraciones. Y recibió contestación. El presidente madridista reprochó a su homólogo sevillista que siempre hable del Madrid en términos económicos al hablar de las diferencias generadas por la venta de los derechos televisivos. Una escena similar se vivió el sábado en La Taberna del Capitán Alatriste de Madrid entre Florentino y la directiva del Atlético. El motivo del enfado, el mismo: los derechos de televisión por los que todos los clubes se han puesto de acuerdo para su venta centralizada. Menos el Madrid.

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